Por Argenis Esquipulas
Este lunes 20 de enero, justo en el día de la investidura de Donald Trump como el 47º presidente de los Estados Unidos, un grupo de aproximadamente 2,500 migrantes, en su mayoría venezolanos, partió desde Tapachula, Chiapas, en una nueva caravana con rumbo al norte. La salida de este contingente coincide con la llegada de Trump a la Casa Blanca, quien ha prometido endurecer las políticas migratorias, incluyendo deportaciones masivas y la eliminación de la aplicación CBP One, que facilitaba el acceso a solicitudes de asilo para los migrantes.
A pesar de las amenazas
De deportaciones y el cierre de fronteras, los migrantes mantienen la esperanza de llegar a Estados Unidos. Esta es la cuarta caravana de migrantes que se forma en la región, y, como en ocasiones anteriores, muchos de los participantes viajan con menores en brazos. Otros más llevan mochilas, alimentos, carriolas, e incluso triciclos para sus hijos, mientras avanzan por la carretera de la costa de Chiapas, en su travesía hacia el centro y norte de México.
La noche previa a su partida, en el Parque Bicentenario de Tapachula, los migrantes realizaron actos religiosos, fortaleciendo su espíritu para lo que será una larga y peligrosa travesía. Entre las oraciones, manifestaron su determinación de continuar el viaje a pesar de los obstáculos que enfrentan.
“En Venezuela ya no hay futuro mientras esté el dictador Maduro”, dijo uno de los integrantes de la caravana, refiriéndose a la grave situación política y económica que ha forzado a miles de venezolanos a huir de su país en busca de una vida mejor.
Los migrantes se dirigen
Hacia Huehuetán, donde planean descansar antes de continuar su recorrido. A pesar de las adversidades, la caravana avanza con la esperanza intacta, pues para muchos, la única opción es seguir adelante, buscando un futuro que les ha sido negado en sus países de origen.
La situación de los migrantes que transitan por la frontera sur de México es cada vez más compleja. Las políticas de represión y los constantes obstáculos migratorios a lo largo del trayecto son sólo algunos de los desafíos que enfrentan. Sin embargo, la promesa de una vida mejor sigue siendo el motor que impulsa a miles de personas a tomar este arriesgado viaje, a pesar de los nuevos desafíos que podrían traer consigo las políticas de Trump.
Este fenómeno refleja la persistente crisis migratoria que atraviesa América Latina, marcada por la pobreza, la violencia y la inestabilidad política que empuja a miles de ciudadanos a abandonar sus hogares en busca de un futuro más prometedor. Sin embargo, la pregunta sigue siendo si estos migrantes lograrán alcanzar su destino, enfrentando los riesgos de un recorrido incierto, en un contexto de creciente rechazo a la inmigración en varios países.
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