Rodrigo Paz tomó juramento este sábado como el nuevo presidente de Bolivia para un periodo de cinco años, culpando al gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) por la “herencia heredada”. Paz, de 58 años e hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993), trazó las líneas de su nuevo gobierno en un discurso en el que se mostró abierto a los capitales internacionales. El país sudamericano se prepara para atravesar profundos cambios políticos y económicos, como la reanudación de las relaciones diplomáticas a nivel de embajadores con Estados Unidos, según anunció un representante de Washington presente en la asunción.
“El país que recibimos está devastado, nos dejan una economía quebrada, con las reservas internacionales más bajas en 30 años, nos dejan la inflación, escasez, deuda, desconfianza”, sostuvo Paz ante los parlamentarios y delegaciones nacionales e internacionales invitadas a su investidura. “Nos han dejado un Estado paralizado, un monstruo burocrático incapaz de servir al pueblo, con filas interminables de vehículos que buscan combustible, mercados vacíos, salarios que no alcanzan”, manifestó en referencia a la situación económica que vive el país.
“Este es el país que nos dejaron. ¿Qué carajo nos hicieron con tanta bonanza? ¿Por qué hay gente, familias que no tienen qué comer el día de hoy, si éramos tan ricos con tanto gas y con el litio como futuro? Van a responder a la patria por la pobreza y necesidad de cada boliviano y cada boliviana”, insistió Paz, quien señaló que “todo presente y futuro es mejor que el pasado”.
Los mandatarios presentes
A la investidura asistieron los presidentes de Argentina, Javier Milei; Chile, Gabriel Boric; Ecuador, Daniel Noboa; Paraguay, Santiago Peña, y Uruguay, Yamandú Orsi, además del subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau. Además participaron el primer ministro de Perú, Ernesto Álvarez; el vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, y el canciller de Panamá, Javier Martínez-Acha, así como los vicepresidentes de El Salvador, Félix Ulloa, y de Costa Rica, Stephan Brunner.
Desde China llegó el ministro de Recursos Hídricos, Li Gouying, como “enviado especial” del presidente Xi Jinping, y también acudieron los expresidentes bolivianos Carlos Mesa (2003-2005); Eduardo Rodríguez Veltzé (2005-2006); Jaime Paz Zamora, padre del nuevo mandatario del país andino; y la reciente liberada de la cárcel Jeanine Áñez (2019-2020).
Nacido en Santiago de Compostela en 1967 por el exilio de sus padres, Paz juró el cargo ante su vicepresidente, el expolicía Edmand Lara, y ante los diputados y senadores electos en los recientes comicios generales que también iniciaron este sábado una nueva legislatura. El político fue elegido presidente en la inédita segunda vuelta realizada el pasado 19 de octubre, con un 54,96 por ciento de los votos, frente a un 45,04 por ciento logrado por su rival, el exmandatario derechista Jorge Tuto Quiroga (2001-2002).
Las relaciones con EE.UU.
Tras asistir a la investidura de Paz, el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau, anunció que su país restablecerá las relaciones a nivel de embajadores con Bolivia luego de 17 años. En una breve comparecencia ante los medios en La Paz, Landau mencionó que en las últimas semanas tuvieron relaciones muy estrechas con el nuevo mandatario en su momento. “Y ahora que es el señor presidente, vamos a restablecer las relaciones a nivel de embajador como siempre debería ser”, sostuvo a la prensa.
“La diplomacia es, al fin y al cabo, la comunicación. Sin embajador en la capital del otro país, eso se hace más difícil”, consideró Landau, qiuen expresó su deseo de que se pueda anunciar a los nuevos embajadores pronto. Paz expresó varias veces su voluntad de restituir las relaciones con EE.UU., que se mantienen a nivel de encargados de negocios desde que en 2008 el entonces presidente Evo Morales expulsó de Bolivia al entonces embajador estadounidense Philip Goldberg.
Evo Morales (2006-2019) echó a Goldberg y también a las agencias estadounidenses de cooperación y antidrogas, acusándolas de conspirar contra su gobierno. El líder cocalero y el ahora también expresidente Luis Arce (2020-2025) expresaron en las últimas semanas su preocupación ante un posible retorno de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) al país sudamericano.
Cortesía de Página 12
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