Catalunya despliega su red de telescopios para saber si el asteroide 2024 YR4 chocará contra la Tierra en 2032

La noticia saltó hace poco más de una semana y en seguida dio la vuelta al mundo. Los grandes programas de monitoreo y estudio de los asteroides cercanos a nuestro planeta detectaron el caso de una enorme roca espacial que podría colisionar contra la Tierra en 2032. Según las últimas estimaciones, en estos momentos hay un 2,1% de probabilidades de que este cuerpo impacte contra nuestro planeta de aquí a siete años. El riesgo no es alarmante pero, por protocolo, ya se han activado todos los mecanismos de defensa planetaria y, por ejemplo, las grandes agencias y centros espaciales del mundo están enfocando buena parte de sus recursos en estudiar este fenómeno. Catalunya, por su parte, también está desplegando su red de telescopios y a sus mejores equipos de investigación para estudiar las posibilidades de impacto del asteroide 2024 YR4 contra la Tierra.

El astrónomo Josep Maria Trigo, referente en el estudio de asteroides, lidera un grupo de investigación especializado en el seguimiento de estos objetos. Desde el Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC) y el Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (IEEC), el equipo de este científico está recopilando datos para intentar responder algunas preguntas clave sobre este asteroide como, por ejemplo, cuál será su trayectoria en los próximos años, de qué está compuesto exactamente y, sobre todo, cuál es la mejor manera de destruirlo o esquivarlo en caso de que se acerque a nosotros. En estos momentos hay al menos dos grandes telescopios catalanes dedicados al estudio de esta gigantesca roca espacial; el telescopio robótico Joan Oró, del Observatori del Montsec, y el telescopio Guillé i de Solà, de l’Observatori de Pujalt.

Un grupo de investigación del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC) y el Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (IEEC) llevará a cabo experimentos pioneros para estudiar este cuerpo rocoso

Según explica Trigo, su equipo también está realizando “experimentos pioneros” para entender las propiedades físico-químicas de las rocas que forman este tipo de asteroides. Estos trabajos, argumenta el experto, son esenciales de cara al diseño de futuras misiones enfocadas a desviar o destruir los asteroides que vengan hacia nuestro planeta. Sobre todo porque, en función de si el asteroide es más o menos compacto, o de un material más o menos denso, la forma de esquivarlo puede ser muy distinta. Para que nos entendamos: no es lo mismo tener que golpear el equivalente a una pelota de béisbol o a una bola de bolos. “Por ahora sabemos que la mayoría de asteroides son pilas de escombros, miríadas de rocas apiladas tras colosales impactos“, afirma al especialista en una entrevista con EL PERIÓDICO.

Hace ya dos años que el Telescopi Joan Oró se utiliza para seguimiento de asteroides potencialmente peligrosos para nuestro planeta. Según explica Trigo, uno de los grandes impulsores de este proyecto, en las noches con buena visibilidad este telescopio es “capaz de captar magnitudes +20/+22 que nos permiten seguir asteroides pequeños y rápidos”. Además, hace una década que los investigadores del IEEC colaboran con la Oficina de Defensa Planetaria de la Agencia Espacial Europea para el seguimiento de asteroides cercanos a la Tierra.

Vigilancia internacional

En estos momentos, todas las agencias internacionales y centros de investigación relacionados con temas del espacio están dedicando recursos al estudio de este asteroide que podría colisionar contra nuestro planeta en 2032. En España, además de los instrumentos catalanes, Canarias también está utilizando su Gran Telescopio (GTC) y el Observatorio del Teide para estudiar la composición de este asteroide y tratar de dirimir su órbita. La Agencia Espacial Europea (ESA), por su parte, está recopilando datos a través de su red de proyectos y centros de investigación. La NASA ha afirmado que, además de todos sus recursos terrestres, también utilizará el telescopio espacial James Webb, el más potente jamás lanzado al espacio, para estudiar con todo detalle esta gigantesca roca espacial.

Los datos recopilados hasta la fecha indican que este asteroide 2024 YR4 será visible para nosotros desde ahora mismo hasta el mes de mayo, por lo que urge recopilar cuantos más datos posibles durante esta primera ventana de observación. Después, todo apunta a que la trayectoria de este cuerpo rocoso lo ocultará de nuestra mirada durante varios años y no será hasta 2028 cuando volverá a pasar cerca de nuestro planeta y tendremos una segunda ventana de oportunidad para estudiarlo. Los especialistas creen que será entonces cuando podremos obtener datos más fidedignos sobre su trayectoria y, sobre todo, refinar los cálculos sobre el riesgo de impacto de cara a 2032. Por ahora, según explica Trigo, “la buena noticia es que ya se han activado todos los protocolos” y que, en definitiva, “estamos en plena era de defensa planetaria”. 

Ahora mismo las probabilidades de impacto de este asteroide contra nuestro planeta en 2032 rondan el 2%

Las últimas estimaciones apuntan a que ahora mismo las probabilidades de impacto de este asteroide contra nuestro planeta en 2032 rondan el 2%. Por el momento, el grueso de las tareas se centran en el estudio y la monitorización de esta roca espacial pero, en un futuro, si las posibilidades de impacto aumentaran de forma significativa, no se descarta el diseño de misiones específicas para desviar este asteroide. Hace unos años ya se realizó la primera prueba de la historia de una misión de defensa interplanetaria y se consiguió desviar la trayectoria de un asteroide. Llegado el caso, la comunidad científica asegura que se podrá volver a hacer.

Suscríbete para seguir leyendo

Cortesía de El Periodico



Dejanos un comentario: