Bolsonaro, a un paso de ser condenado en Brasil

Desde Brasilia

Son las seis y media de la mañana del martes 2 de setiembre en el Supremo Tribunal Federal. Hay cerca de cien periodistas haciendo fila para ingresar al recinto donde a las nueve comienza a ser juzgado Jair Bolsonaro por golpe de Estado. El proceso concluirá el próximo viernes doce de setiembre cuando el ex mandatario probablemente será condenado entre treinta y cuarentaitres años de prisión.

Dentro de una hora, a las siete y media de la mañana del martes, el número de reporteros habrá crecido hasta completar una fila de casi doscientos que pujan por un lugar en el Plenario con sólo 150 butacas disponibles para el público. La oficina de prensa del Supremo emitió 501 credenciales para cubrir el proceso.

La expectativa en la prensa nacional e internacional es inédita para el llamado “juicio del siglo” o “juicio más importante en un siglo” ya que nunca en la historia de este país militares , como lo son el ex capitán Bolsonaro y tres generales que lo secundaron, fueron condenados por sublevarse contra la democracia.

Interés informativo

El interés informativo se iguala a las medidas de seguridad. Comandos con subatetralladoras fueron apostados cerca del ingreso al predio de diseño modernista creado por el arquitecto Oscar Niemyer y otros dentro de la Corte, donde pasaron la noche.

En los días previos a la sesión del martes , los jueces , contra quienes llueven las amenazas sugridas de usinas ultraderechitas , tuvieron sus residencias ocupadas por policías y agentes de inteligencia.

Lo mismo sucedió en la casa de Bolsonaro: pero por motivos distintos, la policía lo cercó para evitar que se fugue, supuestamente a la Embajada de Estados Unidos donde sería bienvenido por el gobierno de Donald Trump. Tampoco se descarta un escape a la misión diplomática argentina, cuyo gobierno también le es simpático.

Medidas de Seguridad

Regresemos a la Corte. A las seis y cuarenta y cinco del martes arribó otro vehículo de la Policía Judicial, de donde desciende tres perros rastreadores. Dos machos y una hembra, Nix, simpatiquísima.

Vinieron para detectar explosivos o substancias contaminantes eventualmente sembradas por grupos bolsonaristas. Un policía que está junto a los animales es abordado por periodistas a los que les rechaza preguntas con los micrófonos encendidos. 

Una vez apagados los registros de voz, el hombre, cuenta que los equipos de seguridad “están trabajando sobre todas, absolutamente todas las hipótesis”. Estas empiezan por las más plausibles como atentados, irrupción de un “lobo solitario” o la invasión de la Plaza de los Tres Poderes, ubicada entre la Corte y el palacio presidencial, como sucedió en la rebelión golpista del 8 de enero de 2023.

Fue diseñado, Incluso, un plan de emergencia para que en caso de que el recinto sea invadido por terroristas los magistrados puedan escaparse a través de una serie de corredores.

La elaboración de ese esquema, mismo que apoyado en un escenario poco probable, habla a las claras de hasta donde pueden llegar el bolsonarismo y sus células.

Bolsonaro, ausente

A las nueve y diecisiete horas de la mañana del martes el juez Cristiano Zanin, presidente de la Primera Sala del Supremo dio por comenzada la audiencia, con el estilo circunspecto cuando era abogado Lula en la mañosa causa Lava Jato.

 “Declaro abierta la sesión extraordinaria y saludo a nuestra decana, jueza Carmen Lucia”. La voz de Zanin, sonaba más firme este martes en comparación a la audiencia hace cuatro meses y medio durante la fase de instrucción, cuando irrumpió en el recinto Jair Bolsonaro, con actitud intimidatoria.

El capitán jubilado no tenía porque apersonarse pero lo hizo causando sobresalto en la sala. Aquel día marzo el puntual Zanin sólo comenzó las deliberaciones cerca de las nueve y cuarentaicinco, con una breve frase y la voz temblorosa, ante la evidente conmoción, agravada con la llegada de cinco diputados ultraderechistas, con Ze Trovão, a la cabeza del lote. 

