Durante una ola de calor, el cuerpo humano responde con una estrategia que parece simple: sudar. Pero lo que ocurre en la piel no es tan evidente como una camiseta empapada o una frente brillante. En realidad, lo que entendemos por “sudar” ha estado basado en una idea equivocada durante mucho tiempo: que el sudor sale como pequeñas gotas desde los poros. Ahora, una investigación reciente revela que esa imagen clásica no se ajusta a la realidad fisiológica.
Un equipo científico de la Universidad Estatal de Arizona ha demostrado que el sudor no aparece en forma de gotitas individuales que emergen de los poros, sino que se acumula como una película fluida sobre la piel. El estudio, publicado en Journal of the Royal Society Interface, combina técnicas de imagen avanzadas y mediciones fisiológicas para observar, con un detalle sin precedentes, cómo se inicia y se propaga la transpiración en el cuerpo humano.
Del poro a la película: cómo se mueve realmente el sudor
La mayoría de las personas piensa que el sudor “brota” de la piel en forma de gotas, como si fuera una fuente microscópica. Sin embargo, el estudio demostró que el líquido no sale como un domo redondeado, sino que primero se acumula dentro de cada poro, en una superficie curva muy poco profunda, antes de expandirse por la piel en forma de una delgada película.
Tal como explican los autores, “el sudor comúnmente forma un menisco poco profundo en el poro”. Esta forma plana o cóncava contrasta con la idea extendida de que las gotas sudoríparas tienen forma hemisférica. De hecho, estas películas de sudor pueden conectarse entre sí, cubriendo grandes áreas de piel sin formar gotas visibles.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores utilizaron cámaras infrarrojas, tomografía de coherencia óptica y sensores de conductividad eléctrica. Observaron de cerca cómo el sudor salía en ciclos, pasaba de los poros a formar charcos mínimos y luego se extendía como una fina capa líquida.

Tecnología para mirar la piel como nunca antes
Lo novedoso de este estudio no solo está en sus conclusiones, sino en la forma en que se obtuvieron. El equipo usó una combinación de imágenes térmicas en el infrarrojo medio (MWIR), tomografía óptica (OCT) y fotografía macro. Esta variedad de técnicas permitió ver lo que ocurre en la piel desde distintas profundidades y escalas.
Los experimentos se realizaron con seis voluntarios que permanecieron tumbados mientras se les aplicaban ciclos de calor, enfriamiento y calor nuevamente. Durante estos ciclos, los investigadores midieron en tiempo real cómo surgía el sudor, cómo se acumulaba en la piel y cómo cambiaban los niveles de hidratación y conductividad.
Gracias a este enfoque multiescala, fue posible distinguir tres modos diferentes de sudoración: el llamado modo poroso cíclico, donde el sudor aparece en los poros pero no se esparce; el modo de transición, en el que se forman pequeños charcos; y finalmente el modo de película, donde el sudor cubre grandes zonas de la piel.
¿Entonces por qué vemos gotas de sudor cuando estamos sudando?
Cuando sudamos intensamente, lo que vemos en la superficie de la piel son gotas visibles que parecen surgir directamente de los poros. Sin embargo, esto ocurre solo en una fase avanzada del proceso. Al principio, el sudor no aparece como gotas, sino como una película fina que se forma al unirse pequeñas cantidades de líquido provenientes de distintos poros. Esta capa húmeda, casi imperceptible, se extiende lentamente por la superficie cutánea.
Las gotas se forman cuando el sudor producido es mayor que la cantidad que puede evaporarse o repartirse como película. En ese momento, el líquido comienza a acumularse en ciertos puntos y, por efecto de la tensión superficial, adopta forma de gota. Es decir, lo que vemos no es el inicio del sudor, sino su manifestación final cuando el sistema de enfriamiento natural del cuerpo está trabajando al máximo y no logra dispersar todo el líquido generado.

El papel invisible de la sal y la piel muerta
Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio tiene que ver con la interacción entre el sudor y la capa más externa de la piel, el estrato córneo. Esta capa, compuesta de células muertas, actúa como una esponja capaz de absorber hasta un 70 % de su volumen en agua, y juega un papel clave en cómo el sudor se distribuye.
Durante los primeros momentos de sudoración, el líquido no llega inmediatamente a la superficie. Primero es absorbido por esta capa. Solo cuando se ha saturado por completo, el sudor empieza a acumularse y extenderse por fuera. Esto fue claramente visible durante los experimentos: en los primeros minutos, el sudor desaparecía sin dejar rastro, hasta que la piel “rebosaba” y comenzaba a humedecerse visiblemente.
Además, al repetir el proceso tras enfriar a los participantes, los científicos notaron que el sudor salía más rápido en la segunda ronda. ¿La razón? Los restos de sal que quedaron en la piel tras la primera evaporación modificaban el comportamiento del líquido, facilitando su expansión como película desde el inicio. Esto sugiere que el sudor no solo actúa como refrigerante, sino que prepara el terreno para sudar mejor en el siguiente episodio térmico.
Más allá del sudor: aplicaciones prácticas del descubrimiento
Este estudio no solo modifica lo que sabíamos sobre la fisiología básica, sino que también abre la puerta a avances tecnológicos y médicos. Conocer mejor cómo se comporta el sudor a nivel microscópico puede ayudar a diseñar textiles más eficaces, mejorar sensores portátiles, o incluso ayudar en el diagnóstico de afecciones relacionadas con la sudoración, como la hiperhidrosis o la anhidrosis.
También podría influir en el desarrollo de productos cosméticos o farmacológicos que actúan sobre la piel, optimizando su interacción con una superficie que no es tan seca o lisa como muchas veces se asume. Este nuevo conocimiento sobre la formación de películas líquidas también puede tener implicaciones en el diseño de dispositivos médicos que deben adherirse o medir funciones en la piel.
Por ejemplo, si un sensor no toma en cuenta que el sudor no se presenta como gota sino como película, podría registrar valores erróneos o imprecisos. Y lo mismo ocurre con prendas diseñadas para evacuar humedad: ahora se sabe que deben estar pensadas para lidiar con películas extensas, no solo gotas localizadas.
Un nuevo modelo de sudoración para el cuerpo humano
Este trabajo redefine el proceso fisiológico de sudar desde sus primeras fases hasta su expresión más visible. La imagen tradicional del sudor como una gota es sustituida por una más realista, en la que el líquido emerge de forma casi invisible, se distribuye lentamente y acaba cubriendo grandes zonas en forma de película.
Los autores resumen esta idea con claridad: “nuestros hallazgos desafían la conceptualización tradicional de que el sudor emerge de los poros como gotas hemisféricas”. Lo que se observa es un comportamiento mucho más complejo y dinámico, en el que la piel, el sudor y la sal interactúan en múltiples fases.
Además, el estudio sugiere que este comportamiento podría ser más “natural” de lo que se creía. Antes de la existencia del jabón y el lavado frecuente, era normal que la piel acumulara sal. En esas condiciones, la sudoración en forma de película, sin gotas previas, podría haber sido la norma. Hoy, al eliminar esos residuos constantemente, modificamos la forma en que sudamos.
Referencias
- Cibin T. Jose, Ankit Joshi, Shri H. Viswanathan, Sincere K. Nash, Kambiz Sadeghi, Stavros A. Kavouras, Konrad Rykaczewski. A micro-to-macroscale and multi-method investigation of human sweating dynamics. Journal of The Royal Society Interface (2025). https://doi.org/10.1098/rsif.2025.0407.
Cortesía de Muy Interesante
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