Es el patrón del mal en el imaginario del televidente promedio. Pero Andrés Parra, a pesar de haber interpretado al fundador y máximo líder del Cartel de Medellín en la serie de 2012 -producida y emitida por Caracol Televisión- que trascendió fronteras, es mucho más que eso. Y ahora va por nuevas conquistas: presentará su unipersonal Venga que sí es pa’eso, en el teatro Broadway.
El actor colombiano de amplísima trayectoria y de proyección internacional, protagonista de Pablo Escobar, el patrón del mal, telenovela que retrataba al famoso narcotraficante, entiende que ese fue el proyecto más importante de su vida.
“Es el trabajo que me abrió las puertas de Argentina, Chile, México, Uruguay, Perú, España… Estoy muy agradecido, porque se ha ido convirtiendo en una serie de culto. Y somos muy pocos los actores que tenemos ese privilegio. Me parece un milagro que eso me haya pasado a mí”, dice quien habiendo popularizado a un villano, se ganó el cariño de la gente.
En nuestro país, también encaró proyectos laborales. Fue uno de los tres representantes de fútbol de la serie argentina de Star + Los protectores, en la que un atractivo trío interpretaba a Mago, Colombia y Conde –Adrián Suar, Andrés Parra y Gustavo Bermúdez respectivamente-. Y en 2019 actuó en la película argentina La odisea de los giles, de Sebastián Borensztein, compartiendo cartel con Ricardo Darín y Luis Brandoni, entre otros.
La entrevista fue por la plataforma Zoom, ya que Andrés se encuentra actualmente en su país. Con una gorra que lleva como inscripción el título de la obra, Parra se mostró siempre bien dispuesto a contestar, amable, generoso en las respuestas, pero curiosamente, parecía no mirar la cámara al hablar, buscando dónde dirigir sus ojos fuera de la pantalla mientras respondía y acomodaba reiteradas veces la visera.
De todos modos, es justo decir que no hay nada que reprocharle a este conocido y premiado actor colombiano. Andrés Parra es, sin dudas, un personaje ideal para entrevistar, de esos que tiran títulos casi sin que el periodista los busque. Llegan, de repente, entre palabras y formas agradables. ¿Dónde está ahora? “En Bogotá, en mi casita, feliz, tranquilito”, dice.
La Argentina, como eje del espectáculo
-¿Cuáles son las expectativas para el show en Buenos Aires?
-Divertirnos mucho. Yo soy muy cercano a la Argentina. Muy. Y este espectáculo en particular tiene mucho que ver con la Argentina. Porque parte de lo que yo cuento pasó en la Argentina. Me estoy dando cuenta de eso en este momento en el que te lo estoy diciendo… Eso va a ser muy especial. La situación de la que yo he hablado tantas veces, que cambió un poco todo en mi vida, sucedió allá. Yo estaba en Buenos Aires cuando eso pasó.
“El espectáculo soy yo”, resume Andrés. No compone un personaje, sino que habla de sí mismo. Como lo está haciendo ahora, en esta nota, en la que busca mostrarse auténtico. “El espectáculo es un poco biográfico”, dice. Y ese punto de inflexión en su vida, que sucedió en Buenos Aires, es su separación, en 2022 , de quien fue su esposa durante 10 años -y madre de su hijo menor, de 6 años-, la periodista Diana Cáliz.
“Es una biopic, pero en vez de compartir el éxito, lo que estoy compartiendo es mi miseria, mis miedos, mis traumas, mis complejos, lo que significó ser un niño gordo, mis heridas de infancia. Un viaje a través de mi miseria. Miseria que no se apaciguó con el éxito, a pesar de que yo pensé que sí iba a suceder”, confiesa este actor, exitoso en términos de fama y prestigio, pero que decide exponer su costado menos feliz.
“Al contrario, como que el vacío se hacía más grande”, continúa. “Hasta que finalmente tuve que enfrentarme al mayor de mis miedos y eso me sucedió en Buenos Aires. Es allí donde colapso y cambia todo”, asegura Andrés, quien insiste en que si bien viene haciendo este espectáculo desde principio de año -en distintas ciudades de Colombia y en algunas otras del mundo, como Miami, Nueva York, Lima y más-, recién diciéndolo en esta charla se da cuenta de lo que representa la Reina del Plata en su vida y en este show en particular. “Acabo de hacer el clic”, asume.
-¿Podés relatar ese episodio en Buenos Aires?
-Sucedió el sábado 9 de abril de 2022. Yo estaba filmando la segunda temporada de Los protectores, por eso estaba allí. Ese es el día en el que todo colapsa. Ese día mi matrimonio se acabó. Y era a lo que más miedo le tenía en la vida. Siempre imaginé que una situación así a mí me iba a matar. Y se dio. Era todo muy doloroso, confuso. Fue una granada que me explotó en la cara. Pero casi la reconciliación con la vida se da ahí mismo. Me encantaría poder ir y visitar esa casa donde eso pasó. Yo renací en Buenos Aires. Me morí en Buenos Aires y renací en Buenos Aires.
-Entonces, finalmente, las miserias se apaciguaron…
No sólo eso, sino que a partir de ahí todo se convierte en la más grande bendición del mundo. Yo digo, cuánta gente habrá hoy estancada, paralizada del miedo, por no querer atravesar dolores inevitables. Yo sé lo que es cruzar el infierno y sé qué viene después. De ahí nace un poco el show.
Montaña rusa y toxicidad
Venga que sí es pa’eso tiene 80% de humor y 20% de crudeza. Esa es la fórmula según Parra. “La gente lo ha definido como una montaña rusa. Es muy divertido, pero también hay momentos en los que comparto cosas muy íntimas de mi niñez y pueden llegar a ser muy conmovedoras”.
