Captado por la NASA el primer “arcoíris solar” gracias a la dispersión de luz en el polvo cósmico

Una de las imágenes más sorprendentes del espacio no fue captada por un telescopio gigante ni por una sonda que viajó a los confines del sistema solar. Fue tomada por una pequeña flota de satélites del tamaño de una maleta que orbitan la Tierra. En abril de 2025, el instrumento WFI-2 de la misión PUNCH registró una imagen que, aunque no es un arcoíris como los que vemos tras la lluvia, parece uno. Y no es una ilusión óptica ni un montaje visual: es el resultado de analizar cómo la luz solar se dispersa al chocar con el polvo cósmico que orbita alrededor del Sol.

La imagen ha sido noticia en medios especializados y generalistas, pero detrás del “arcoíris solar” hay mucho más que una instantánea curiosa. Es parte de un esfuerzo científico más amplio por entender cómo se genera el viento solar y cómo ese flujo constante de partículas influye en todo el sistema solar. Este artículo expone lo que realmente muestran esas imágenes, cómo lo han conseguido los investigadores y por qué es importante para la ciencia y la tecnología.

La misión PUNCH y su objetivo: mirar el viento solar

El viento solar no es una metáfora ni un recurso poético. Es un flujo continuo de partículas cargadas que emite el Sol y que se propaga por todo el sistema solar. Aunque puede parecer etéreo e intangible, tiene consecuencias reales: altera las comunicaciones por satélite, afecta a los sistemas eléctricos en la Tierra y puede poner en riesgo la electrónica de sondas y astronautas.

Para estudiar cómo nace ese viento solar, la NASA puso en órbita una misión innovadora: PUNCH (Polarimeter to Unify the Corona and Heliosphere). Se trata de una constelación de cuatro satélites que trabajan como si fueran un solo instrumento virtual. Cada uno lleva una cámara especializada y, juntos, crean una imagen continua del entorno solar. Según la NASA, “la misión PUNCH utilizará cuatro satélites del tamaño de una maleta para observar el Sol y su entorno”, con el objetivo de entender cómo la atmósfera solar se transforma en viento solar.

A diferencia de otras misiones que se centran en el Sol en sí, PUNCH se fija en la región donde la corona —la atmósfera externa del Sol— se extiende hacia el espacio. Esta transición es clave para entender cómo se generan las estructuras del viento solar, como las eyecciones de masa coronal. Para ello, PUNCH se basa en una técnica particular: el análisis de la polarización de la luz.

La imagen muestra la luz zodiacal polarizada, captada por el instrumento WFI-2 de PUNCH el 18 de abril de 2025, con las Pléyades y las Híades visibles entre el resplandor del polvo cósmico. Fuente: NASA

Polarización: ver lo invisible a través de filtros

La polarización de la luz es un fenómeno físico que ocurre cuando las ondas de luz se alinean en una dirección concreta después de chocar con una superficie o una partícula. No es algo que podamos ver a simple vista, pero se puede medir con instrumentos especializados. PUNCH utiliza filtros polarizadores, similares a los de algunas gafas de sol, para registrar cómo cambia la luz solar al atravesar el polvo cósmico y las partículas del viento solar.

Lo novedoso es que los investigadores han codificado esos datos en colores: los tonos representan la dirección de la polarización y la intensidad de esa alineación. Es decir, lo que vemos como un “arcoíris” en la imagen no es una reproducción de colores reales, sino una representación de cómo se mueve y orienta la luz. Según el informe oficial, “la imagen está coloreada para mostrar la polarización (o ángulo) de la luz zodiacal, un brillo tenue del polvo que orbita el Sol”.

De esta forma, lo que antes era invisible se vuelve observable. Y, sobre todo, mensurable. Con esta técnica, los científicos pueden construir modelos tridimensionales del flujo solar y de las estructuras que se forman en él, lo que marca una gran diferencia respecto a las imágenes planas tradicionales.

