Ausencias y símbolos: México en el Juego de Estrellas de la MLB 2025


Este 15 de julio, el beisbol de las Grandes Ligas detiene su ajetreado calendario para dar paso a uno de sus eventos más esperados y espectaculares: el Juego de Estrellas 2025, que tendrá como sede el Globe Life Field, casa de los Rangers de Texas. Es una cita con el talento, la nostalgia y el espectáculo, pero también, para quienes seguimos de cerca la evolución del pelotero mexicano en las Mayores, representa una oportunidad para observar dónde estamos parados.

Este año, son cuatro los mexicanos convocados para el evento. Todos ellos pertenecientes a la Liga Americana, lo cual, de entrada, llama la atención por la ausencia absoluta de mexicanos en la Liga Nacional, algo poco común y que invita a una lectura más profunda de lo que ocurre con el desarrollo y la visibilidad de nuestros talentos.

Los seleccionados son:

Alejandro Kirk, receptor de los Blue Jays de Toronto, quien acude por segunda vez a un Juego de Estrellas. Es ya una presencia consolidada en la Gran Carpa, destacado por su defensiva sólida y su habilidad en el contacto con el bate.

Jonathan Aranda, infielder de los Rays de Tampa Bay, hace su debut en este evento. Ha tenido una temporada de crecimiento sostenido, mostrando versatilidad y consistencia al bat, lo que le ha valido este merecido reconocimiento.

Andrés Muñoz, lanzador cerrador de los Mariners de Seattle, también debuta en este tipo de encuentros. Con una recta poderosa y un temple de veterano a pesar de su juventud, se ha consolidado como uno de los relevistas más eficientes de la temporada.

Finalmente, Isaac Paredes, también de los Rays, fue convocado de última hora como reemplazo de José Ramírez, el estelar de los Guardians de Cleveland. Es también su primera aparición en un All-Star Game, y su llamado responde a su gran productividad ofensiva y versatilidad defensiva.

Es innegable que la presencia de cuatro mexicanos en el roster del Juego de Estrellas es un motivo de orgullo nacional. Sin embargo, también hay que decir que solo uno de ellos, Andrés Muñoz, tendría asegurado participar en caso de requerirse un cerrador, toda vez que sin duda es el mejor en este momento. Los otros tres, aunque están en el roster, podrían tener una participación simbólica o incluso no entrar al campo, dependiendo de las circunstancias del juego. Es el clásico dilema del “estar, pero no necesariamente jugar”.

Otro aspecto llamativo es que todos pertenecen a la Liga Americana, cuando históricamente ha habido más equilibrio o incluso inclinación hacia la Nacional en cuanto a talento latinoamericano y mexicano en particular. Esta distribución desigual invita a preguntarse si existen sesgos estructurales, decisiones técnicas discutibles o simplemente una cuestión estadística. Pero también podría reflejar cómo los equipos de la Americana han apostado más por nutrir y desarrollar talento mexicano en sus organizaciones.

Y si bien celebramos a quienes sí fueron convocados, no podemos ignorar algunas ausencias notables, como la de Jarren Durán, jardinero de los Red Sox de Boston, quien ha tenido una temporada destacada.

También ha quedado fuera Randy Arozarena, pelotero cubano-mexicano que ha representado con orgullo a México en competencias internacionales y que en otras ediciones fue una figura central del evento. Está temporada, su rendimiento no ha estado a la altura de años previos.

A todo esto se suma la constante histórica: aunque la Liga Americana suele tener más brillo individual, es la Nacional la que ha ganado más veces en los últimos años. Este tipo de eventos, además de su valor simbólico, también ponen sobre la mesa el debate sobre favoritismos y percepciones dentro del béisbol de élite. ¿Sigue habiendo una inclinación mediática o de los fanáticos hacia ciertos equipos o Ligas? ¿Afecta esto la manera en que se eligen los rosters?

El Juego de Estrellas es, en el fondo, un reflejo del momento que vive el beisbol, pero también del espacio que ocupa México dentro de ese universo. Tener cuatro representantes, tres debutantes y un ya consolidado, nos habla de que hay talento y hay futuro, pero también de que aún falta consolidar esa presencia en roles protagónicos y en ambos lados de la competencia.

Mientras tanto, queda desear que los convocados puedan tener participación y logren sobresalir, no solo como símbolo del talento nacional, sino como prueba de que el beisbolista mexicano está a la altura de los mejores del mundo.

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@salvadorcosio1

Cortesía de El Informador



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