De ahora en adelante, los animales de compañía en la Ciudad de México serán considerados parte de la familia durante un proceso de divorcio. El Congreso capitalino aprobó una reforma al Código Civil que permite establecer planes de custodia y cuidados para perros, gatos y otros “seres sintientes”, de esta forma se reconoce su lugar en los hogares más allá de ser simples bienes muebles.
Según un comunicado del Congreso de la Ciudad de México, la modificación adiciona la fracción VII al artículo 267, capítulo X, sobre divorcios. Con esto, en los convenios de separación podrá incluirse un plan que garantice el bienestar de los animales y se precise quién será responsable de su custodia donde se consideren factores como tiempo, recursos y capacidad para ofrecer un ambiente seguro.
Los animales ya no son “cosas”: ahora se reconocen como seres con derechos
La reforma también establece que los animales de compañía deben incluirse en los acuerdos judiciales de divorcio para definir manutención y cuidados, con posibilidad de que un juez otorgue custodia compartida. Además, se reformaron otros artículos para que dejen de ser tratados como bienes muebles y sean reconocidos como seres sintientes sujetos de consideración moral y trato digno.
La diputada Luisa Ledesma Alpízar de Movimiento Ciudadano, impulsora de la iniciativa, celebró que la capital del país se convierta en la primera entidad del país en reconocer oficialmente el derecho de guarda y custodia de los animales. Durante la sesión, legisladores subrayaron que no se trata de una declaración simbólica, sino de un cambio jurídico con efectos reales en cómo la sociedad se relaciona con ellos.
Una reforma que responde a nuevas formas de familia
Según La Jornada, actualmente el 30% de los matrimonios en México termina en divorcio y cada vez más parejas deciden no tener hijos, por lo que optan por tener perros o gatos como núcleo familiar. Esto da lugar a familias “multiespecie” o “interespecie”, donde los animales cumplen un rol de compañía, protección y apoyo emocional.
Incluso, la reforma abre la posibilidad de que un juez determine custodia compartida de la mascota si es lo mejor para su bienestar. Algo que ya sucede en otros países y que refleja cómo las estructuras familiares se están transformando.
La era de los “perrhijos” y la expansión de las familias multiespecie
De acuerdo a un reporte de El País, esta tendencia se observa a nivel global. En muchos lugares ya hay más perros que niños y en Europa el número de nacimientos cayó mientras que el de perros casi se triplicó en la última década.
El fenómeno cultural de los “perrhijos” responde a cambios sociales como la baja natalidad, el aumento de hogares unipersonales y el costo de vida, factores que han hecho que muchos vean en los animales una alternativa para formar familia.
El concepto de “familias multiespecie” denota que para algunas personas los perros y gatos ya no son solo mascotas, sino miembros del hogar, con rutinas, derechos y hasta planes de viaje pensados para incluirlos.

¿Amor o sobreprotección? El debate sobre la humanización de las mascotas
Pero no todo es positivo. Según un reporte de The New York Times, algunos expertos advierten que la creciente tendencia a tratar a las mascotas como niños puede estar limitando su naturaleza animal. El confinamiento en interiores, las carriolas para perros y la obsesión con servicios premium (principalmente en países de primer mundo) ha generado problemas de salud como obesidad, ansiedad por separación y agresividad.
Aun así, existe una paradoja, pues las mascotas nunca habían estado tan protegidas, pero al mismo tiempo nunca habían dependido tanto de los humanos. El reto, señalan especialistas, será encontrar un equilibrio entre el cuidado responsable y el respeto a su naturaleza.
Cortesía de Xataka
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