SPHEREx/PUNCH Encapsulation. Fuente: NASA / BAE Systems Benjamin Fry

El arcoíris solar: belleza y datos en una sola imagen

El 18 de abril de 2025, el instrumento WFI-2, uno de los tres Wide Field Imagers a bordo de la misión, tomó imágenes secuenciales con sus tres polarizadores. El resultado fue una imagen inédita: una representación de la luz zodiacal con una gama de colores que indica la dirección y la intensidad de la polarización.

No es un arcoíris clásico, de los que surgen por refracción en gotas de agua, sino una construcción visual que codifica información física. Por ejemplo, una región de color azul oscuro indica una polarización intensa en dirección diagonal, mientras que un verde claro señala una polarización leve en dirección horizontal. En la imagen, se aprecian también objetos astronómicos conocidos como el cúmulo de las Pléyades y el de las Híades, lo que ayuda a contextualizar el campo visual.

Además de su valor estético, esta imagen es una herramienta científica. Muestra cómo el polvo interplanetario dispersa la luz solar y cómo esa dispersión puede medirse con precisión. Tal y como destaca el equipo de la misión, estas primeras imágenes ayudan a confirmar que las cámaras de PUNCH “están en foco, funcionan correctamente y pueden capturar las observaciones necesarias para lograr los objetivos de la misión”.

Más allá de la primera imagen: cartografiar el entorno solar

Aunque el “arcoíris solar” ha sido la imagen más comentada, PUNCH ha captado también otras vistas igualmente relevantes. El instrumento WFI-1 mostró el resplandor de la luz zodiacal extendiéndose hacia arriba y la derecha del campo visual. WFI-3, por su parte, registró la misma luz extendiéndose hacia la izquierda, con la galaxia de Andrómeda visible como un punto tenue. Incluso el instrumento NFI, un coronógrafo que bloquea la luz directa del Sol, captó una imagen del nuevo ciclo lunar iluminado por resplandor terrestre (Earthshine), lo que ayudó a calibrar los instrumentos y a asegurar que la Luna no interferirá con las observaciones del viento solar.

Estos datos no son solo pruebas de funcionamiento. Constituyen el primer paso para crear mapas tridimensionales del flujo de partículas solares, identificar perturbaciones y predecir fenómenos como tormentas solares. Con el tiempo, la misión permitirá a los científicos entender cómo pequeñas irregularidades en la corona solar pueden amplificarse y convertirse en eventos que afecten a satélites, sistemas GPS o redes eléctricas en la Tierra.

Ciencia con consecuencias: por qué importa entender el viento solar

El Sol no es solo una fuente de luz y calor. También es un emisor constante de partículas cargadas que afectan a todo el entorno planetario. Algunas veces, esas emisiones se intensifican en forma de llamaradas solares o eyecciones de masa coronal, generando fenómenos conocidos como clima espacial. Estos eventos pueden interrumpir las comunicaciones por radio, afectar los vuelos polares o dañar satélites.

Comprender cómo se originan y cómo evolucionan estos procesos es fundamental para proteger tanto nuestras infraestructuras tecnológicas como futuras misiones tripuladas al espacio. “Las mediciones de PUNCH proporcionarán a los científicos nueva información sobre cómo se forman y evolucionan estos eventos potencialmente disruptivos”, señala el documento oficial.

Gracias a su diseño modular y su enfoque en la polarización de la luz, PUNCH puede detectar detalles que otras misiones no han podido observar. Con estas herramientas, la ciencia da un paso más hacia un conocimiento más completo del Sol como sistema dinámico y cambiante, que influye de forma constante sobre nuestro planeta.

Referencias

  • TVanessa Thomas (2025). NASA’s PUNCH Catches First Rainbow and Other New Images. NASA Science.
  • NASA (2025). PUNCH – Polarimeter to Unify the Corona and Heliosphere. NASA Science Mission Directorate.

Cortesía de Muy Interesante



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