El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha revelado que se ha localizado Sak‑Bahlán, el último asentamiento de los lacandones-ch’olti’es. Se trata de la última variante de mayas rebeldes que sobrevivió en Chiapas a la Conquista. El último registro que se tenía del sitio data de 1695, cuando fue sometido por fray Pedro de la Concepción.
El hallazgo fue posible gracias al uso de un moderno modelo predictivo de Sistemas de Información Geográfica (SIG) que el investigador Joshué Lozada aplicó al proyecto arqueológico. Se lograron reconstruir rutas de comunicación prehispánicas de los grupos mayas. El proyecto contó con el financiamiento de Discovery Channel.
La selva Lacandona, en Chiapas, recibe su nombre del pueblo que lo habita: los lacandones. Previo a la llegada de los españoles, la cultura maya, de la que se desprenden los lacandones, sumaba hasta 13 millones de pobladores. Hoy, el grupo de los lacandones no supera los 1,500 representantes. Aún así han dejado testimonio de su resistencia y perseverancia, al ser considerados los últimos mayas rebeldes que habitaron Chiapas.
En 1695, fray Pedro de la Concepción encabezó la conquista de la última de sus ciudades: Sak‑Bahlán (Tierra del jaguar blanco). El sitio fue renombrado como Nuestra Señora de los Dolores, pero solo se mantuvo en pie por 26 años, hasta que fue abandonado en 1721 y la selva lo devoró. Sin embargo, sus registros evitaron que cayera en el olvido, lo que permitió lanzar el Proyecto Arqueológico Sak-Bahlán, dirigido por los doctores Brent Woodfill de la Universidad Winthrop, Estados Unidos y Yuko Shiratori, de la Universidad de Rissho, Japón.
Fusión de tecnología moderna y archivos históricos
Josuhé Lozada, especialista del Centro INAH Chiapas, y quien desarrolló el mapa, explicó que los lacandones-ch’olti’es sobrevivieron como pueblo independiente por 110 años después de que su capital Gran Peñón (Lacam-Tún) fuera invadida en 1586. Múltiples registros de los conquistadores, como el de fray Pedro de la Concepción y fray Diego de Rivas (en 1695), dan detalles sobre la ubicación de Sak‑Bahlán, como estar en una llanura rodeada por el río Lacantún.
“Tomé datos de la crónica del fraile De Rivas, de 1698; por ejemplo, narra que, ese año, él y una tropa de soldados partieron de Nuestra Señora de los Dolores (antes Sak-Bahlán) y caminaron cuatro días hasta el río Lacantún. Navegaron por dos días y llegaron a El encuentro de Cristo, lugar donde el afluente se une con el río Pasión, y dejaron sus canoas para luego caminar hasta el lago Petén Itzá, en Guatemala”.
-Josuhé Lozada, especialista del Centro INAH Chiapas
Con la mezcla de las crónicas del periodo Virreinal, las rutas de los ríos y mapas topográficos, Lozada desarrolló el modelo predictivo de SIG permitió delimitar la zona más probable para la localización de Sak‑Bahlán, que coincide con un sitio cercano a los ríos Jataté e Ixcán en el que recientemente se han realizado descubrimientos de vestigios arqueológicos.
El hallazgo se encuentra actualmente en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas e Históricos, su entrada figura como “Sol y paraíso. Probablemente Sak-Bahlán”. Además, los resultados formarán parte del documental Discovering the hidden Mayan city: Sac Balam, producido por Discovery Channel.
A la fecha aún hay múltiples ciudades mayas que permanecen perdidas, y cuya existencia solo conocemos gracias a los registros de sus conquistadores. Varias de ellas han sido encontradas por mero accidente, mientras que de otras se cree que sus restos fueron completamente saqueados.
Cortesía de Xataka
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