Brasil salió del mapa del hambre de la ONU

Brasil salió del mapa del hambre de la Organización de las Naciones Unidas, al que había regresado en 2021 en medio de los graves impactos de la pandemia de covid-19 durante la presidencia del ultraderechista Jair Bolsonaro. El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva celebró este logro como un signo de recuperación y compromiso con la erradicación del hambre.

“Con gran orgullo y una inmensa alegría informo: Brasil está fuera del mapa del hambre, una vez más”, afirmó en sus redes sociales el presidente, al cumplir una de las grandes promesas de su mandato, que comenzó el 1 de enero de 2023. “Es un logro histórico que demuestra que, con políticas públicas serias y compromiso con el pueblo, es posible combatir el hambre y construir un país más justo y solidario”, indicó.

“Hoy dormiré con la conciencia tranquila del deber cumplido con mi pueblo”, agregó el mandatario en una conversación telefónica con el director general de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el chino Qu Dongyu. “Hoy soy el hombre más feliz del mundo”, celebró. “La lucha para acabar con el hambre en Brasil es una misión de vida que tengo, es una profesión de fe”, mencionó.

Asimismo, argumentó que, para acabar con el hambre y la pobreza, es necesario incluir a los pobres en los presupuestos del país, de los estados y de los municipios. “El día en que los gobernantes hagan eso, resolveremos ese problema crónico de la humanidad”, remarcó el mandatario.

Erradicar el hambre

El avance consta en el informe anual de Naciones Unidas sobre el estado del hambre en el mundo, el cual fue presentado en Adís Abeba, en la primera jornada del Segundo Balance de la Cumbre de la ONU sobre los Sistemas Alimentarios (UNFSS+4). Salir del mapa del hambre significa que en el período 2022-2024 menos del 2,5 por ciento de la población brasileña estaba en riesgo de subnutrición o no tenía acceso a una alimentación suficiente.

El Gobierno de Lula atribuyó el triunfo a una serie de medidas sociales que impulsó en los dos primeros años de su mandato, entre ellas el aumento del salario mínimo, el apoyo a la agricultura familiar, el fortalecimiento de la alimentación escolar y el acceso a una comida saludable. Brasil ya había salido del mapa del hambre en 2014, después de los dos primeros mandatos de Lula como presidente (2003-2010) y el primero de su sucesora, Dilma Rousseff, pero regresó en 2021.

La administración del líder progresista manifestó que, a partir de 2018, se produjo un desmonte de los programas sociales que devolvió a Brasil al mapa del hambre, a pesar del país ser uno de los mayores productores de alimentos a nivel mundial. Ese periodo coincide con los gobiernos del conservador Michel Temer (2016-2018), que navegó en medio de una grave crisis económica, y del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), que afrontó la pandemia y promovió una serie de recortes en la agenda social.

Lula también ha querido llevar su lucha contra el hambre al escenario internacional. En este sentido, el mandatario lanzó el año pasado la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, en el marco de la cumbre de líderes del G20, que en ese entonces presidió Brasil. Actualmente, el mecanismo cuenta con un centenar de países miembro, además de instituciones y organizaciones internacionales, y tiene como misión fortalecer la cooperación para erradicar el hambre y la pobreza hasta 2030.

La agenda climática

El ministro de Desarrollo Social brasileño, Wellington Dias, también celebró la salida oficial de su país del mapa del hambre. Según él, el objetivo se consiguió dos años antes de lo prometido por Lula da Silva al iniciar su mandato. “Esto marcó un día histórico para Brasil. El informe 2025 sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo confirmó que Brasil ya no en el mapa del hambre”, afirmó durante la clausura del segundo balance de la UNFSS+4, además de llamar a integrar las agendas climáticas, sociales y alimentaria como pilares de una transición justa. “Demostramos que, con el Plan Brasil Sin Hambre, mucho trabajo duro y políticas públicas sólidas, fue posible alcanzar este objetivo en solo dos años”, explicó.

Días también anunció que Brasil lanzará políticas destinadas a los sistemas alimentarios y el clima. “Brasil pondrá en marcha el marco de políticas públicas para los sistemas alimentarios y el clima, destinado a integrar soluciones para la producción en el suministro del consumo, fundamentados en la promoción del derecho humano a la alimentación adecuada”, afirmó Dias.

“La lucha contra la pobreza y el hambre debe ser fruto de una decisión política”, señaló, destacando el rol de las mujeres, la juventud, los pueblos originarios, agricultores y pescadores como actores clave para lograr soberanía y seguridad alimentarias sostenibles. “El cambio climático afecta especialmente a estos sectores, pero también son parte esencial de la solución”, sostuvo, al expresar su respaldo al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial como espacio central en la gobernanza alimentaria global.

El ministro recordó que Brasil será sede de la 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará en 2025 en la ciudad de Belém, en el corazón de la Amazonía, y consideró ese foro como una oportunidad única para conectar las agendas alimentaria, climática y social. “La decisión de incluir la transformación de la agricultura y los sistemas alimentarios como prioridad en nuestra agenda climática demuestra nuestra determinación”, subrayó.

Dias también instó a los países a sumarse a la Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza, que busca promover una declaración de líderes en la próxima COP con compromisos vinculados a protección social y apoyo a pequeños agricultores. “No puede haber una transición justa sin transformación de los sistemas alimentarios. No puede haber soberanía sin seguridad alimentaria y nutrición”, recalcó.

Por otro lado, el funcionario brasileño confió en que los acuerdos alcanzados en esta cumbre en Adís Abeba alimenten los debates en la COP de Belém. “Será fuente de inspiración para nuestras declaraciones y también para nuestras acciones. Nos vemos en Belém”, indicó.

Cortesía de Página 12



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