Científicos de Johns Hopkins detectan señales de cáncer en la sangre hasta tres años antes del diagnóstico clínico

Puede que un tumor esté creciendo en silencio durante años, pero no pasa desapercibido del todo. Investigadores del Centro Ludwig de Johns Hopkins han demostrado que el cáncer comienza a liberar pequeñas señales detectables en la sangre mucho antes de que dé la cara en una consulta médica. En un nuevo estudio publicado en Cancer Discovery en mayo de 2025, los científicos lograron identificar ADN tumoral en muestras de sangre tomadas hasta tres años antes del diagnóstico clínico en pacientes con distintos tipos de cáncer.

El hallazgo más sorprendente fue que estas señales podían rastrearse hasta con 79 veces menos intensidad que al momento del diagnóstico. Esto no solo confirma la presencia del cáncer años antes, sino que establece un punto de partida para desarrollar pruebas más sensibles y eficaces.

“Tres años antes proporciona tiempo para la intervención. Es probable que los tumores sean mucho menos avanzados y más probables que sean curables”.

—dijo Yuxuan Wang, profesor de oncología en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y autor principal.

El objetivo de los investigadores era claro: saber hasta qué punto es posible detectar el cáncer antes de que el paciente tenga síntomas. Para ello, analizaron muestras de sangre de un gran estudio longitudinal financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH), conocido como ARIC (Atherosclerosis Risk in Communities), que desde hace décadas estudia la salud cardiovascular en Estados Unidos.

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El estudio detectó mutaciones cancerosas en la sangre con niveles hasta 79 veces más bajos que en el momento del diagnóstico. Ilustración artística: Sora / ERR

Un estudio con muestras reales y resultados reveladores

El equipo de investigación trabajó con un total de 52 muestras: 26 pertenecientes a personas que fueron diagnosticadas con cáncer en los seis meses posteriores a la toma de sangre, y otras 26 de personas similares que no desarrollaron la enfermedad. El análisis se realizó con una tecnología altamente precisa conocida como prueba MCED (detección temprana multicáncer), capaz de identificar pequeñas mutaciones en el ADN circulante en sangre.

Ocho de los 26 participantes que desarrollaron cáncer fueron identificados correctamente por la prueba MCED antes de recibir el diagnóstico clínico. Todos fueron diagnosticados en los cuatro meses siguientes a la toma de la muestra.

Pero lo realmente sorprendente ocurrió cuando los investigadores examinaron muestras más antiguas de esas mismas personas: en seis de los ocho casos existían muestras previas tomadas entre 3.1 y 3.5 años antes. En cuatro de esos seis pacientes, los rastros del cáncer ya estaban presentes en la sangre.

Estos rastros correspondían al llamado ADN tumoral libre (ctDNA), fragmentos de material genético que las células cancerosas liberan en el torrente sanguíneo. Aunque su presencia era mínima, los investigadores lograron detectarlos gracias a algoritmos de análisis avanzados y múltiples filtros de verificación cruzada.

El reto de encontrar una aguja en un pajar molecular

Detectar cáncer en etapas tan tempranas supone un desafío técnico enorme. El ctDNA representa apenas una fracción ínfima del ADN total presente en la sangre, especialmente en fases iniciales de la enfermedad. Las mutaciones específicas de tumores están “escondidas” entre millones de fragmentos de ADN sano. Por eso, la sensibilidad de las pruebas es fundamental.

En las muestras antiguas donde se detectaron mutaciones, la cantidad de ctDNA era entre 8 y 79 veces menor que en el momento del diagnóstico. Es como encontrar una aguja en un pajar, pero con herramientas de precisión molecular. Este estudio establece los niveles mínimos de sensibilidad que una futura prueba de detección temprana necesitará alcanzar para ser verdaderamente útil.

Los científicos de Johns Hopkins consideran este avance como un primer paso hacia pruebas clínicas capaces de detectar múltiples tipos de cáncer con años de antelación. Pero también advierten que no basta con encontrar el cáncer: es necesario definir cómo actuar después. El siguiente desafío es determinar qué hacer con un resultado positivo tan temprano.

