
Es necesario darle a la administración pública municipal rutinas de gobierno y con ellas establecer una cadencia para el cambio, plantea Miguel Treviño.
El político que llegó a la presidencia municipal de San Pedro Garza García, Nuevo León mediante una candidatura independiente y logró la reelección en el cargo considera que en la reelección de alcaldes hay puras ventajas, pues permite transformaciones de largo aliento. En su opinión, es una desgracia que desaparezca esta posibilidad.
En entrevista con motivo de la publicación de su libro, “Contra corriente. Por qué y cómo entrarle al reto de rescatar tu ciudad”, editado por Aguilar, el cual se encuentra ya en librerías del país, destaca que los municipios, en la medida que aprendan a cobrar el impuesto predial tendrán más posibilidades de tener finanzas públicas sanas y con ello mayor autonomía.
En 279 páginas el exalcalde del municipio más próspero del país cuenta la historia de su gestión, desafiando inercias.
Hay quien afirma que durante el periodo conocido como de transición a la democracia en México hubo un desencanto con la misma. Usted dice en su libro “más allá de las políticas implementadas, lo que hicimos fue cimentar una forma de gobernar que reivindica la capacidad de la democracia para ofrecer resultados tangibles y sostenibles”. ¿Qué pasó con la transición a la democracia en México?
La vivimos con agridulces, con experiencias en donde nos dimos cuenta de que el hecho de que hubiera elecciones libres y respetadas no aseguraba gobiernos de calidad y en algunos casos, con alternancias que elevaron, aunque fueran marginalmente, el nivel de la gestión.
En el caso del municipio San Pedro Garza García, Nuevo León y la experiencia de estos seis años, pues va más allá de eso. Es un gobierno que incorporó el talento de la ciudadanía y que se atrevió a hacer cosas diferentes, como emprender proyectos de regeneración urbana de largo aliento que para los jóvenes, sobre todo, fue algo muy revelador de las posibilidades de un gobierno que verdaderamente honra su carácter que de que se debe a los ciudadanos. Entonces sí es un caso que da esperanza.
Usted dice que lo ocurrido en San Pedro es un testimonio de que las democracias pueden ser resilientes, pero para eso es necesario que haya ciudadanos informados, comprometidos y capaces de acompañar y tensionar positivamente a los gobernados. ¿Eso aplica solo para San Pedro o ve usted posibilidades reales en otros lugares?
Aplica a cualquier gobierno. Creo que también refleja que el ámbito local es donde se pueden emprender proyectos verdaderamente ciudadanos.
Pero los problemas que aborda el libro tienen que ver con cómo establecer una visión y mantenerse fiel a ella, cómo conformar un equipo en función del talento y no de los compromisos políticos, cómo crear una cultura de trabajo, cómo darle rutinas al gobierno y con esa rutina establecer una cadencia para el cambio.
Entonces, tiene toda la intención de que sea un libro útil para cualquier gobierno de nuestro país y más allá de este.
¿Cuáles eran los principales problemas públicos que tenía que resolver?
El más importante es que estábamos en un municipio en decadencia, donde el espacio público estaba cada vez más abandonado, que se estaba convirtiendo en un distrito de oficinas, de gente que venía del otro extremo de la metrópoli acá y se regresaba en la noche, y por lo tanto el espacio público quedaba deshabitado.
¿Qué fue lo más complicado a la hora de ajustar la maquinaria burocrática para que funcionara y después ya pensar en las soluciones?
Hay inercias muy fuertes. Hay procesos burocráticos que hacen más largo lo que debiera ser sencillo. La presupuestación es anual cuando los proyectos de largo aliento requieren presupuesto de varios años.
A veces no hay capacidades para proyectos que no se han hecho nunca.
Fue darle al gobierno un funcionamiento más parecido al del sector privado, con procesos muy eficientes y planeación que lleva todo el equipo a la disciplina. Establecido esto, el gobierno ya funcionó de la manera que necesitamos.
¿Qué tanto hemos avanzado en el país para diseñar políticas públicas con base en evidencia, con base en conocimiento?
Bueno, lamentablemente, hay una cultura en donde el gobernante cree que se le ocurren todas las buenas ideas y de repente pues se va aislando, cuando el equipo no tiene el perfil para darle la contra al gobernante y darle los datos reales, pues se va aislando el gobierno de la realidad.
Por eso yo hice explícito frente a mi equipo que nosotros seríamos un gobierno que tomaba decisiones en base a datos y evidencia.
Eso hace un contraste muy grande con el gobierno federal, con el que me tocó coincidir. Yo coincidí los seis años con la administración de López Obrador y mientras en lo federal, pues era lo que se le iba ocurriendo al presidente, acá en el municipio, pues son proyectos en donde hay una visión por la cual se avanza en un sentido, pero además todo se va respaldando con datos y evidencias.
¿Ahora, cuáles son las ventajas y cuáles son las desventajas de un gobierno de 6 años en un municipio?
Yo veo puras ventajas, la reelección es algo que permite emprender transformaciones de más largo aliento en nuestras ciudades. Sin reelección hay pocas esperanzas de que los cambios importantes que necesitan nuestras ciudades se puedan dar.
Es más, seis años se quedan cortos con respecto de las necesidades que necesitan, las necesidades que tienen las ciudades de avanzar por un tiempo en cierta dirección para corregir problemas que se han venido acumulando a lo largo de décadas.
Entonces la reelección tiene puras ventajas, es una pena, es una desgracia para nuestro país que se vaya a dar marcha atrás a la posibilidad del alcalde ser reelecto.
Ahora quisiera preguntarle sobre el estado de salud de las candidaturas independientes. Es más, quisiera preguntarle, ¿tendría usted las mismas posibilidades de triunfar por primera vez como candidato independiente en 2027 que las que tuvo en 2018?
Eso último no lo sé. Lo que sí puedo decir es que las candidaturas independientes son una figura que tiene más posibilidades de cristalizarse en un éxito electoral en la medida en que estamos en ciudades de cierta escala.
Estoy convencido de que es una figura que se puede aprovechar en ciudades pequeñas.
¿Hay condiciones para fortalecer institucionalmente el municipio?
Yo creo que los municipios, en la medida en que aprendan a cobrar su predial, que es una fuente de ingresos importante, van a tener finanzas más sanas y un mayor nivel de autonomía con respecto a los órdenes estatal y federal.
¿Como país deberíamos de dar la lucha por fortalecer el municipio?
Sí, el municipio, como el orden de gobierno más cercano al ciudadano, es el que le resuelve muchas de sus necesidades más inmediatas y por eso pues es importante tener legislaciones que le den toda la fuerza.
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Cortesía de El Economista
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