El expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, lideró este domingo una manifestación en San Pablo pidiendo una amnistía para los condenados por el asalto a los poderes públicos en Brasilia en enero de 2023. Es la segunda marcha organizada desde que la Corte Suprema decidiera enjuiciarlo por su presunta participación en un complot para dar un golpe de Estado al gobierno del actual presidente, Luiz Inácio Lula Da Silva, tras las elecciones de 2022.
El expresidente por el Partido Liberal (PL) fue recibido temprano por el gobernador de San Pablo, Tarcisio de Freitas, y llegó a las cercanías del Museo de Arte de San Pablo (MASP) sobre las 14 horas locales (mismo horario que en Argentina). Antes del evento, se difundió una foto del ex presidente junto a siete gobernadores que participaban en la protesta, cuatro de ellos posibles candidatos presidenciales para el PL, debido a la inelegibilidad de Bolsonaro.
El expresidente enfrenta un juicio por presuntamente haber conspirado para llevar a cabo un golpe de Estado tras las elecciones, en las que perdió en segunda vuelta. Según la fiscalía, Bolsonaro buscó el respaldo de las fuerzas armadas para evitar la asunción de su sucesor en la presidencia. Si es hallado culpable, el ex presidente podría enfrentar hasta 40 años de prisión, aunque él se declara inocente y sostiene que es un “perseguido político“.
Un termómetro que no subió
En su discurso, Bolsonaro reiteró su postura a favor de una amnistía para los presos del 8 de enero y amplió sobre lo que consideró “injusticias” en los juicios, mencionando que incluso un vendedor de palomitas y un heladero fueron condenados por intentar dar un golpe de Estado.
Sobre la posibilidad de ser encarcelado, Bolsonaro afirmó que no huirá. “Si creen que voy a rendirme, que voy a huir, están equivocados. Hice un juramento, y lo cumpliré. Defenderé mi patria con el sacrificio de mi propia vida. ¿Qué quieren? No es que me vayan a arrestar. Quieren matarme, porque soy una espina en su garganta, porque les mostré que Brasil tiene solución”, aseguró
Los aliados de Bolsonaro habían previsto la asistencia de 500 mil personas en la Avenida Paulista, una cifra que terminó siendo demasiado optimista. Según la Universidad de San Pablo, el evento reuniò a 45 mil simpatizantes. La convocatoria buscaba mostrar la fuerza que Bolsonaro aún cree tener y borrar el fracaso de la manifestación de hace tres semanas en la playa de Copacabana, cuando sólo se presentaron 18 mil, según reportó la Universidad.
En febrero de 2024, Bolsonaro sorprendió al concentrar alrededor de 180 mil personas la Avenida Paulista, pero desde entonces los distintos actos han tendido a una menor convocatoria, y las imágenes, que muestran un máximo de dos cuadras de asistentes, parecen confirmar esta tendencia. “La presencia del pueblo en la Paulista será un termómetro para la amnistía“, comentó Bolsonaro a la radio local Auri Verde Brasil.
El pastor evangélico Silas Malafaia, organizador de la marcha, fue uno de los más incisivos en su discurso, en el cual criticó al presidente Lula da Silva y la acusación de intento de golpe contra Bolsonaro, y atacó al presidente de la Cámara de Diputados, Hugo Motta, quien pidió que los líderes partidarios no apoyaran la urgencia del proyecto de ley de amnistía en la Cámara.
La seguridad del evento estuvo a cargo de la Policía Militar del Estado de San Pablo, que implementó una operación denominada “Manifestación Pública” y movilizó contingentes especiales de refuerzo.
Cortesía de Página 12
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