El bolsonarista, seguramente siguiendo la orientación de su jefe, hizo ademanes ostentosos y se colocó su sombrero tipo cowboy, que debió quitárselo cuando una periodista, sentada en una fila posterior, se lo pidió para poder cubrir las exposiciones de los magistrados. Apunte: Más adelante volveremos sobre el diputado de sombreros al uso de quienes viven en Texas.

Regresemos al 2 de setiembre en Supremo, donde la ausencia de Jair Bolsonaro, hizo que la sesión transcurra en calma. No obstante lo cual jueces, abogados y periodistas tuvimos que dejar el recinto al mediodía para que la perra Nix y sus compañeros Jethro y Hammer hicieran una barredura poltrona por poltrona.

Generales

El único de los ocho reos integrantes del “Núcleo Crucial” del plan golpista que se dio cita el martes fue el general Paulo Sergio Nogueira, ex ministro de Defensa. A través de su abogado el militar dijo no haber estado involucrado en la conjura pergeñada durante meses por el entonces comandante de las Fuerzas Armadas, Jair Bolsonaro.

Con pocos minutos de diferencia en la misma jornada marcada por la ausencia del ex presidente, otro general, Augusto Heleno, rompió el espíritu de cuerpo al señalar que la relación con el entonces presidente se había deteriorado en la segunda mitad del gobierno, cuando según ese alegato, el ala militar fue desplazada por partidos conservadores .

Ese argumento no se compadecese con los hechos porque Heleno, fue de los pocos ministros que permaneció los cuatro años de gobierno en su cargo, desde donde controlaba los servicios inteligencia, y quien no precisaba marcar agenda para reunirse con el presidente.

Pero más allá de la veracidad de su pronunciamiento ante la Corte, este demuestra la posición de un militar que conservar asecendencia, aún hoy, en sectores del Ejército.

¿Bolsonaro aislado?

En su residencia del barrio Jardin Botánico, Bolsonaro habría recibido con disgusto la “deslealtad” de los generales que estarían buscando ser absueltos o, recibir condenas menores, alegando desvinculación con un golpe, y descargando toda la responsabilidad en el ex mandatario.

Ese movimiento de Nogueira y Heleno que fue uno de los datos importantes de la audiencia del martes, puede repercutir en el fallo del próximo viernes, y se presta a diversas interpretaciones. Una es que a través de la actitud de Nogueira y Heleno se sincera un antiguo desprecio de los generales hacia un capitán de reserva, Bolsonaro, separado del Ejército en 1986 en medio de acusaciones de terrorismo .

Otra especulación es que el distanciamento de esos dos generales de reserva , sería visto de buen grado por la actual comandancia del Ejército, al frente del cual está el general Tomás Paiva, quien el viernes almorzó con el presidente Lula da Silva. En un encuentro donde seguro se habló del juicio.

El comandante Paiva ha adoptado una posición legalista, evitando hacer declaraciones sobre el proceso, e intentando despegar la imagen de la institución del golpe.

Tropa de  choque

Desde la casa donde cumple prisión domiciliar Bolsonaro imparte órdenes a una tropa de incondicionales de la que son parte su hijo, el senador Flavio Bolsonaro, el diputado y comisario Zucolo, el diputado y pastor Sóstenes Cavalcanti y el corpulento legislador Ze Trovao, entre otros, que el mes pasado invadieron el Congreso.

Algunos miembros de ese grupo dijeron pestes sobre la actitud de los generales en la audiencia de la Corte, y prometieron luchar por la aprobación una ley de amnistía. Son las amenazas de un grupo con fuerza en el Congreso y capacidad de movilización, pero que al mismo tiempo muestran la preocupación frente al aislamiento de su líder.

Cortesía de Página 12



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