Como se suponía, el Supremo Tribunal Federal (STF) ha decidido, por unanimidad, procesar a Bolsonaro y a otras siete personas – entre ellas varios militares -, por intento de golpe de Estado, para intentar impedir la toma de posesion de Lula.
Ese grupo es considerado el núcleo central de la “organización criminal”, cuyas decisiones y acciones fueron fundamentales para el impacto del intento de golpe.
El STF (foto) ha decidido que Bolsonaro habría liderado una estructura que se ha valido de mentiras sobre el sistema electoral para promover un golpe. Que el grupo de él y otras siete personas habrían actuado de forma coordinada, buscando abolir al Estado Democratico de Derecho.
Que, después de la derrota en las urnas, Bolsonaro habría ordenado a que militares publicaran notas técnicas para movilizar a sus adeptos en los cuarteles. Hay amplias evidencias del compromiso de Bolsonaro con el proyecto de golpe.
Ahora, despues del análisis de la acción penal es que Bolsonaro y sus cómplices podrán ir presos. Ello va a depender de la pena aplicada por el STF, así como de los recursos a los cuales la defensa tiene derecho.
Despues de la Justicia aceptara las pruebas, las defensas de los procesados podrán manifestarse nuevamente, en un alegato final. El Ministerio Público presentará su parecer sobre el caso, entregando los elementos para la orientación del juez, que puede concordar integralmente o en partes o simplemente no seguirlos.
Bolsonaro fue procesado por varios crimenes: tentativa de abolicion violenta del Estado de derecho, golpe de Estado, organizacion criminal armada, daño calificado por violencia y grave amenaza y deterioro del patrimonio estatal. En caso de ser condenado por el STF por los cinco crimenes, el tiempo de reclusión podría llegar a 43 años.
Lo mas probable sería una condena a mitad del camino, superior a 14 años, pero distante del máximo previsto. La ejecución de la pena solo ocurriría cuando se agoten todos los recursos posibles. Está la posiblidad de una prision preventiva, pero ello solo ocurre en caso de riesgo de fuga, situación que ahora se plantea, a partir de la fuga de su hijo.
Las audiencias del procesamiento Bolsonaro y sus cómplices fueron transmitidas por cadena nacional. El presidente del STF, Alexandre de Moraes, fue quien presidió todo el proceso. Es uno de los estaban apuntados para ser asesinados, si el golpe se consumaba, junto con Lula da Silva y su vicepresidente, Geraldo Alckmin.
La defensa de Bolsonaro intentó impedir que de Moraes presidiera el proceso, por estar directamente involucrado en el caso. Pero el intento no fue aprobado por el STF y de Moraes fue el gran protagonista de las acusaciones en contra de Bolsonaro.
El primer día del proceso fue ocupado por los abogados defensores de Bolsonaro y de los otros siete. El segundo, por la votación de los jueces del STF, que por unanimidad han decido en contra de Bolsonaro.
El expresidente de Brasil, que podía pronunciarse al final del proceso, se dedicó a su vida privada y no compareció el segundo día de las audiencias, después de estar presente en el primero.
Políticamente, los ojos del país enahora están puestos las elecciones presidenciales del 2026. Lula es candidato a la reelección y, por las encuestas actuales, derrotaría a todos sus eventuales adversarios. Para complicar el escenario, aunque sea legalmente inelegible, Bolsonaro dice que será candidato, dificultando el surgimiento de algún otro candidato del campo de la derecha.
Uno de sus hijos, preventivamente, ya se fugó a los Estados Unidos. Desde allí se ha pronunciado en contra la prisión de su padre, agregando que, en caso de que eso suceda suceda, el expresidente podría morir en la cárcel.
Bolsonaro está inhabilitado para ejercer cargos públicos y su pasaporte ha sido retenido por el gobierno. A medida que la posiblidad de la prisión de Bolsonaro aumenta, crecen las especulaciones sobre si va a intentar de salir del país. Sin pasaporte, su única posibilidad sería cruzar la frontera terrestre hacia Argentina.
Cortesía de Página 12
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