
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, liberó el sábado a 123 presos, entre ellos el premio Nobel de la Paz Ales Bialiatski y la líder opositora Maria Kalesnikava, tras dos días de conversaciones con un enviado del presidente Donald Trump.
A cambio, Estados Unidos acordó levantar las sanciones a la potasa bielorrusa. La potasa es un componente clave en los fertilizantes, y el antiguo Estado soviético es uno de los principales productores mundiales.
La liberación de prisioneros fue, con mucho, la mayor de Lukashenko desde que la Administración de Trump inició conversaciones este año con el veterano líder autoritario, un estrecho aliado del presidente ruso Vladimir Putin.
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Los Gobiernos occidentales se habían distanciado de Lukashenko por su represión de la disidencia y su apoyo a la guerra de Rusia en Ucrania.
Nueve de los presos liberados abandonaron Bielorrusia rumbo a Lituania y 114 fueron trasladados a Ucrania, según informaron las autoridades.
Bialiatski, co-ganador del Premio Nobel de la Paz 2022, es un defensor de los derechos humanos que luchó durante años en favor de los presos políticos antes de convertirse él mismo en uno de ellos. Llevaba en la cárcel desde julio de 2021.
Vistosamente envejecido desde la última vez que fue visto en público, sonrió ampliamente al abrazar a la líder opositora exiliada Sviatlana Tsikhanouskaya a su llegada a la embajada de Estados Unidos en Lituania.
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Bialiatski dijo a Reuters que había pasado la noche anterior en una litera de prisión en una habitación con casi 40 personas y que aún estaba asimilando la idea de ser libre. Añadió que los objetivos de la lucha por los derechos humanos, por los que él y sus compañeros de campaña ganaron el Premio Nobel, aún no se habían alcanzado.
“Miles de personas han sido y siguen siendo encarceladas… Así que nuestra lucha continúa”, afirmó en sus primeras declaraciones públicas en los tres años transcurridos desde que ganó el premio.
El Comité Noruego del Nobel expresó “profundo alivio y sincera alegría” por su liberación.
Kalesnikava, líder de las protestas masivas contra Lukashenko en 2020, se encontraba entre el numeroso grupo que fue trasladado en autobús a Ucrania.
“Por supuesto, ante todo, es una sensación de increíble felicidad: ver con los ojos a las personas queridas, abrazarlas y comprender que ahora todos somos libres. Es una gran alegría ver mi primer atardecer en libertad”, declaró en un video publicado por el canal ucraniano de Telegram Khochu Zhit.
En el video se la veía abrazando a Víktor Babariko, un político de la oposición arrestado en 2020 mientras se preparaba para presentarse como candidato contra Lukashenko en las elecciones. Babariko contó que su hijo Eduard seguía en prisión en Bielorrusia.
Diplomacia de EU busca desligar a Lukashenko de Putin
Funcionarios estadounidenses han declarado a Reuters que entablar contactos con Lukashenko forma parte de un esfuerzo por alejarlo de la influencia de Putin, al menos hasta cierto punto, un esfuerzo que la oposición bielorrusa, hasta ahora, ha visto con extremo escepticismo.
El enviado de Trump, John Coale, había dicho antes a la prensa en Minsk: “Por instrucciones del presidente Trump, nosotros, Estados Unidos, levantaremos las sanciones sobre la potasa”.
Estados Unidos y la Unión Europea impusieron amplias sanciones a Bielorrusia después de que Minsk lanzara una violenta represión contra los manifestantes tras unas disputadas elecciones en 2020, encarcelando a casi todos los opositores a Lukashenko que no huyeron al extranjero.
Las sanciones se endurecieron después de que Lukashenko permitiera que Bielorrusia sirviera de escenario para la invasión rusa de Ucrania en 2022.
Cortesía de El Economista
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