Y busca, intencionadamente dejar un mensaje: “No perdamos más tiempo. El tiempo pasa, la vida se va acabando y seguimos en lugares, trabajos, situaciones en los que no queremos estar… Pero está el miedo. Y no hay cosa más hermosa que rendirse ante el miedo, porque luego la vida te abraza”, describe, convencido. “Mis problemas siempre fueron la pareja”, vuelve sobre la cuestión. Algunos atraviesan problemas económicos, de salud, de trabajo. “Yo nunca tuve problemas de ese tipo. Siempre tuve problemas con la pareja. Tóxico, dependiente, intenso, vulnerable, caprichoso… Un desastre, amiga”.
-¿Estás en pareja ahora?
-Ahora estoy “en parejas”. Pero mira lo bello. Después de lo que me sucedió, me replanteé el tema de la pareja y me di cuenta de mi nivel de toxicidad. Y de que hay otras formas de amar, en libertad; que se puede amar haciéndose cargo de uno mismo. Y ahí arranqué mi proceso de transformación.
“Creo que la gente está un poco cansada de que los artistas les compartan el éxito: el nuevo auto, la nueva novia… Y yo aposté a compartir la miseria. Y resulta que miserias tenemos todos, todos pasamos por situaciones jodidas. Somos muchos los que estamos rotos. Y no es verdad que eso se va a sanar con una pareja o con un gran trabajo o con un gran salario. Es una invitación a que la gente se conozca. Vamos por la vida como en piloto automático, cumpliendo cosas que nos dijeron que había que hacer, sueños que ni idea si son de uno de verdad. Cumpliendo, cumpliendo y cumpliendo. Es importante parar, mirar y entender qué es lo que queremos en serio”, reflexiona, como también promete hacerlo en el show, que es una invitación a la libertad.
-¿Ya descubriste cuál es o era tu sueño, el que no te impuso nadie, el tuyo?
-Más que saber quién es el auténtico Andrés, he ido reconociendo poco a poco el falso Andrés. Tengo más claridad del falso, que del real. No era verdad que yo era un tipo familiar, al que le parezca interesante convivir, no soy mi profesión ni mis hijos (tiene dos, de 6 y 23 años). No soy la fama ni el prestigio. Hay algo más profundo ahí.
-En el show, ¿hay interacción con el público?
-Sí, el público participa, yo hago preguntas, hay juegos. Pero la interacción es tranquila y respetuosa. Es un show más bien teatral, aunque no hemos logrado saber qué es… Porque es monólogo, pero es stand up… La duración promedio es de dos horas, dos horas y cuarto.
Es la primera vez que se presentará en un escenario en nuestro país. “Siento que Argentina es una plaza muy sabrosa. El argentino está loco, igual que yo. Así que nos vamos a entender”, resume.
La primera vez que vino a nuestro país fue en la década del ’90, para ver a U2 en el estadio de River. Las veces siguientes, vino a trabajar. “Yo soy muy colombiano, sufro de colombianitis aguda. Creo que mi segundo país favorito para vivir sería la Argentina, es un vividero muy sabroso”, asegura.
En Colombia, “cuando a uno el papá o la mamá le iba a pegar, porque había hecho algo malo, a uno le decían: ‘venga, que no es pa’eso’ y uno caía. Hasta que ese dicho se fue transformando en ‘venga que sí es pa’eso, venga que sí le voy a dar el fuetazo”, explica Andrés. “Tiene también una connotación sexual”, agrega.
Por qué no aceptó volver a ser un narco
Seguramente, muchos irán a verlo al teatro buscando encontrar a ese actor al que vieron hacer de Pablo Escobar. Ese personaje que le abrió tantas puertas y del que buscó despegarse para seguir echando vuelo, es con quien el público argentino lo identifica. “Fui muy radical en no volver a aceptar personajes de narcotraficantes y en no volver a hacer a Escobar. Creo que eso me ayudó a desmarcarme. Además, yo nunca me identifico con un personaje. Yo termino y terminó. Se acabó”, explica. “Si yo quería no encasillarme, tenía que salirme completamente y es lo que he intentado hacer. Aunque siguen llamándome y sigo diciendo que no”, agrega.
Así como hay luces, también hay sombras. En 2017 participó en la serie El comandante, interpretando al expresidente de Venezuela Hugo Chávez, y fue “un fracaso rotundo, pero me divertí mucho haciéndola”, dice Andrés. “Creo que fue muy reciente todo cuando se hizo, habría que haberla hecho después. Pero en ese momento le fue muy mal, un desastre”, explica.
Le gustaría que se hagan más temporadas de Los protectores. “Siento que es una serie que puede tener 30 temporadas. Fue muy divertida. Cuando hicimos la segunda temporada, habíamos entendido perfecto de qué se trataba y nos cortaron las piernas y no pudimos hacer la tercera. Y todavía tengo la ilusión de que eso despierte”, expresa.
Venga que sí es pa’eso “es un show muy divertido, muy mal hablado, grosero, muy guarro… Sin filtro de ningún tipo”, define. El año próximo abrirá el tour a otros destinos, que lo harán cruzar el océano. “Seguiré mientras el show aguante y mientras haya gente que quiera verlo”
Información
El 4 de febrero a las 20.30, en el teatro Broadway (Av. Corrientes 1155), se presentará el actor colombiano Andrés Parra, con su unipersonal Venga que sí es pa’eso (una invitación a despertar). El valor de las entradas va de 25.000 a 50.000 pesos.
Cortesía de Clarín
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