Auroras boreales: qué son y por qué se forman

Un fenómeno tan extraordinario como son las auroras boreales es casi imposible de ver en Catalunya y España. No obstante, esa excepcionalidad a veces se puede dar en latitudes bajas por la intensa actividad del Sol. Pero, ¿qué son exactamente las ‘luces del norte’, típicas en los polos de la Tierra, y por qué en ocasiones tiñen de los cielos de la península?

Según la Organización Meteorológica Mundial (WMO), las auroras boreales son un fenómeno luminoso conocido como “electrometeoro“, que se manifiesta en las capas superiores de la atmósfera en diferentes formas: arcos, bandas, cortinas y otros patrones visuales sorprendentes fruto de una tormenta geomagnética. Además, se forman cerca de los polos magnéticos, en regiones conocidas como “óvalos aurorales”.

Durante las tormentas solares, intensificadas por el pico de actividad del astro rey, el óvalo auroral puede expandirse temporalmente, permitiendo la observación de auroras boreales desde latitudes más bajas.

De acuerdo con la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), las auroras boreales son el resultado de la interacción entre el viento solar y el campo magnético de la Tierra. El viento solar, especialmente intenso durante los períodos cercanos a la máxima actividad solar, que se produce en ciclos de aproximadamente 10 a 12 años, es el motor de este fascinante espectáculo celeste.

Pico de actividad solar

Actualmente nos hallamos cerca del pico de actividad solar, un estado que intensifica (y facilita) la aparición de auroras boreales. Así, las manchas solares, que indican las áreas de actividad magnética solar asociadas con erupciones solares y eyecciones de masa coronal se convierten en un indicador de esta intensificación. Según precisa, también, la Agencia Estatal de Meteorología, las auroras polares se generan debido a la presencia de partículas cargadas eléctricamente, expulsadas desde el sol en forma de viento solar, que interactúan con los gases rarificados de las capas superiores de la atmósfera.

A diferencia de los fenómenos meteorológicos convencionales, las auroras boreales se forman a altitudes mucho más elevadas, generalmente entre 90 y 150 kilómetros sobre la superficie terrestre.

El campo magnético de la Tierra guía estas partículas, principalmente electrones y protones, hacia los polos magnéticos, donde colisionan con átomos y moléculas de gases en la termosfera y exosfera. Estas colisiones provocan que los electrones de los átomos de nitrógeno y oxígeno se eleven temporalmente a un estado de mayor energía, conocido como estado “excitado”.

Cuando estos electrones regresan a sus niveles de energía normales, liberan energía en forma de fotones de luz con diversas longitudes de onda.

Sin embargo, durante períodos de intensa actividad solar, como el que estamos experimentando actualmente, las eyecciones de masa coronal y las erupciones solares pueden aumentar la intensidad del viento solar y alcanzar la magnetosfera terrestre, desencadenando estas tormentas geomagnéticas, que provocado un aumento del óvalo auroral.

Cortesía de El Periodico



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