El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este viernes que bloqueó la venta por 14.900 millones de dólares de la siderúrgica estadounidense US Steel a la japonesa Nippon Steel, debido a la necesidad estratégica de proteger esa industria. “Esta adquisición habría colocado a uno de los mayores productores de acero de Estados Unidos bajo control extranjero, creando un riesgo para nuestra seguridad nacional y para la cadena de suministros. Es por ello que he decidido bloquear la operación”, señaló Biden en un comunicado.
Estados Unidos es el primer importador mundial de acero, un sector dominado mayoritariamente por China. La producción de acero y los trabajadores metalúrgicos “son la columna vertebral de nuestra nación”, dijo el demócrata de 82 años. Una fuerte industria siderúrgica es “una prioridad esencial para la seguridad nacional y es fundamental para unas cadenas de suministro resistentes”, agregó Biden, quien presumió de haber triplicado “los aranceles sobre las importaciones de acero procedentes de China” durante su mandato.
Según la prensa estadounidense, los asesores de Biden habían advertido de las posibles consecuencias diplomáticas de este bloqueo. El mandatario saliente, gran defensor de la reindustrialización estadounidense, se ha esforzado en fortalecer las alianzas internacionales de Estados Unidos, en particular en Asia y concretamente en Japón, considerado un aliado estratégico en la región. Pero en el tema del acero optó por anteponer consideraciones internas. En 2021 tampoco dudó en provocar una crisis con Francia al robarle un importante contrato de submarinos a Australia.
Trump también se oponía
Biden debe entregar el 20 de enero la presidencia al republicano Donald Trump, quien también se había manifestado en contra de esa fusión anunciada inicialmente en diciembre de 2023. Un panel encargado de evaluar las consecuencias para la seguridad nacional de Estados Unidos de una eventual venta de la siderúrgica se negó a pronunciarse a fines de diciembre. La decisión recayó entonces en Biden, quien tenía 15 días para pronunciarse.
El proyecto de fusión estuvo en el centro de la campaña presidencial del año pasado, debido a que afectaba directamente al estado de Pensilvania, cuna de la industria del acero de EE.UU. y clave para los comicios. El sindicato de los trabajadores metalúrgicos se había opuesto con firmeza a la fusión, que Nippon Steel había definido como un auténtico salvavidas para un sector industrial en dificultades.
Es “la decisión correcta”, reaccionó este viernes el sindicato United Steelworkers. “Estamos agradecidos por la voluntad del presidente Biden de tomar medidas audaces para mantener una industria siderúrgica nacional fuerte y por su compromiso de toda la vida con los trabajadores estadounidenses”, afirmó el presidente internacional del sindicato, David McCall, en un comunicado.
La siderúrgica japonesa también se había comprometido a mantener el empleo y prometió al menos 2.700 millones de dólares de inversión en centros industriales sindicalizados, así como una prima de cinco mil dólares para los empleados de U.S. Steel en caso de adquisición. U.S. Steel también hizo campaña a favor de la adquisición, que describió como una forma de “combatir la amenaza competitiva de China” y garantizar la prosperidad futura de la empresa.
Cortesía de Página 12
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