El Banco de México cumplió su promesa y recetó otro recorte de la tasa de interés de 50 puntos base a mediados de mayo. La decisión monetaria no fue una sorpresa, sino más bien una confirmación de la preferencia revelada por el banco con anticipación. Con esta decisión, la autoridad monetaria redujo el grado de restricción pero las condiciones se mantienen ligeramente restrictivas. El banco corre un riesgo innecesario al acelerar el retiro del freno monetario en un entorno de creciente brecha inflacionaria.
En mayo, la autoridad monetaria redujo la tasa de referencia a 8.50% desde un 9%, mientras la inflación a mediados del mes continuó escalando alto y se salió del límite superior del rango objetivo establecido en 4%. El banco central ha estado revelando con anticipación sus intenciones de acelerar los recortes de la tasa de interés. Desde finales del año pasado el banco comenzó a revelar sus movimientos monetarios futuros. De esta manera, las autoridades han estado guiando las expectativas del mercado en lugar de acomodar los deseos del mercado.
Aunque el argumento del banco detrás del relajamiento monetario ha sido su creencia de que la inflación va a ceder como resultado de la desaceleración económica, la verdadera razón más bien parece ser su preocupación por el creciente riesgo de recesión. En teoría, el banco central tiene un mandato monetario único, pero en la práctica, los responsables de la política monetaria aplican un mandato dual donde el crecimiento económico tiene el mismo peso que la inflación.
Con la decisión monetaria de mayo, el grado de restricción se redujo ya que la tasa real ex-ante se mantiene solo 85 puntos base por encima de la frontera de neutralidad, después de estar 130 puntos por arriba de dicha línea en abril y 230 puntos en diciembre. El riesgo radica en el hecho de que, mientras la restricción se reduce, la brecha inflacionaria aumenta. En otras palabras, el banco está relajando las condiciones monetarias cuando la inflación se mueve al alza.
La brecha inflacionaria mide la distancia entre la tasa de inflación actual y el objetivo de inflación. Esta brecha ha aumentado de un mínimo de 60 puntos base en enero a 130 puntos base en la actualidad. Esto indica que la tasa de inflación se está alejando del objetivo mientras el Banco de México relaja el freno monetario. Esto debería ser una preocupación para el banco, ya que pone en riesgo la credibilidad monetaria en el cumplimiento de su mandato único de estabilidad de precios.
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Nota del editor: Alfredo Coutiño es Director para América Latina en Moody’s Analytics. Síguelo en X como @AlfredoCoutino y en web www.AlfredoCoutino.com Las ideas expresadas son de la exclusiva responsabilidad del autor y de ninguna manera deben ser atribuidas a la institución para la cual labora.
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Cortesía de Expansión
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