Aparece una isla en el Mar Caspio por primera vez en décadas: podría crecer hasta atraer fauna salvaje

Apenas visible desde la costa, una pequeña franja de tierra ha empezado a desafiar el horizonte líquido del Mar Caspio. No aparece en los mapas ni tiene aún nombre oficial, pero su existencia ya ha sido confirmada por una expedición científica rusa que, con drones y estudios oceanográficos, logró certificar lo que hasta hace poco parecía solo una anomalía en imágenes satelitales. A unos 30 kilómetros al suroeste de la isla Maly Zhemchuzhny, ha nacido una isla que podría crecer con el tiempo, empujada por un fenómeno natural de gran alcance: el descenso progresivo del nivel del mar.

Este sorprendente cambio geográfico fue observado inicialmente en noviembre de 2024 por científicos del Instituto de Oceanología P. P. Shirshov (IO RAS) al analizar imágenes satelitales. Lo que parecía ser una simple acumulación de sedimentos comenzó a tomar forma y volumen. Pero no fue hasta una reciente expedición conjunta con la Reserva Estatal de Astrakhan que se pudo verificar en el terreno —o más bien, desde el aire— que una nueva masa de tierra había emergido donde antes solo había agua.

El Mar Caspio: un gigante interior en retroceso

El Mar Caspio, conocido por ser la mayor masa de agua interior del planeta, lleva años enfrentando un descenso alarmante en su nivel. A medio camino entre Europa y Asia, su ecosistema depende en gran parte del caudal de ríos como el Volga, y de la evaporación, que se ve acelerada por el cambio climático. Las alteraciones en la temperatura global, combinadas con una disminución de las precipitaciones en ciertas regiones, están provocando que el mar se retire, exponiendo lentamente bancos de arena, lechos marinos y, en casos como este, formando nuevas islas.

La historia del Caspio no es nueva en cuanto a fluctuaciones. Durante el siglo XX, ya se observaron ciclos similares en las décadas de 1930 y 1970, pero la tendencia actual parece más persistente. Desde 2010, el descenso se ha hecho más acusado, y los efectos ya son visibles no solo para los investigadores, sino también para comunidades costeras que ven cómo su entorno cambia de forma irreversible.

Una isla que aún no se puede pisar

A pesar de que la expedición científica logró acercarse a la nueva isla, las aguas extremadamente someras y las condiciones meteorológicas impidieron el desembarco. Las imágenes obtenidas por cuadricópteros muestran una superficie baja, húmeda y plana, interrumpida por crestas arenosas moldeadas por el viento y el oleaje. Por ahora, se trata de un terreno emergente, apenas unos centímetros por encima del nivel del mar, pero su altura relativa podría aumentar en los próximos meses, especialmente durante el verano, cuando el caudal del Volga disminuye y la evaporación se incrementa.

Los investigadores no pudieron acceder a la isla debido al mal tiempo y a la escasa profundidad del agua que la rodea
Los investigadores no pudieron acceder a la isla debido al mal tiempo y a la escasa profundidad del agua que la rodea. Foto: Yu. Shulgina/Videostudio IO RAS

Según los científicos, esta isla podría ganar altura y extensión si la tendencia de descenso del nivel del mar continúa. Además de su interés geológico, el nuevo territorio podría convertirse en un hábitat valioso para especies animales en peligro, como la foca del Caspio o aves migratorias que utilizan estos enclaves aislados como zonas de anidación.

¿Un fenómeno aislado o el inicio de una transformación mayor?

La aparición de esta isla ha sido descrita como el resultado de un proceso cíclico, aunque acelerado por el contexto actual del calentamiento global. En palabras de los expertos del IO RAS, el Caspio está experimentando una reconfiguración natural, y es probable que otras formaciones similares surjan en los próximos años. Esto plantea nuevas preguntas sobre la evolución geológica de la región y sobre cómo gestionar estos cambios en términos ecológicos, legales y científicos.

Además, aún está pendiente la elección de un nombre oficial para la isla. Tradicionalmente, estos topónimos se asignan en función de características geográficas, hechos históricos o en honor a figuras relevantes. La decisión, prevista para finales de 2025, dependerá en parte de los hallazgos que realicen los científicos en futuras expediciones.

Lo que hace tan relevante este hallazgo no es solo la formación en sí, sino lo que revela sobre el frágil equilibrio de los ecosistemas cerrados como el Mar Caspio. Al no tener salida al océano, cualquier cambio en sus aportes hídricos o en sus condiciones climáticas internas puede alterar profundamente su fisonomía. Y en este caso, ese cambio se ha materializado ante nuestros ojos, de forma lenta pero visible.

La aparición de esta isla podría ser el primero de varios episodios similares. De hecho, los investigadores no descartan que se trate del inicio de un nuevo patrón de emergencia de tierras en esta cuenca, un fenómeno que podría modificar las fronteras físicas, pero también ecológicas, de uno de los mares más enigmáticos del planeta.

Esta nueva geografía emergente no solo llama la atención de los científicos, sino que abre nuevas líneas de investigación sobre el impacto del cambio climático en cuerpos de agua interiores. El Mar Caspio, con su historia rica en comercio, cultura y biodiversidad, vuelve a situarse en el centro de atención, no por lo que esconde bajo sus aguas, sino por lo que comienza a revelar en su superficie.

Cortesía de Muy Interesante



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