Uno no puede menos que quedarse absorto, con la boca abierta, cuando las imágenes de Avatar: Fuego y cenizas, de James Cameron, comienzan a proyectarse en la pantalla. Es un vuelo rasante que realizan los hijos mayores de Jake Sully (Sam Worthington) y Neytiri (Zoe Saldaña), entre acantilados y sobre el mar. Ha mejorado tanto la captura de movimientos que estos personajes, y otros, sean Na’vis o Avatares, se parecen cada vez más en sus movimientos y expresiones a los humanos.
Avatar, qué bien se te ve
Esta tercera entrega de la saga iniciada por el director de Titanic y Terminator en 2009 mejora notablemente en la definición de imágenes, y en los combates, sea entre humanos y Na’vis, o con las Tulkun (criaturas marinas similares a nuestras ballenas, pero de Pandora, donde transcurre todo el filme). Donde empieza a hacer ruido, a flaquear, es en la continuidad de la historia.
Porque la fórmula de Avatar: El camino del agua (2022) -una película que era mejor que la original- tiene aquí cierto calco en el entramado. Para llegar a las batallas, por lo general el guion apela a la misma estrategia: Jack, o Neytiri, o alguno de los hijos, propios o adoptados, o combinaciones entre ellos, son tomados como rehenes por los “malos”, sea el Avatar del coronel Quaritch (Stephen Lang) o la nueva malvada, Varang (Oona Chaplin), que lidera a la tribu de los Mangkwan, o el Pueblo de las Cenizas. Y ¿qué hay que hacer? Hay que correr a liberarlos.
Y habrá más combates entre Jake y Quaritch, pero nunca terminan de matarse (¿o sí?).
Toda la espectacularidad en imágenes, como en las anteriores, pero mejor.Un cambio importante y que juega a favor del entretenimiento y que tal vez dé cuenta de cómo podrá seguir la saga, radica en el cambio de narrador de la historia. Ahora es Lo’ak, el hermano del fallecido Neteyam, quien carga con toda la culpa por su muerte.
Otro personaje determinante es Neytiri, mucho más preponderante que el mismísimo Jake. El dolor que atraviesa a la Na’vi por perder a su hijo se testimonia en su ser, en su actitud, y en su maquillaje. Y Kiri (la adolescente a la que Sigourney Weaver le puso el cuerpo y la voz) tendrá mucho que ver con lo que suceda aquí, con algún secreto revelado que no vamos a spoilear.
Después de ese encuentro entre Lo’ak y Neteyam, en un plano espiritual, Jake y Neytiri están seguros de que Spider (Jack Champion), hijo del coronel Quaritch, o sea, humano, no podrá sobrevivir tanto tiempo utilizando su máscara, por lo que y pese a una discusión en familia (“esto no es una democracia”, les dice Jake) deciden que Spider debe regresar a aquella base de humanos “buenos”, por lo que toda la familia emprende un viaje con unos comerciantes, comandados por Peylak (un reconocible David Thewlis, también por su pronunciación) por el aire.
Una de las mejores escenas de la película
Allí son atacados por Varang y los suyos, en una de las mejores escenas de la película, por todo, por cómo se ve y por cómo Cameron narra las escenas de acción.
Otro a punto favor es precisamente que ahora los malos no son solamente algunos humanos, sino también una tribu originaria. Que tendrán sus motivos, o no, pero que son tanto o más despiadados que los militares que llegan a colonizar.
Y a partir de allí, la película va creciendo en todas las dimensiones.
Lo’ak, lleno de culpa, es el nuevo narrador de la saga. Los guiños de James Cameron
Hay guiños o “momentos”, como que está el “momento Terminator” con las máquinas, o el “momento Titanic”, con humanos a punto de ahogarse en una nave, y así. Pero lo que prima, lo que está mejor, es el dinamismo con que James Cameron grafica las peleas, los combates, sean en el aire, el agua o la tierra, sean cuerpo a cuerpo o a distancia, sea en desigualdad de condiciones o no.
Si se permiten uno o varios consejos, Avatar: Fuego y cenizas se disfruta más, y está hecha para ser vista mínimamente en 3D -ni qué decir si pueden verla en una pantalla IMAX-, y no se preocupen por la duración (tres horas y 17 minutos, con el tema de Miley Cyrus Dream As One incluido en los créditos finales). La película pasa volando.
La película entra por los ojos…Ya nos dijo en Los Angeles James Cameron que habrá Avatar 4 y 5 si solo si Fuego y cenizas repite el exitazo que fueron sus predecesoras (son la más vista y la tercera, en materia de recaudación histórica en todo el mundo). Y planea que transcurran varios años después de Fuego y cenizas.
De continuar, ¿lo hará en otro planeta, uno muy lejano llamado Tierra?
“Avatar: Fuego y cenizas”
Aventuras / Ciencia ficción. Estados Unidos, 2025. 197’, SAM 13. De: James Cameron. Con: Sam Worthington, Zoe Saldaña, Sigourney Weaver, Oona Chaplin, Stephen Lang, Kate Winslet. Salas: IMAX, Cinemark Palermo, Hoyts Abasto y Unicenter, Cinépolis Recoleta y Avellaneda, Showcase Belgrano, Haedo y Rosario.
Cortesía de Clarín
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