Amnistía Internacional denuncia el “efecto Trump” como motor del retroceso global de los derechos humanos

La llegada al poder del presidente estadounidense, Donald Trump, quien esta semana cumple cien días de su segundo mandato, ha contribuido al retroceso de los derechos humanos a nivel global, según denunció Amnistía Internacional (AI) en su informe anual de 2025, publicado el martes.

La organización sostiene que esta nueva etapa de gobierno estuvo caracterizada por “una ola de ataques frontales contra la rendición de cuentas en materia de derechos fundamentales, el derecho internacional e instituciones como la ONU”, según denunció la secretaria general de AI, Agnès Callamard, quien llamó a una “resistencia concertada” frente a estos embates.

Entre otras acciones, la ONG señala que la administración Trump congeló ayudas internacionales, recortó financiamiento a agencias de la ONU y ejecutó expulsiones de detenidos hacia países latinoamericanos. “Trump está haciendo todo lo posible por desmantelar los estándares nacionales e internacionales de derechos humanos”, aseguró Callamard durante la presentación del informe en Bruselas.

El documento responsabiliza a potencias como Estados Unidos, Rusia y China por “socavar décadas de avances en el derecho internacional” y advierte que el llamado “efecto Trump” ha amplificado el impacto negativo de otros líderes mundiales durante 2024, empujando al planeta hacia una era marcada por el autoritarismo y la avaricia corporativa. “Fuerzas sin precedentes intentan destruir el sistema internacional de derechos humanos forjado tras el horror de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto”, sostuvo Callamard en el prólogo del informe.

“Efecto Trump”

Durante los primeros cien días de su nuevo mandato, Trump “sólo ha demostrado un desprecio absoluto por los derechos humanos universales”, denunció Callamard. Agregó que su “ataque sin cuartel al multilateralismo, el derecho de asilo, la justicia racial y de género, la salud global y la acción climática, está agravando el daño ya infligido a estos pilares fundamentales”.

AI remarca que los ataques del mandatario a instituciones nacionales e internacionales han debilitado aún más principios ya erosionados en años anteriores, alentando a otros gobiernos y movimientos antiderechos a seguir su ejemplo. Según la organización, en este nuevo mandato se han intensificado tendencias regresivas ya observadas durante 2024.

La campaña de Trump contra el reconocimiento de derechos “está dando alas a tendencias nocivas” que erosionan las salvaguardas internacionales y ponen en riesgo a millones de personas. Aunque el informe también analiza el último año del mandato de Joe Biden, Callamard subrayó la responsabilidad directa del actual presidente: “Su gobierno ha arremetido con rapidez y dureza contra iniciativas fundamentales destinadas a hacer del mundo un lugar más seguro y justo”, afirmó.

AI denuncia que la estrategia de Trump vació de contenido las protecciones internacionales en materia de derechos humanos, dejando expuesta a la población global ante políticas autoritarias y prácticas empresariales abusivas. El informe sostiene que este “efecto Trump” aceleró el deterioro de logros históricos y ha empujado al mundo hacia una nueva era de represión y desigualdad.

Platos rotos

Aunque el informe sobre “el estado mundial de los derechos humanos” se centra en 2024, año previo al retorno de Trump al poder, AI advierte que muchas de las tendencias regresivas observadas entonces se han intensificado en los primeros meses de su nuevo gobierno.

Durante 2024, se recrudeció la represión de protestas en Estados Unidos, con un notable incremento en la criminalización del activismo, especialmente contra quienes apoyaban la causa palestina en el contexto del conflicto en Gaza. Estudiantes, defensores de derechos humanos, migrantes y activistas por el derecho al aborto fueron objeto de vigilancia, hostigamiento y detenciones arbitrarias. “El uso de represalias académicas y la violencia institucional contra protestas y acampadas fue generalizado”, señala AI. 

La policía, equipada con armamento antidisturbios, usó porras, balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar manifestaciones estudiantiles, como las iniciadas en la Universidad de Columbia, que se replicaron en distintas partes del mundo. AI contabilizó al menos 3.100 arrestos relacionados con protestas propalestinas.

Otro de los ejes “nocivos” que AI identifica en el nuevo mandato de Trump tiene que ver con su trato con los migrantes, una versión galvanizada de las políticas de su primer mandato. Según AI, en 2024 se intensificaron las deportaciones y se prolongaron las esperas en México, con impactos desproporcionados sobre personas negras, indígenas y LGTBIQ+. El informe denuncia un mayor uso de detenciones arbitrarias, controles electrónicos y una retórica racista que fomentó la violencia contra estas comunidades. 

En cuanto a los derechos reproductivos, otra de las áreas en las que la administración trumpista intensificó los retrocesos, la organización indica que 19 de los 50 estados mantenían al cierre de 2024 prohibiciones totales o casi totales del aborto, aunque en siete de ellos se logró su restitución vía referéndum.También se reportaron censuras de contenido sobre aborto en redes como Meta y TikTok, una expansión de la vigilancia digital y un agravamiento de las condiciones en la frontera sur.

Por otra parte, en lo que respecta al problema de la violencia policíaca, en 2024, la Policía disparó y mató a 1.133 personas, de las que casi el 22 por ciento de las víctimas eran negras, a pesar de representar al 13 por ciento de la población, según el informe.  El curso pasado también hubo 503 tiroteos masivos en Estados Unidos -es decir, donde cuatro o más personas fueron asesinadas con armas de fuego en un lugar público- y 112 tuvieron lugar en escuelas primarias, secundarias o universidades.

Retroceso global de los derechos humanos

La crisis de derechos humanos, según AI, ha acelerado “tendencias destructivas” y revelado un giro global hacia políticas autoritarias y represivas contra la disidencia. “Gobiernos de todo el mundo han intentado eludir la rendición de cuentas, consolidar su poder e infundir miedo, prohibiendo medios, suspendiendo oenegés, disolviendo partidos políticos y criminalizando a defensores de derechos humanos bajo cargos infundados de ‘terrorismo’ o ‘extremismo’”, advierte la organización.

El conflicto en Gaza ocupa un lugar destacado en el informe: “El genocidio del pueblo palestino fue transmitido en vivo y, sin embargo, ignorado. Esta indiferencia evidencia el abismo al que se precipita el mundo cuando los Estados poderosos desprecian el derecho internacional y las instituciones multilaterales”. También se detalla la situación en Ucrania, donde AI denuncia que “Rusia mató en 2024 a más civiles ucranianos que en el año anterior, y siguió atacando infraestructuras civiles y sometiendo a las personas detenidas a tortura y desaparición forzada”.

Frente a este panorama de prácticas autoritarias y destrucción del derecho internacional, al que “la población se resiste”, AI insiste en que aún es posible exigir justicia: “Los gobiernos tienen la capacidad y la responsabilidad de administrar justicia internacional. Pese a los desafíos, la destrucción de los derechos humanos no es inevitable. La historia está llena de personas valientes que lograron vencer al autoritarismo”.

Cortesía de Página 12



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