Cada vez más mexicanos confían en los autos chinos: la percepción de calidad mejora año con año

En México ya no sorprende ver un Chirey o MG estacionado en la misma calle donde hace unos años solo había Nissan o Volkswagen. Parece que la confianza en los autos de origen chino crece de forma sostenida y, según datos de GiPA México y Latinoamérica, en 2025 más de la mitad de los conductores considera que estas marcas son confiables. La cifra contrasta con el 40% registrado apenas en 2024, y deja ver que los vehículos chinos podrían dejar de ser vistos como apuestas arriesgadas.

El cambio no se dio de la noche a la mañana. La pandemia abrió la puerta a muchas marcas asiáticas que encontraron en el mercado mexicano una oportunidad de expansión. Sin embargo, tras un crecimiento acelerado, enfrentaron retos críticos: desabasto de refacciones, deficiencias en postventa y quejas de conductores decepcionados. Este obstáculo aparentemente se transformó en una oportunidad para reconstruir su reputación de marca y hoy algunos fabricantes aseguran que cumplen con más del 95% de las autopartes que sus clientes necesitan.

Lo más interesante es que este avance ya se refleja en la lealtad del consumidor. De acuerdo con GiPA, el 14% de quienes manejan un auto chino estarían dispuestos a repetir con la misma marca. Y todavía más relevante: el 54% de ese grupo considera quedarse con una marca asiática, ya sea japonesa, coreana o china. Esta fidelidad no se veía en años anteriores y en teoría sugiere que el mercado madura, al menos en percepción y servicio.

Óscar Balcázar, director de GiPA México y Latinoamérica, explicó que lo que más ha cambiado no es la tecnología o el precio, sino la imagen que proyectan estas marcas. Teóricamente, las armadoras chinas pasarán de verse como opciones emergentes a consolidarse como alternativas con valor. Hoy representan el 1.2% del parque vehicular nacional, lo que equivale a casi 390,000 unidades circulando en el país. MG Motor lidera este segmento con un 0.6% de participación.

Este supuesto avance también se debería notar en la infraestructura postventa. Marcas como JAC, BYD, Jetour y Omoda reforzaron sus redes de atención, esto con la intensión de mejorar el abasto de piezas y recuperar parte de la satisfacción que se había perdido cuando sus ventas crecieron más rápido que su capacidad logística. Estas acciones serían clave para evitar el desgaste de su reputación, algo que en la industria puede ser muy difícil de revertir.

BYD Dolphin en pruebas de impacto por Latin NCAP.

¿La nueva era de las automotrices chinas en México?

La historia reciente del automóvil chino en México es una lección de adaptación. Entraron con precios bajos, llamaron la atención con diseños arriesgados y ahora parece que buscarán terreno con postventa sólida. De ser vistos como copias baratas, podrían pasar a ser considerados como marcas serias. Obviamente aún falta mucho camino por recorrer, pero los datos muestran que ya no se trata de una moda pasajera.

El consumidor mexicano, tradicionalmente desconfiado, empieza a reconocer que un auto chino también podría ofrecer durabilidad, equipamiento competitivo y servicio postventa confiable. El reto ahora será consolidar ese estándar, seguir profesionalizando su operación y convencer a más conductores de que, más allá del país de origen, lo que importa es la experiencia total. Y en eso, aparentemente China está dejando de ser la promesa para convertirse en la realidad.

Cortesía de Xataka



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