Por estas horas la presidenta Claudia Sheinbaum define si viajará este viernes a Washington al sorteo de la próxima Copa del Mundo. El principal factor de análisis sería, según deslizan en el Gobierno, evitar una bilateral con Donald Trump en la Casa Blanca.
En Palacio Nacional creen que la presidenta viene de una semana de alto voltaje político con la salida de Alejandro Gertz de la Fiscalía General y la posterior reaparición de Andrés Manuel López Obrador.
“Superar esas cuestiones y exponerse a un mal momento en Washington no tendría demasiado sentido, especialmente un día antes de la convocatoria al Zócalo”, expresan a esta redacción.
Hasta el momento Sheinbaum y Trump han hablando por teléfono en reiteradas ocasiones, pero no se han visto y no ha habido nuevos intentos desde la fallida cita en el G7 de Canadá, en el mes de junio.
Una parte del entorno presidencial cree que es mejor mantener la relación bilateral por la vía telefónica porque entienden que aquellos presidentes que se acercaron demasiado a Trump, especialmente en viajes a Estados Unidos, no salieron bien librados. Los dos ejemplos recurrentes: Volodímir Zelensky y el expremier canadiense Justin Trudeau, cuyo Gobierno se erosionó luego de una cena en Mar-A-Lago.
El gran temor es que el presidente republicano, o algunos de sus funcionarios, incurran en algún tipo de exabrupto verbal que descontrole el encuentro.
El momento tampoco es el mejor. Trump cuestionó al Gobierno mexicano luego de la marcha de la Generación Z en el Zócalo y Sheinbaum ha criticado el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, así como los ataques militares contra narcolanchas.
Este martes, por lo pronto, Sheinbaum ya dio una señal al descartar asistir a la inauguración del Mundial en junio del año que viene en el estadio Azteca.
Por cierto: otra preocupación en la Cancillería es que este viernes, mientras se realiza el sorteo en el Centro Kennedy, tenga lugar un evento militar en Venezuela.
En el plano ideal de la presidenta, ella solo asistiría al sorteo mundialista y regresaría a México. Todas las dudas pasan por el margen para esquivar una bilateral que puede ser espinosa y que, en el momento, tampoco sería fácil de eludir.
Cortesía de La Política Online
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