Un mango con chile jamás se rechaza; escharchar tu bebida favorita con él o agregarlo a gomitas picantes son solo algunas de las muchas maneras en que se puede usar el polvito Tajín en la gastronomía mexicana. Pero, aunque sea una de las marcas más queridas, consumirlo en grandes cantidades puede traer importantes peligros para la salud. La asociación El Poder del Consumidor realizó un análisis de este producto y encontró dos ingredientes que no deben tomarse a la ligera.
Se trata del sodio y el dióxido de silicio, y aunque son usado en muchos otros productos y alimentos procesados, es la cantidad lo que importa. Hipertensión y problemas respiratorios graves son algunos de los padecimientos más graves que derivan de ingerir estos ingredientes en exceso. Para un país que cada día encuentra nuevos platillos a los cuales agregar tajín, moderar su consumo debería ser una prioridad.
Desde hace ya varios años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha promovido campañas para invitar a la gente a disminuir su ingesta de sodio. Pese a que se encuentra en la mayoría de mesas y platillos del mundo, no son pocos los estudios científicos que vinculan directamente a este ingrediente potenciador de sabor con problemas cardiovasculares. Está asociado directamente con al menos 1.89 millones de muertes al año.
De acuerdo con lo que explica la Sociedad Europea de Cardiología, dado que el sodio genera una retención de líquidos en el cuerpo, el sistema cardiaco se ve saturado en el interior con una mayor presión sanguínea tras convertir parte de ese líquido adicional en sangre. También recibe presión externa, pues los líquidos que se acumulan en los vasos sanguíneos alrededor de las venas presionan el sistema circulatorio. En consecuencia, la velocidad a la que la sangre corre se acelera, y el corazón se ve obligado a trabajar más para llevar el ritmo.
La OMS considera que una ingesta diaria máxima de 2000 mg de sodio (unos 5 gramos de sal) es suficiente para mantener la salud. Por otra parte, una sola cucharadita de 5 gramos de la salsa en polvo Tajín aporta el 48% de esos 2000 mg de sodio. Si tenemos en cuenta que en ocasiones se ingiere más de una cucharada en las botanas, y que además el resto de los alimentos también contienen sodio, la ingesta diaria supera por mucho la recomendación de la OMS.
Aunque la marca Tajín ya ofrece una versión de tapa azul reducida en sodio, tanto esta como la versión original tienen el sello de la Norma Oficial de Etiquetado por Exceso de Sodio, por lo que incluso la versión de tapa azul debe consumirse con precaución.
No es el único problema
Además, El Poder del Consumidor reporta que ambas presentaciones incluyen en su lista de ingredientes el dióxido de silicio. Se trata de un ingrediente muy usado en la industria alimentaria. Su función es evitar que los alimentos en polvo como azúcar, harinas y sal se solidifiquen o aglutinen. Ayuda a mantener una textura deseada y facilitar el consumo de estos productos.

Aunque su uso se considera generalmente seguro, el problema, al igual que con el sodio, es su ingesta desmedida. El dióxido de silicio puede causar toxicidad en el organismo. Además, en caso de ser inhalado genera silicosis, una enfermedad muy común en quienes trabajan en construcción o minas, pues el óxido de silicio también se conoce como cuarzo. La silicosis causa que los pulmones y los ganglios linfáticos se inflamen, además de que provoca cicatrices en los alveolos. En el largo plazo, perjudica la correcta respiración y en casos graves puede obstruirla, causando la muerte.

Cabe aclarar que estos ingredientes no son exclusivos de la marca Tajín, sino que se encuentran en otros productos de marcas similares. La recomendación siempre será vigilar la cantidad que se consume para evitar riesgos a la salud, y en la medida de lo posible optar por alternativas no industrializadas.
Cortesía de Xataka
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