“Por supuesto, necesitamos determinar el seguimiento clínico apropiado después de una prueba positiva para tales cánceres”.

—dijo Nickolas Papadopoulos, profesor de oncología, investigador del Centro Ludwig y autor principal del estudio.
Científicos de Johns Hopkins detectan señales tempranas de cáncer en la sangre hasta tres años antes del diagnóstico
Una nueva prueba de detección temprana multicáncer identificó el cáncer antes de los síntomas en el 31% de los casos analizados. Fuente iStock (composición).

La esperanza de un futuro con diagnósticos más tempranos

La importancia de este estudio va más allá del hallazgo técnico. Detectar un cáncer antes de que aparezcan síntomas clínicos puede marcar la diferencia entre una enfermedad mortal y una enfermedad tratable. Muchos cánceres, si se descubren a tiempo, tienen tasas de curación elevadas. El problema es que, en la mayoría de los casos, el diagnóstico llega demasiado tarde.

Este tipo de análisis podría revolucionar la medicina preventiva y el control del cáncer. En lugar de esperar a que el cuerpo dé señales de alarma, podríamos adelantarnos con pruebas de sangre rutinarias. Sería un cambio de paradigma similar al que ocurrió con la detección precoz del VIH o la diabetes.

A medida que los tratamientos contra el cáncer avanzan, también lo hacen las herramientas para identificarlo antes. La combinación de ambos frentes —diagnóstico precoz y terapias más eficaces— abre una nueva era en la lucha contra esta enfermedad. Y la sangre, aparentemente silenciosa, podría ser la gran aliada.

Todavía quedan preguntas por responder

Aunque los resultados son prometedores, los investigadores enfatizan que aún es pronto para aplicar esta prueba de forma masiva. Detectar un cáncer tres años antes del diagnóstico no siempre implica que se pueda o deba intervenir de inmediato. Faltan estudios que determinen cómo interpretar estos hallazgos y qué decisiones clínicas tomar.

Una prueba positiva podría generar ansiedad innecesaria si no está claro qué tipo de cáncer se avecina, ni cuándo aparecerá. Además, existen riesgos de falsos positivos o sobretratamientos.

Por eso, los científicos llaman a la cautela: se necesita más investigación y validación en estudios con miles de pacientes antes de convertir esta tecnología en una herramienta de uso general.

Otro aspecto por definir es el costo y la accesibilidad. Pruebas como la MCED requieren tecnología avanzada y análisis computacionales complejos. Lograr que estos diagnósticos estén disponibles para toda la población requerirá inversiones y acuerdos regulatorios, pero los expertos creen que es un camino posible.

Células cancerosas
El reto ahora es mejorar la sensibilidad de las pruebas y definir el protocolo clínico tras un resultado positivo. Ilustración artística: Sora /ERR.

Una nueva frontera en la medicina de precisión

Este estudio se suma a un creciente cuerpo de investigaciones que buscan detectar el cáncer en sus etapas más tempranas a través del análisis de sangre. Ya se están probando tecnologías similares para distintos tipos de tumores, y la tendencia es clara: cuanto antes se detecte, mayores son las opciones de éxito.

La idea de un simple análisis de sangre capaz de detectar cáncer antes de que dé la cara ya no pertenece a la ciencia ficción. Estamos en los primeros pasos de una medicina de precisión que, además de tratar, también sabrá prever. Como declaró el profesor Bert Vogelstein, uno de los autores principales: Este estudio sienta las bases para una nueva generación de pruebas de detección ultra temprana.

El tiempo y la investigación dirán hasta dónde puede llegar esta tecnología. Pero si los resultados se replican a gran escala, podríamos estar asistiendo al nacimiento de una de las herramientas más poderosas contra el cáncer en la historia de la medicina.

Referencias

  • Wang, Y., Joshu, C. E., Curtis, S. D., Douville, C., Burk, V. A., Ru, M., … & Vogelstein, B. (2025). Detection of cancers three years prior to diagnosis using plasma cell-free DNA. Cancer Discovery. doi: 10.1158/2159-8290.CD-25-0375

Cortesía de Muy Interesante



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