
El banco central de Suecia redujo ayer su tasa de interés clave en un esfuerzo por impulsar una economía débil, ya que citó riesgos vinculados a las tensiones comerciales y el creciente conflicto en el Medio Oriente.
El banco redujo su tasa clave en un cuarto de punto a 2.0% y dijo que era posible otro recorte este año.
“La recuperación económica que comenzó el año pasado ha perdido impulso y se espera que la inflación sea algo menor que en el pronóstico anterior”, mencionó el Riksbank en un comunicado.
La economía del país nórdico se contrajo 0.2% en el primer trimestre del año, arrastrada en parte por una desaceleración del consumo de los hogares.
La inflación sueca cayó a 0.2% anual en mayo, según Statistics Sweden.
La medida de inflación utilizada por el Riksbank para guiar la política monetaria, el CPIF, que se ajusta a las tasas de interés, se situó en 2.3%, cerca del objetivo de 2.0% del banco central.
Las perspectivas para la economía y la inflación son “inciertas”, dijo el Riksbank.
“Existen riesgos sustanciales vinculados a la política comercial y a las tensiones geopolíticas, en particular como resultado de la escalada del conflicto en Oriente Medio, que podrían afectar al desarrollo económico internacional”, añadió.
“Estos riesgos y las dudas sobre la fortaleza de la demanda interna hacen que sea incierto con qué rapidez se recuperará la economía sueca”, añadió el banco.
La decisión del Riksbank de recortar su tasa era ampliamente esperada por los economistas, y el banco central dijo que “el pronóstico para la tasa de política monetaria implica cierta probabilidad de otro recorte este año”.
Los economistas del Nordea Bank señalaron que el banco central “no tiene prisa por volver a recortar las tasas”.
Cortesía de El Economista
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