La investigación por el ataque armado contra los activistas venezolanos Luis Alejandro Peche y Yendri Velásquez ha revelado un detalle inquietante: el vehículo utilizado por los sicarios habría salido del mismo conjunto residencial de donde partieron las víctimas minutos antes del atentado. La hipótesis apunta a que los agresores podrían haber tenido acceso a esa zona o haber seguido sus movimientos de cerca.
La Policía confirmó que las víctimas, identificadas como Luis Alejandro Peche y Yendri Velásquez, resultaron heridos en sus piernas cuando salían de su vivienda en Cedritos. Ambos están estables en el Hospital Reina Sofía.
El comandante de la Policía en la localidad de Usaquén, coronel Ricardo Chaves, informó que el vehículo implicado salió del mismo edificio de las víctimas y fue ubicado en Suba con dos pistolas en su interior.
El ataque ocurrió este lunes 13 de octubre en el norte de Bogotá, en inmediaciones de la carrera 19 con calle 134. Tres hombres en un automóvil interceptaron a los activistas y les dispararon repetidamente. Ambos resultaron heridos en las piernas, pero sobrevivieron.
Tras un plan candado, la Policía encontró el vehículo en Suba, con armas y municiones en su interior. Los responsables lograron huir a pie.
Fuentes judiciales señalaron que las cámaras de seguridad confirmaron que el carro de los sicarios salió minutos antes del conjunto donde residían los activistas. Este dato abre la puerta a preguntas sobre la posible infiltración, seguimiento previo o fallas en los protocolos de seguridad para personas con estatus de refugio político.
Peche y Velásquez llegaron a Colombia hace pocas semanas tras huir de persecuciones del régimen de Nicolás Maduro. Velásquez, activista LGBTIQ+ y defensor de derechos humanos, había sido detenido previamente en Venezuela. Ambos buscaban protección internacional mientras tramitaban su estatus migratorio.
Aunque no tenían amenazas registradas en Colombia, organizaciones sociales advirtieron que este caso pone en evidencia la falta de alertas tempranas y medidas preventivas para refugiados políticos que huyen de regímenes autoritarios.
La líder opositora venezolana María Corina Machado denunció el ataque y exigió garantías para quienes han salido de su país escapando de persecuciones políticas.
“Este ataque constituye una grave agresión no solo contra ellos, sino contra toda la labor de protección y promoción de los derechos humanos en la región. Le pedimos a las autoridades colombianas y al gobierno del presidente Gustavo Petro una investigación exhaustiva, transparente y urgente que permita esclarecer los hechos, identificar a los responsables y garantizar justicia”, dijo la líder de la oposición que hace unos días fue premiada con el Premio Nobel de Paz.
Por su parte, el presidente Gustavo Petro anunció que se fortalecerán los esquemas de protección, sin precisar detalles sobre cómo se implementarán esas medidas ni si habrá coordinación especial con organismos internacionales.
“La UNP ampliará la protección de los activistas de derechos humanos de cualquier país del mundo en Colombia. Sabemos que buscan los violentos en este caso. Sabemos de la reunión en Cúcuta de las mafias coordinadas. A quienes quieran la paz se les dará la mano, los demás serán enfrentados con contundencia”, dijo el jefe de Estado.
Este no es un caso aislado. En los últimos años, Colombia ha sido refugio de opositores políticos venezolanos y activistas de derechos humanos. Sin embargo, varios de ellos han denunciado hostigamientos, seguimientos y amenazas.
Cortesía de El Colombiano
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