China sube el volumen a sus protestas por las restricciones comerciales de México

La tensión entre México y China por sus relaciones comerciales sube a cada minuto. El país asiático ha elevado en las últimas semanas el volumen de sus reclamos por las nuevas medidas proteccionistas que México ha adoptado en varios sectores. La más controvertida es la iniciativa de imponer un arancel de hasta el 50% a diversos productos asiáticos y que está pendiente de aprobación en el Congreso mexicano. Como telón de fondo está el giro de Estados Unidos y la guerra comercial que libra contra el gigante asiático, así como la negociación del tratado de libre comercio de México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), prevista para 2026.

Los mensajes del Gobierno chino a México han pasado de ser pequeños guiños a declaraciones formales del Ministerio de Comercio de China. Como la de este viernes, en la que las autoridades del país asiático señalan que la Secretaría de Economía ha comenzado cuatro nuevas investigaciones por antidumping relacionadas con empresas chinas que importan cinta adhesiva, pernos de acero y tubos de plástico PVC. “China se opone firmemente a las acciones proteccionistas que perjudican los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas”, ha manifestado el Gobierno chino en un comunicado.

La protesta china apunta a que durante 2025, el Gobierno mexicano ha abierto al menos 11 investigaciones antidumping contra empresas o productos chinos, a petición de sus competidores mexicanos. El Ministerio de Comercio asegura que son ya casi el doble de las que se iniciaron en 2024. El Gobierno chino no ve coincidencias en que esto ocurra al mismo tiempo que Estados Unidos ha incrementado el uso de aranceles para presionar a todos sus socios a nivel global. México superó a China como principal socio comercial de Estados Unidos en 2023, por lo que a la llegada de Donald Trump a la presidencia una de las prioridades del Gobierno mexicano ha sido mantener a salvo, a toda costa, la relación bilateral.

La diplomacia también ha hecho su entrada al debate entre México y China. La embajada china en México ha acusado al Gobierno estadounidense de “practicar el matonismo económico” para forzar a socios como México a tomar distancia del comercio chino. “A Estados Unidos no le preocupa realmente el desarrollo de México, sino obligar a este país a fungir como su instrumento geopolítico en las cadenas industriales y de suministro”, manifestó la misión diplomática esta misma semana. Por otro lado, el nuevo embajador chino en México, Chen Daojiang, ha pedido en un texto publicado en la prensa mexicana que México y América Latina sigan promoviendo el libre comercio con Asia.

A pesar de la presión cada vez más vocal del Gobierno chino, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ha insistido en que mantiene conversaciones con los representantes de los gobiernos asiáticos que se verían afectados por la imposición de nuevas tarifas a casi 1.500 fracciones arancelarias. Ebrard ha descartado la posibilidad de medidas retaliatorias debido al déficit comercial que existe con el gigante asiático. China solo ha abierto un par de investigaciones: una por las restricciones comerciales y de inversión, y otra por el antidumping de nueces pecanas. La decisión final sobre si imponer los aranceles a China se quedará en manos del Congreso mexicano.

Además de la relación comercial, en la que China es el segundo proveedor de México, la inversión china en México ha ido en ascenso en los últimos años. En 2024, la inversión desde ese país representó 710 millones de dólares que se han colocado, principalmente, en los estados de Guanajuato, Coahuila y Ciudad de México. Los lazos entre China y México están a prueba mientras Estados Unidos sigue elevando la apuesta por el proteccionismo. “China cree que, en el contexto actual de abuso arancelario por parte de Estados Unidos, todos los países deben oponerse conjuntamente al unilateralismo, prevenir la propagación del proteccionismo y evitar imponer restricciones a China bajo diversos pretextos debido a presiones externas”, ha declarado Pekín en su último pronunciamiento sobre el tema.

Cortesía de El País



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