Chayanne conquista Guadalajara: una noche de amor, ritmo y nostalgia en el 3 de Marzo


Zapopan se sacudió con la presencia del “papá” de México. Chayanne volvió a los escenarios tapatíos en el contexto de su gira “Bailemos otra vez” con una energía arrolladora y un carisma intacto, en un Estadio 3 de Marzo que se rindió por completo ante su sonrisa, sus pasos de baile y una cascada de recuerdos musicales.

Desde temprano, los alrededores del estadio se llenaron de emoción. Cientos de fanáticos llegaron con camisetas y carteles fluorescentes en mano, dispuestos a ver de cerca al ídolo que ha acompañado tres generaciones. En el aire se mezclaban los gritos del público clamando al ídolo, los ecos de bocinas con sus grandes éxitos y las risas de familias enteras que convirtieron la espera en una fiesta.

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Sin darle tiempo a nadie para respirar, ni siquiera a sí mismo, Chayanne arrancó moviéndose en el escenario de arriba a abajo, lleno de energía, con algunos de sus éxitos más grandes. “Bailemos otra vez”, “Salomé”, “Boom Boom”, “Provócame” y “Caprichosa “.

“Mi gente bonita. Qué placer estar aquí en Guadalajara, Jalisco. Es hermoso, de verdad que es increíble porque uno no sabe lo que va a pasar cuando va a hacer un show y de repente llega toda esta energía de esta tierra bonita”, dijo el ídolo, vestido de negro. “Quiero darles a todos la bienvenida, quiero darles las gracias por venir a compartir con nosotros.  Todo esto se hace con entusiasmo, se hace con cariño, se hace con mucho amor. Así que como siempre digo, esta noche ustedes manden que yo obedezco”. 

El público estallaba en gritos. Miles de voces coreaban al unísono el clásico “¡papá!”, ese grito de amor colectivo que ya es marca registrada de sus conciertos en México. Chayanne, con una sonrisa cómplice, respondía con besos dirigidos al público que provocaban ovaciones ensordecedoras.

“Vine con mi mamá; ella lo escuchaba cuando yo era niña. Ahora me toca a mí traerla a verlo. Es como cerrar un ciclo bonito”, contó Sofía, de 28 años, mientras se tomaba una selfie con el estadio iluminado detrás. “Esto es más que un concierto, es parte de nuestra vida. Lo escuchábamos cuando éramos novios… y aquí seguimos, bailando juntos”, dijo Ana, de 51 años, con los ojos brillantes.

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El artista puertorriqueño recorrió su historia musical con una mezcla de energía y ternura: “Dejaría Todo”, “Un Siglo Sin Ti”, “fueron coreadas de principio a fin. Cada canción era una memoria compartida: parejas abrazadas, amigas llorando, padres bailando con sus hijas.

El Estadio 3 de Marzo estaba iluminado por miles de celulares que formaron una constelación de luces durante los temas más románticos. En los pasillos, se oían risas, aplausos y frases de cariño. “Nunca envejece, él sigue igual de guapo”, soltó entre carcajadas una fan con sombrero de lentejuelas rosas.

Al final,  Guadalajara se quedó con el corazón lleno. Chayanne no solo ofreció un espectáculo impecable, sino una lección de permanencia, cariño y conexión. Porque con él no solo se canta y se baila: se revive la emoción de amar y ser amado. Y anoche, bajo el cielo tapatío, Guadalajara volvió a vivir la efervescencia del “papá” de México.

NA

Cortesía de El Informador



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