Muchos artistas del mundo del cine, sino es que todos, ansían al menos una vez en su carrera ser acreedores al premio Oscar. Otros, por otro lado, tienen un conflicto con esta ceremonia al punto de ser vetados del evento durante décadas. Richard Gere es un ejemplo de ello. Un caso similar fue el de un veterano de la industria que no asistió a la premiación durante 20 años: Clint Eastwood.
Resulta que la estrella de El bueno, el malo y el feo ha tenido una historia bastante inusual con los premios de la Academia. Curiosamente, saltó a la fama con los western de Sergio Leone en la década de los 60, pero nunca obtuvo ninguna nominación. Fue hasta su participación en Harry, el sucio que ganó mayor popularidad y fue invitado a la ceremonia de 1973.
En aquella noche de hace 52 años, Clint Eastwood presentó el Oscar en la categoría de Mejor Película. Sin embargo, antes de él, Charlton Heston (El plantea de los simios) debía realizar un monólogo con las reglas de votación, pero estuvo a punto de no llegar por culpa del tráfico. Así, el entonces presidente de la Academia Howard Koch, eligió a Eastwood para sustituirlo.
Como recuperan desde Cinephilia Beyond, Eastwood comenzó a leer los chistes del guion. Allí se dio cuenta que todos se trataban del papel que Heston interpretó en Los diez mandamientos de 1956: Moisés. Según recuerda, las líneas eran tan malas y enfocadas solo en lo que no se debe de hacer que prefirió decirle a Koch: “Tiene que ser una broma. No me vuelvas a invitar”.
Tras esta última frase, Koch le preguntó a Eastwood sobre qué pasaría en dado caso que lo llegaran a nominar. ¿Esa sería entonces la única excepción en que el actor acudiría a la gala? No es de sorprender la respuesta de Eastwood: “Sí, lo haré”. A lo que Koch respondió: “Entonces no tengo de qué preocuparme”.
Y dicho y hecho. Después de aquella interacción, Eastwood mantuvo su promesa y estuvo alejado de los premios Oscar por dos décadas hasta que sucedió lo inevitable: lo nominaron. Si bien durante ese periodo participó en filmes que aspiraron a la estatuilla, ninguna categoría lo involucraba directamente. Hasta que llegó el año 1993.
Fue entonces que Eastwood no solo obtuvo tres nominaciones, sino que se llevó a casa los dos más importantes de la noche: Mejor Película y Mejor Director. Dicha obra se convirtió en un clásico tanto de su filmografía como del género western gracias a una historia de venganza, donde el actor interpreta a un granjero que acepta un último trabajo como pistolero.
Hablamos de Los Imperdonables. Tras este filme, la asistencia de Eastwood a la gala más importante de Hollywood se hizo cada vez más recurrente. Para 2003 estuvo nominado por Río Místico, en 2004 por Golpes del destino, en 2006 por Cartas desde Iwo Jima y en 2015 por Francotirador. De todas estas, solo ganó dos: nuevamente Mejor Película y Mejor Director por Golpes del Destino.

Como datos curiosos, en 1973, el año en que Eastwood presentó el Oscar a Mejor Película, la que se llevó el galardón fue el clásico de mafiosos El Padrino. Además, en Los Imperdonables su tercera nominación fue por Mejor Actor, pero ese premio lo perdió ante Al Pacino por Perfume de Mujer.
Si por tu parte gustas darle una oportunidad a la cinta que sacó del autoexilio a Eastwood de los Oscar, te recordamos que puedes disfrutar de Los Imperdonables a través de HBO Max.
Cortesía de Xataka
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