Así es ¡Ya estamos en época de “Declaraciones Anuales”!

¿Realmente es tan complicado? Te podrás estar preguntado y mi respuesta sería: depende. Cuando se cuenta con un pre-cierre y su revisión, papeles de trabajo estructurados, documentación soporte adecuada, controles adecuados y te acercaste a platicar los temas relevantes con tu asesor fiscal de confianza, te diría que no, no es tan complicado, en la medida que vaya faltando alguno de estas variables en la ecuación la cosa se empieza a poner de ambiente.

¿En realidad es importante la presentación de la declaración anual?

Si, si, si, el presentar la declaración anual es una obligación para las compañías establecida en Ley (y que hay que cumplir para evitar las sanciones que correspondan), pero más allá de eso, considero hay otros elementos que tenemos que tener en mente y que son relevantes para concientizarnos de la importancia de su presentación, de su cumplimiento.

Por ejemplo, el impuesto sobre la renta (aka ISR) es el impuesto más importante para el País, sin éste no le sería posible al Gobierno el poder llevar a cabo muchos (si no es que ninguno) de los Programas Sociales que hoy en día desarrolla, no podría financiar infraestructura, educación, salud ni educación y si ¿dónde crees que las compañías muestran lo que tienen que pagar de este impuesto? Así es, en la declaración anual, en esta se refleja la capacidad contributiva de cada empresa al gasto público, información que ayuda a nuestro Gobierno para la toma de decisiones. Pero no solo es importante para nuestro Gobierno, también es importante para las compañías que están obligadas a su presentación ¿por qué? Bueno, porque la información que se muestra en dicha declaración anual les sirve para conocer su situación financiera, planificar a futuro y crear presupuestos, saber en qué están bien y en qué no tan bien, qué piezas hay que ajustar y qué se tiene que mejorar.

Una nueva era, una nueva declaración anual.

Es natural que con el paso del tiempo, las cosas cambien. Conforme los años pasan, además de ex´s, kilos y canas, se van acumulando situaciones, escenarios, experiencias que nos hacen reflexionar si lo que hoy en día se tiene es suficiente o correcto para atenderlas.

El claro ejemplo de ello es justo el formato actual de la declaración anual a presentar para el año 2024. Algunos dirán que, otra vez, solo se hizo una institucionalización de la página web del SAT y solo se le agregaron los colores correspondientes a los que la administración actual pertenece, pero la realidad es que si hay cambios en el formato, lo que significa que tendríamos que modificar lo que se hizo o se venía haciendo en años anteriores y que, a su vez, significa que habrá que invertir recursos adicionales (tiempo y personal) para su atención, por lo que habrá que ser precavidos e identificarlos. Algunos de estos cambios son:

  • El prellenado de algunos conceptos, tales como los ingresos, es uno de estos cambios, que si bien tiene como finalidad cumplir con la promesa hecha de simplificar la forma de pagar impuestos, que se agradece, hay que revisar de manera cuidadosa porque el primo de un amigo me contó que estos no checan siempre, ya sea con la integración que se tiene en papeles de trabajo o bien, con los CFDIs de ingreso que la compañía tiene del ejercicio.
  • Otro cambio a considerar es el formato de presentación de la declaración anual es más simple y da conceptos muy puntuales a considerar o realiza de manera automática cálculos de los cuales no se sabe el cómo se determinaron y llegan a mostrar diferencias con los papeles de trabajo que se prepararon, como es el caso de la determinación de la proporción exenta pagada a los trabajadores.
  • Un cambio adicional es que, afortunadamente (para un servidor por el tiempo que me llevaba), se eliminan los estados financieros de estados de flujo de efectivo y estado de cambios en el capital contable.
  • Por último, un cambio importante e interesante es que las pérdidas fiscales ya se pueden capturar manualmente, otra vez.

Un consejo te doy, porque tu amigo Ben soy.

Bien dicen que aquel que no conoce su historia, está condenado a repetirla (ojo, no incluyó un autor en específico, porque al parecer se le atribuye a varios, así que, por favor, considera el que más te guste).

Es justo por la frase anterior que me ha resultado una buena práctica el ir anotando aquellas situaciones que me han causado dolores de cabeza, cómo se han resuelto, así como aquellas que me han ayudado a mejorar, por lo que, en atención a este tema, te dejo algunos consejos para la preparación y envío de la declaración anual de tu o tus compañías:

  • Confirma siempre si estás obligado o no a presentarla y si el formato que utilizarás es el vigente y el correspondiente.
  • Verifica que la compañía esté al día con su cumplimiento fiscal, desde los datos en el RFC, la vigencia de la firma electrónica avanzada, contraseñas y poderes, hasta la presentación definitiva de los pagos provisionales, todo cambio puede tomar más de 24h en verse reflejado en el sistema del SAT, ojo.
  • Tener completos, cerrados y listos los papeles de trabajo que te servirán de soporte para el llenado de la declaración anual, el llenado se hace contra-reloj y la página de internet te podría sacar del llenado de la declaración anual y si, puede ser que tengas que empezar de ceros, ¡sorry!
  • Hacer un box de sombra de los CFDIs de ingresos que estas considerando y confirmar que te amarren vs lo manifestado en la declaración anual o bien, identificar el porque o el porqué no se deben considerar.
  • Estar ciertos de que se cuenta con la documentación soporte suficiente de las deducciones autorizadas consideradas, contratos, registros contables, políticas de la compañía que se relacionen con ellas, CFDIs, comprobantes de pago (en su caso), evidencia de su realización, etc.
  • Clasificar correctamente las deducciones autorizadas de acuerdo con los conceptos que el formato electrónico de la declaración anual considera, por favor, evita agruparlos en el concepto de gastos generales.
  • Ya estar seguros de que la compañía está obligada a dictaminar sus estados financieros para efectos fiscales, si opta por ellos o ninguna de ellas, créanme, esto es un clásico.
  • No olvidar, repito, no olvidar que puedes estar también obligado a presentar la información sobre la situación fiscal (aka ISSIF) de la compañía y esta se presenta junto con la declaración anual.
  • Revisar antes del envío, la plataforma con la que cuenta el SAT para revisar que concuerden y coincidan los CFDIs de tipo nómina de pagos.
  • Tener al día las operaciones realizadas con sus partes relacionadas, esto tiene un apartado específico y puede dar nacimiento a la presentación de declaraciones informativas adicionales.
  • Y por último, por lo que más quieras, no te esperes a presentarla hasta los dos o tres últimos días del plazo, porque dicen, cuentan, corre la leyenda de que un espíritu maligno se apodera de la página del SAT y no te permite mandar tu declaración anual… por si las dudas, yo no me arriesgaría.

MBA y LCPC Arieman Ben Pandira Albarrán Monroy
integrante de la Comisión Técnica Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México

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