Así revoluciona la inteligencia artificial las transacciones en línea

La transformación digital en el sector financiero avanza con fuerza. Según datos de Statista, el gasto mundial en inteligencia artificial en servicios financieros alcanzará los 55,900 millones de dólares en 2025, más del doble que en 2022. Esta inversión está remodelando desde la forma en que los consumidores hacen un pago, hasta la infraestructura invisible que lo hace posible.

La industria de pagos, en particular, está viviendo una renovación estructural sin precedentes. Tocas tu teléfono, pasas la tarjeta o haces clic en “pagar ahora” y el pago se procesa. Parece simple a simple vista, pero detrás de cada transacción hay una red compleja que está evolucionando aceleradamente.

Gobiernos, bancos centrales y empresas tecnológicas están cuestionando cómo debe circular el dinero en una economía digital. En países como Brasil e India, los sistemas de pagos inmediatos han revolucionado el acceso al dinero, generando eficiencias de escala y nuevos modelos de negocio.

“La mejor tecnología no solo ofrece mayor rendimiento y menor fricción; también redefine lo que esperamos de una experiencia financiera”, afirma Rodrigo González, director general de NOVA. “Así como internet creó las condiciones para una nueva generación de pagos, hoy la inteligencia artificial está trazando el camino hacia transacciones más inteligentes, seguras y eficientes”.

La innovación ocurre a lo largo de todo el ciclo de vida del pago:

⦁ Cómo paga la gente: aplicaciones móviles, billeteras digitales y experiencias integradas están elevando las expectativas de los consumidores en todo el mundo.

⦁ Cómo se mueve el dinero: los pagos de cuenta a cuenta, las transferencias en tiempo real y las tecnologías blockchain permiten operaciones más rápidas, transparentes y de menor costo.

⦁ Cómo aceptan pagos los comercios: las empresas adoptan sistemas que reducen la dependencia de intermediarios tradicionales, ofreciendo mayor control, menores comisiones y mejor experiencia de usuario.

En el ámbito B2B, los avances tecnológicos son aún más transformadores. Soluciones como la automatización y la inteligencia artificial predictiva están redefiniendo las redes de pagos corporativos.

Ahora poco a poco, las empresas pueden integrar flujos de pago directamente en sus plataformas operativas, con visibilidad total del flujo de efectivo, conciliaciones automáticas y decisiones de crédito instantáneas.

De acuerdo con González, lo que está cambiando ahora es un cambio filosófico y arquitectónico: la funcionalidad de pago se está integrando cada vez más directamente en aplicaciones comerciales como sistemas de facturación, software de compras, portales de proveedores e incluso herramientas de gestión de relaciones con los clientes (CRM).

Inteligencia Artificial: eficiencia operativa y toma de decisiones

De acuerdo con estimaciones internas, la implementación de software asistido por IA ha permitido triplicar la velocidad de desarrollo de soluciones digitales para instituciones bancarias. Además, ya se utilizan agentes inteligentes que automatizan procesos estratégicos y colaboran en la toma de decisiones en tiempo real, generando eficiencia operativa y valor agregado.

Con la mirada puesta en el futuro cercano, Nova enfoca su estrategia en dos ejes clave: la Inteligencia Artificial Generativa (GenAI) y la transición del open banking hacia un modelo más amplio de Open Finance.

Para avanzar en esta dirección, la compañía ha conformado una unidad especializada en GenAI, respaldada por alianzas estratégicas con líderes tecnológicos como Nvidia, h2o.ai, Google, Databricks, Amazon y Microsoft. Este ecosistema de colaboración se complementa con esquemas de gobernanza robustos, diseñados específicamente para operar en entornos altamente regulados.

Por último, Rodrigo González, puntualiza, “la infraestructura financiera del futuro será cada vez más invisible para el usuario final, pero más compleja y poderosa en su arquitectura tecnológica”. Por ello, la empresa mexicana continúa invirtiendo en soluciones que no solo respondan a los retos del presente, sino que anticipen los modelos operativos del futuro financiero digital.

Cortesía de El Economista



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