Caifanes convierte la espera en un ritual al compartir el escenario con sus fans


La devoción por Caifanes volvió a quedar patente en Guadalajara. Desde la noche del jueves, decenas de seguidores comenzaron a llegar al Auditorio Benito Juárez para formarse con una sola meta: conseguir un buen lugar en el concierto que la banda ofrecería la noche del viernes en el Foro Principal de las Fiestas de Octubre. Algunos llevaron cobijas, mochilas y termos de café para resistir el frío, mientras otros compartían anécdotas y canciones en lo que se convirtió en una vigilia colectiva por el regreso de Saúl Hernández y compañía.

La escena en el amanecer eran largas filas, carpas improvisadas y un ambiente que mezclaba la nostalgia con la euforia. Y esa entrega no pasó desapercibida para la agrupación. Durante el concierto, que inició puntualmente a las 20:00 horas, Caifanes invitó al escenario a varios de los jóvenes que habían acampado desde la noche anterior. Entre aplausos y gritos, Saúl Hernández tomó el micrófono y les dedicó unas palabras.

“Esta canción es dedicada para toda la gente que está formada desde anoche. Son increíbles. Esta canción es para ustedes”, dijo antes de interpretar “Para que no digas que no pienso en ti”, uno de los momentos más emotivos de la velada.

El gesto se transformó en una escena entrañable cuando los fans invitados subieron al escenario para cantar junto a la banda “No dejes que”coreando cada palabra con la guitarra y el micrófono que Saúl les cedió. El público estalló en júbilo, celebrando un ritual de comunión que reafirmó el vínculo especial entre Caifanes y Guadalajara.

“Raza, eres la luz y la esperanza”, expresó Hernández con visible emoción, a los asistentes que llenaron el Foro. La energía era electrizante; el público no aplaudía el gesto y la autenticidad de una banda que, a casi 4 décadas de trayectoria, sigue transmitiendo el mismo espíritu de cercanía y rebeldía poética que la definió.

Sin grandes introducciones, el concierto abrió con “Aquí no es así”, desatando un coro multitudinario que no cesó durante las más de dos horas que duró el show. “El aplauso es para ti raza, no para Caifanes. Gracias, muchas gracias por estar aquí, eso es tu ritual”, declaró Saúl en uno de los primeros intercambios con el público.

El repertorio recorrió distintas etapas de su discografía: “Debajo de tu piel”, “Detrás de ti”, “Miedo”, “Detrás de los cerros”, entre otras. Cada canción era recibida como una declaración de pertenencia colectiva. Entre un tema y otro, Hernández se tomaba momentos para compartir mensajes de reflexión y esperanza, fiel a su estilo espiritual y comprometido.

Uno de los discursos más potentes llegó antes de interpretar “Inés”, cuando el vocalista abordó un tema poco común en los escenarios de rock: el suicidio.

“La siguiente canción habla de suicidio, un tema muy cabrón del que casi no se habla. No tengas miedo de sentir lo que sientes, de llorar, no tengan miedo a la soledad, no tengan miedo de pedir ayuda. Lo más importante es tener un vínculo de comunicación con tu familia, tus amigos, tus maestros. Por favor, no entres en el camino de las drogas. Deprímete, arráncate las membranas del alma, pero no te metas nada”, dijo ante un público que respondió con silencio respetuoso y luego con una ovación.

El espectáculo continuó con “Nada”, donde el saxofonista Diego Herrera deslumbró con su destreza instrumental. “No les ha pasado que conoces a alguien y en cierto momento te hiere, y tras un tiempo te das cuenta que esas heridas te hacen crecer”, reflexionó Saúl antes de la interpretación.

El primer gran clímax de la noche llegó con “Los dioses ocultos”, acompañada por visuales de soles y galaxias que envolvieron el escenario en una atmósfera cósmica. “Raza, mantén esta energía hasta el resto de tus días, mantente firme por favor”, pidió Hernández mientras la multitud coreaba sin descanso.

La fuerza del espectáculo creció con “Y caíste”, “El elefante”, y “De noche todos los gatos son pardos”, hasta llegar a un potente momento instrumental en el que Saúl Hernández, Alfonso André, Diego Herrera, Rodrigo Baills y Marco Rentería improvisaron un jam con tintes de blues y rock psicodélico.

“¿Todo bien, raza? Qué bien, porque esto apenas está empezando”, exclamó Hernández antes de seguir con “Cuéntame tu vida”, “Mátenme porque me muero”, “Nubes” y “Viento”. En esta última recordó con gratitud que fue precisamente en Guadalajara donde se formó el primer club de fans de Caifanes.

El tramo final del concierto mantuvo la intensidad con “Afuera”, interpretada en una versión más rápida que la original, y  covers que ya forman parte del repertorio simbólico del grupo: “Pachuco” de Maldita Vecindad y “Te lo pido por favor” de Juan Gabriel.

El cierre, como dicta la tradición, llegó con “La célula que explota” y “La negra Tomasa”, himnos que detonaron un coro unísono en un foro completamente lleno.

MF

Cortesía de El Informador



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