La decisión del gigante asiático de restringir el acceso a drones Mavic para Kiev y países aliados reaviva las sospechas sobre su rol en el conflicto.
China decidió restringir la venta de drones Mavic a Ucrania y a varios países occidentales, mientras se presume que sigue abasteciendo con estos dispositivos a Rusia. La denuncia fue realizada por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien afirmó que los drones fabricados por la empresa china DJI ya no están disponibles para las fuerzas ucranianas, pero sí para las rusas. Según detalló, incluso existen líneas de producción en territorio ruso con participación de representantes chinos.
El Mavic es un modelo de dron de uso civil muy popular en tareas de fotografía aérea, pero su versatilidad lo convierte también en una herramienta útil para operaciones militares. En el contexto del conflicto, estos dispositivos han sido adaptados para vigilancia, detección de posiciones enemigas e incluso para transportar explosivos y atacar blancos estratégicos.
Acusaciones cruzadas y tensiones crecientes entre China, Ucrania y Occidente
Las autoridades chinas negaron reiteradamente cualquier suministro de armas o tecnología letal a los bandos enfrentados en la guerra. A través de un comunicado de su Ministerio de Asuntos Exteriores, aseguraron que el país asiático nunca proporcionó armamento y que aplica un estricto control sobre los productos de doble uso, es decir, aquellos que pueden ser empleados tanto con fines civiles como militares.
Además, criticaron duramente a Kiev por las acusaciones, a las que calificaron como infundadas y parte de una maniobra de manipulación política. Desde fines de 2023, diversas fuentes vienen advirtiendo sobre un endurecimiento en las políticas de exportación de China respecto a ciertos componentes clave utilizados en la fabricación de drones.
De acuerdo a informes de Bloomberg, varios fabricantes comenzaron a limitar la venta de piezas esenciales a Estados Unidos y países europeos, algo que algunos funcionarios en Occidente interpretaron como el anticipo de medidas más amplias.
Pekín respondió a estas acusaciones asegurando que la regulación de sus exportaciones forma parte de una estrategia defensiva frente a las sanciones impuestas por Washington, las cuales, según sostienen, buscan frenar su avance en sectores estratégicos como el desarrollo de semiconductores avanzados.
Así, la disputa comercial y tecnológica se suma a las tensiones políticas en el marco de la guerra en Ucrania, donde el uso de drones se ha convertido en un componente clave del conflicto armado.
Cortesía de Ámbito
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