El mundo después del dólar parece inimaginable para la mayoría de las personas. Pero lo cierto es que la desconfianza actual en la divisa mundial por excelencia no parece ser solo una reacción pasajera. Algunos de los banqueros centrales europeos ya pusieron esta posibilidad en la discusión y vale la pena explorar qué tan cerca está el euro de ser la moneda de reserva a la que aspira.
Recientemente, Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo, declaró que el euro está listo para ser esa moneda de reserva en los próximos años. Lo dijo mientras el euro se fortalecía frente al dólar en máximos históricos.
¿Pero qué le está dando al euro este nuevo impulso? Al parecer, los propios inversionistas y algunos bancos centrales estarían cambiando su exposición a los activos en dólares y bonos del Tesoro estadounidense.
Un reporte del Deutsche Bank, retomado por Bloomberg, señaló que existe evidencia sobre una desaceleración muy rápida de las entradas de capital estadounidense y, en el peor de los casos, una desinversión activa en activos denominados en dólares. Advierte que la tendencia bajista del dólar frente al euro y otros activos puede ser estructural, en la medida que se materialicen las políticas arancelarias de Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
¿Qué tan cerca está el euro de ser hegemónico?
El euro subió 10.5% frente al dólar en lo que va del año y tocó un máximo no visto desde 2021 en abril. El rally de la moneda común se disparó tras el anuncio de aranceles recíprocos de Estados Unidos que afectaban a Europa con una tasa de 25% antes de que Trump decidiera poner una prórroga.
Este auge no parece ser pasajero si se toman en cuenta algunas consideraciones, como el hecho de que el propio Donald Trump dijo recientemente que un dólar más débil alentará las exportaciones estadounidenses.
Las perspectivas de crecimiento de Estados Unidos se deterioraron en los últimos meses e incluso los grandes bancos y la Organización Mundial del Comercio advirtieron sobre una recesión. Algunos economistas ya advirtieron que, aunque los acuerdos bilaterales de Donald Trump con diversos socios se concreten, su implementación total llevará años.
Europa, por su parte, mantiene algunos incentivos. Klaas Knot, jefe del Banco Central de Países Bajos, señaló en un discurso reciente que su posición agnóstica respecto al euro como reserva de valor está cambiando.
“Facturar más bienes importados en euros ayuda a proteger a los europeos de fluctuaciones cambiarias. Y una mayor demanda de activos denominados en euros puede atraer a inversores extranjeros, lo cual reduce los costos de financiamiento para gobiernos y empresas”, explicó el banquero la semana pasada en el Instituto Peterson de Washington.
Esto es el llamado “privilegio-exorbitante” que con el paso de los años se volvió tan popular para el dólar como la moneda número uno del mundo.
Actualmente, las exportaciones denominadas en euros representan apenas el 30% del total global, las denominadas en dólares más de la mitad. Las reservas de los bancos centrales del mundo están, en su mayoría, denominadas en dólares y, en menor medida, en euros (20%). Y, por supuesto, una gran parte de la deuda de países alrededor del mundo está denominada en dólares.
Esta dependencia de dólares en un socio como Estados Unidos que está dejando de ser confiable ya causó que China y otros países reduzcan gradualmente sus reservas en la moneda hegemónica. Entre los banqueros centrales europeos no ven con malos ojos volver a emitir eurobonos para atraer más inversiones.
Los pendientes del euro
Los activos seguros denominados en euros fueron absorbidos en gran parte por inversionistas extranjeros, señaló Knot. Pero afirmó que la fortaleza externa del euro refleja la fortaleza interna y que, por lo tanto, queda por ver qué hacen los líderes políticos para mostrar solidez institucional, eficiencia económica y financiera.
En términos de solidez institucional y mayor integración, el experto reconoció que actualmente el capital de riesgo se ve limitado debido a que los inversionistas deben lidiar con al menos 27 marcos normativos distintos. Eliminar esta barrera ayudará a atraer inversiones a los mercados bursátiles que puedan detonar empresas tecnológicas nuevas.
Las promesas que Europa deberá hacer al mundo es que se trata de un mercado abierto, basado en normas, con un mercado interno fuerte y una integración mayor, con menos barreras arancelarias.
Desventajas del euro
El euro tiene ciertas desventajas frente al dólar, desde la falta de señoreaje conseguido por la divisa estadounidense, hasta un pasado que tiene entre sus peores antecedentes el brexit -la salida de Reino Unido de la Unión Europea en 2020-, además de crisis por altos déficits fiscales y que no todas las economías crecen al mismo ritmo, opinó Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base.
En el corto plazo, la especialista observa una tendencia a diversificar los activos en el oro y el yen japonés y descarta una concentración excesiva en el euro. Advierte que Europa necesitará de una política fiscal también unificada.
Para Antonio di Giacomo, especialista en mercados de la plataforma de trading XS, la Unión Europea tiene una economía comparable en tamaño a la de Estados Unidos y que mantiene una institucionalidad fuerte y una política monetaria coordinada entre los países miembros.
Sin embargo, considera que los conflictos entre el sur y el norte pueden causar mella en su estabilidad política. Además, por ahora, los bonos de los países europeos no cuentan con una alta liquidez, en comparación con los bonos del Tesoro estadounidense.
Cortesía de Expansión
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