
El gobernador Pablo Lemus sorprendió con una declaración hecha en el contexto de su primer informe de Gobierno, el pasado 7 de noviembre: los principales aliados y puentes de comunicación con el Gobierno de Claudia Sheinbaum son el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch -con él, la comunicación es semanal- y el subsecretario de Gobernación, César Yáñez Centeno, uno los colaboradores más próximos que tuvo en su momento el ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
Cuestionado sobre aquel propósito que manifestaba cuando aún no ocupaba el cargo pero ya lo había ganado en las urnas, ser “el gobernador favorito de la Presidenta”, hoy Lemus Navarro ha tenido que buscar otras expresiones.
Desde algunas posiciones lo califican como “entregado” al poder central de la Presidenta Claudia Sheinbaum, y sin embargo, apenas ayer el mandatario subrayaba públicamente que el Presupuesto de Egresos de la Federación no destina recursos más allá de un incremento inflacionario, y no hay aportación para los proyectos prioritarios de Jalisco, además de que no hay un solo peso para el plan de rescate de la red carretera federal en el Estado, que tanto se ha reclamado aún desde el sexenio anterior.
Es complicado mantener una posición de cercanía con una administración central tan dominante, y al mismo tiempo convencer a los jaliscienses de la defensa de Jalisco y sus intereses en la Ciudad de México.
¿Y qué aporta entonces la relación con el secretario de Seguridad, García Harfuch?
Hasta antes de la crisis desatada por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, la estrella política de García Harfuch iba en evidente ascenso. Sin embargo, con la elaboración del Plan Michoacán y la defensa de la política de seguridad que había implantado López Obrador en el sexenio anterior, el secretario se vio intempestivamente disminuido.
No es tiempo de evaluar una caída definitiva de García Harfuch, pero sí deberá ocupar una posición más discreta por un tiempo, mientras pasa la tormenta.
Un aliado así no dará mucho para los intereses de Jalisco.
Por otra parte, si bien César Yáñez es influyente en Gobernación y su desempeño tiene alcances evidentes más allá de las instrucciones de Rosa Icela Rodríguez, tampoco parece que en el corto plazo le dé al Gobierno de Jalisco ventajas evidentes para atraer recursos extras para los compromisos que se avizoran en los próximos meses.
En vista de la necesidad de financiar proyectos viales y de infraestructura hídrica (el ducto de Chapala a Guadalajara es indispensable), el Gobierno de Pablo Lemus seguro está trazando planes para acceder a inversiones de origen privado.
Aparentemente, no está en proyecto recurrir a un mayor endeudamiento público, aunque la calificación crediticia del Estado permita solicitar créditos con facilidad.
Lo más probable es que durante 2026 la energía de la administración estatal se concentre en la definición de la Copa del Mundo y su organización en Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque, principalmente. En tanto, las obras que han sido consideradas prioritarias seguirán un calendario más lento, hasta que el panorama político mejore… pero antes habrá que iniciar una nueva batalla, el proceso electoral del año 2027.
Definitivamente, conviene buscar más aliados en el Gobierno federal.
[email protected] / @JonasJAL
Cortesía de El Informador
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