BRICS: la derrota de Occidente

Los dos países más disruptivos para Occidente, la Federación Rusa y la República Popular China, lideran la mutación geopolítica más significativa que se lleva a cabo en el último medio siglo. Ambos países están enfrentando dos operaciones bélicas diferentes, pero al mismo tiempo convergentes: Moscú desafía militarmente a la OTAN, luego de tres décadas de asedio, resistiendo a un cerco incremental implantado por la organización atlantista, que se expandió de los 12 miembros fundadores en 1949, hasta alcanzar los 32 actuales. Beijín, por su parte, sufre los ataques cotidianos de una beligerancia económica y comercial, liderada por Washington, para cercenar su crecimiento económico y obturar su modelo civilizatorio de cooperación multipolar, no injerencista, enfocada en la articulación horizontal, prioritariamente, con el Sur Global.

El primer día de enero ingresaron a los BRICS+, en calidad de asociados, trece nuevos Estados: Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam. Su aceptación se decidió en la XVI Cumbre de los BRICS+ llevada a cabo en Kazán, Federación Rusa, en octubre de 2024. Los miembros plenos suman otras nueve naciones: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán. Con su conformación actual, los BRICS+ representan alrededor de la mitad de la población mundial, el 40 por ciento de la producción global de petróleo y una cuarta parte de la exportación de bienes a nivel global.

La incorporación de Turquía al colectivo supone una pérdida para la OTAN y al mismo tiempo un triunfo de la Federación Rusa, en tiempos que Vladímir Putin intenta garantizar la permanencia de sus bases militares en el noroeste de Siria. En septiembre de 2024, meses antes que la Organización de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al-Sham, HTS) tomara el poder en Damasco, con apoyo de Ankara, Rusia se convirtió en el impulsor de la admisión de Recep Erdoğan a los BRICS+. El ingreso de Turquía se explica también por el rechazo de la Unión Europea para aceptar su membresía, luego de las repetidas solicitudes elevadas a Bruselas, desde 1959.

Brasil asumió desde el primero de enero de 2025 la presidencia rotativa de los BRICS+ y Lula será el encargado de preparar la Cumbre que se realizará entre julio y agosto del presente año en Brasilia- en dicha fecha se anunciarán más incorporaciones para 2026. El bloque deberá lidiar con la presidencia de Donald Trump, cuyos planes de gobierno incluyen una guerra arancelaria contra China y México, la indiferencia respecto a la OTAN, la expulsión masiva de latinoamericanos y un abandono de los acuerdos sanitarios con la OMS y con las organizaciones internacionales ambientales. Esa orientación proteccionista no parece ser el resultado de una excentricidad trumpista: Washington busca con desesperación superar las limitaciones de productividad y competitividad en la que se encuentra sumido.

La última semana, Joe Biden bloqueó la adquisición de la United States Steel Corporation (US Steel) por parte de la siderúrgica japonesa Nippon Steel Corporation. La compra había sido acordada por un valor de 15 mil millones de dólares. Esta medida es la continuidad de la denominada Ley de Reducción de la Inflación, aprobada en agosto de 2022, considerada como discriminatoria por los europeos, por habilitar subsidios y créditos fiscales contrarios a las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Bruselas parece no concebir que –para los Estados Unidos–, las reglas de la libertad de mercado y la competencia son legítimas únicamente mientras se presenten como convenientes y beneficiosas. Cuando dejan de serlo, Washington asume que pueden modificarlas a su antojo, de forma arbitraria e inconsulta.

La incorporación de Bolivia y Cuba a los BRICS+ permitirá acceder a inversiones desautorizadas por Occidente y al mismo tiempo alcanzar una mayor autonomía geopolítica. Los máximos referentes de los nueve miembros plenos consideran que en la Cumbre de Brasilia de mediados de 2025 se volverá a tratar la membresía de la República Bolivariana de Venezuela y también, abordará la de Nicaragua. El entramado que generará dicha cooperación permitirá integrar a Brasil y Bolivia con el Puerto de Chancay, en Perú, con el Asia-Pacífico.

La integración de América Latina con Asia impulsará la autonomía del Sur Global durante el mismo lapso en que Vladímir Putin logrará socavar el supremacismo neocolonial con su victoria militar en Ucrania. “La fortaleza de Rusia ha sido una de las grandes sorpresas de la guerra”, afirma Emmanuel Todd en su reciente libro La derrota de Occidente. Es muy probable que la derrota de la OTAN sea asumida por Occidente en el mismo año en que se recordará el 80 aniversario de la capitulación del Tercer Reich. El 8 de mayo de 1945 el mariscal de campo Wilhelm Keitel rubricó la rendición incondicional a las 22:43 hs, frente al Mariscal del Ejército Rojo Gueorgui Zhúkov. Algunos analistas internacionales afirman que el desfile militar de la Plaza Roja de este año, cuando se cumplan 8 décadas de aquella fecha heroica, puede convertirse en una jornada grandiosa. Afirman que será un excelente momento “para ser ruso”. Es muy probable. 

Cortesía de Página 12



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