Viernes, 2 de mayo de 2025. La Piazza del Colosseo, en Roma, rebosaba de turistas como cada tarde. Entre cámaras, visitas guiadas y familias con helado en mano, nadie imaginaba que el día terminaría con una imagen sacada de una pesadilla. A las cinco en punto, un hombre intentó saltar una reja de hierro forjado, de las que delimitan el perímetro exterior del Coliseo, y cayó… de lleno sobre las púas metálicas que coronan la valla.
El turista, de nacionalidad estadounidense y residente en Taiwán, quedó literalmente alcanzado por los barrotes por la parte baja de la espalda, colgando del hierro mientras perdía sangre y la conciencia. Según la nota de prensa difundida por medios italianos como Il Messaggero, el hombre había intentado trepar la valla para tomar una fotografía más cerca del anfiteatro romano, el mismo que durante siglos fue símbolo del poder imperial.
Durante más de veinte minutos, el visitante permaneció atrapado, suspendido entre la vida y la muerte, mientras decenas de personas asistían horrorizadas a la escena. Los gritos del hombre, inicialmente desgarradores, se apagaron a medida que el dolor y la hemorragia lo empujaban hacia la inconsciencia. El personal de emergencias llegó con rapidez y, con gran dificultad, consiguió liberarlo tras sedarlo. La operación de rescate fue delicada y exigente: se trataba de mover a un hombre clavado en una estructura metálica sin agravar su estado.
Una herida grave, 80 puntos de sutura y una recuperación milagrosa
El diagnóstico no tardó en llegar: una profunda herida en la zona lumbar, tan seria que le impedía moverse. En la misma plaza, los sanitarios le aplicaron un vendaje compresivo para frenar la hemorragia y lo trasladaron de urgencia, con código rojo, al hospital San Giovanni. Allí fue operado de inmediato y recibió más de 80 puntos de sutura.

Contra todo pronóstico, los médicos lograron estabilizar al paciente. Horas después, ya fuera de peligro, el hombre seguía sin poder hablar. No fue hasta pasados dos días que pudo ofrecer su versión a los carabinieri, aunque todavía no hay una explicación clara de por qué decidió trepar la reja, más allá de una posible búsqueda de una mejor imagen.
El incidente, cubierto ampliamente por la prensa internacional, tuvo también un giro inesperado: días más tarde, una portavoz del Coliseo declaró a algunos medios que no había ocurrido ningún incidente de ese tipo y que se trataba de una noticia falsa. La policía, sin embargo, confirmó que sigue investigando lo ocurrido y recogiendo testimonios.
¿Qué se sabe hasta ahora?
Pese al desconcierto posterior, el accidente fue presenciado por numerosos testigos y confirmado por los servicios de emergencia. Todos coinciden en los mismos detalles: un hombre de 47 años, vestido como cualquier turista, decidió subirse a una valla aparentemente sin mayor dificultad. Pero la caída, inesperada y brutal, lo dejó colgado del hierro como si el tiempo se hubiera detenido.
Los equipos sanitarios tardaron más de 20 minutos en lograr despegarlo de la reja. No se trató de una simple caída, sino de una lesión de alta gravedad. Una vez trasladado al hospital, fue intervenido quirúrgicamente y pasó las siguientes horas bajo estrecha vigilancia médica.
También se ha sabido que el hombre no viajaba solo. Estaba en Roma con su familia y amigos, alojado en una pensión del centro histórico. Según los reportes, ninguno de sus acompañantes pudo explicar claramente por qué intentó escalar la reja. Lo único cierto es que su impulso por acercarse al Coliseo estuvo a punto de costarle la vida.

Un caso tan insólito como inquietante
Más allá del morbo evidente, lo ocurrido en el Coliseo ha generado confusión, entre versiones encontradas y una aparente intención de minimizar lo sucedido. Mientras algunos medios internacionales recogían el testimonio de testigos y detalles médicos del rescate, una fuente del propio monumento llegó a negar que alguien hubiese escalado la reja ese día.
¿Por qué esta contradicción? ¿Fue un malentendido? ¿O un intento institucional de evitar repercusiones? No hay respuestas oficiales. Lo que sí hay es una imagen potente, inesperada, y que ya forma parte de los anales más surrealistas de Roma.
Lo sucedido es una advertencia de carne y hueso sobre lo que puede salir mal cuando se subestiman los límites físicos y se desafía el entorno urbano, incluso en un lugar tan vigilado como el Coliseo. El hombre sobrevivió, sí, pero la reja sigue ahí: silenciosa, afilada y más famosa que nunca.
Cortesía de Muy Interesante
Dejanos un comentario: