Medellín se consolidó como una de las ciudades con mayor demanda de vivienda nueva por parte de colombianos residentes en el exterior durante el primer semestre de 2025. Los connacionales adquirieron más de 5.500 unidades de vivienda nueva en el país, esto de acuerdo con estimaciones de Viventa, basadas en datos propios, cifras de aliados financieros y Camacol.
“Estamos viendo un comprador más activo, que combina motivaciones emocionales, como el arraigo familiar, con razones de inversión a mediano y largo plazo. El segmento migrante está aportando dinamismo a las ventas nacionales y generando ingresos de divisas para el país”, señaló Sandra Amezquita, presidenta del Consejo de Administración de Viventa.
El interés también crece en municipios aledaños como Rionegro, donde se desarrollan proyectos de vivienda que combinan inversión y arraigo.
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El valor promedio de la vivienda adquirida por colombianos en el exterior fue de COP $320 millones, un 6% más que en 2024. El 58% correspondió a vivienda No VIS, es decir, inmuebles que superan los topes subsidiados y suelen incluir beneficios adicionales como parqueadero o cuarto útil; mientras que el 42% fue de vivienda VIS, dirigida a familias de ingresos bajos y medios, con topes de entre 135 y 150 salarios mínimos según la ciudad, adquirida en su mayoría para uso familiar.
Bogotá lideró la demanda, seguida de Medellín, Cali, Barranquilla y Pereira, con comportamientos diferenciados: en la capital predomina la No VIS, en Cali y Pereira la VIS, y en Barranquilla los proyectos de renta vacacional.
El interés también crece en ciudades intermedias como Chía, Armenia y Manizales, y en zonas costeras como Cartagena.
Medellín y los municipios del oriente antioqueño se consolidan como uno de los principales focos de inversión para los colombianos en el exterior. De acuerdo con Alfonso Álvarez López, director ejecutivo de Asurbe, varios factores explican esta dinámica. “El apoyo de los municipios a través de subsidios, la sensación de mayor seguridad, la disminución de tasas de interés y el desbloqueo de proyectos que habían quedado retenidos en pandemia, han creado un ambiente favorable para el sector”.
Álvarez agrega que, al escenario regional influyen otros factores externos que impulsan a los migrantes a invertir en Colombia: “las políticas migratorias en Estados Unidos han hecho que muchos compatriotas piensen en asegurar su patrimonio en el país. Además, conocemos casos concretos de familias jubiladas que, tras décadas en el exterior, han decidido invertir en proyectos en el oriente antioqueño para regresar a vivir aquí”.
Esto se refleja en historias como la de Isabel Merlano, una colombiana de 50 años residente en Canadá, quien acaba de adquirir una vivienda sobre planos en Medellín que será entregada en 2027. “Estoy comprando para inversión y para mi futuro retiro, como lo hacemos muchos: soñamos con volver cuando estemos viejitos a vivir con más comodidades. En Colombia la vida se lleva de otra manera, con familia y amigos cerca, y eso es lo que uno busca para la vejez”, dijo.
Del otro lado se encuentra Leidy Algarín, de 40 años y oriunda de Barranquilla, junto a su esposo, Ricardo González, bogotano. Ambos llegaron a España en abril de 2022, donde actualmente viven. Sin embargo, decidieron invertir en Colombia y recientemente adquirieron su primera vivienda de interés social (VIS) al norte de Barranquilla.
Aunque la tasa de cambio juega a su favor, Algarín reconoce que las cuotas resultaron altas. Hoy la vivienda no está habitada, pero la pareja sueña con regresar algún día para vivir allí su vejez.
La compra de colombianos en el exterior contrasta con la desaceleración del mercado interno. Entre julio de 2024 y junio de 2025 se desembolsaron $26,6 billones para financiar vivienda, un crecimiento real del 17,5% impulsado por el leasing habitacional (44%) y el crédito hipotecario (13,7%). Sin embargo, el número de unidades financiadas cayó 0,7% (182.779 viviendas), principalmente en la VIS.
El golpe más fuerte se dio en los subsidios: se financiaron 53.727 viviendas VIS con Mi Casa Ya, frente a 73.138 del periodo anterior, una reducción del 26,5% (19.411 menos). La caída superó el 40% en regiones como el Magdalena, el Eje Cafetero, Huila, Norte de Santander y Nariño. En contraste, la No VIS mostró aumentos en Bogotá, Bolívar, Magdalena, Santander y Tolima.
Mientras la inversión migrante se consolida como motor en ciudades como Medellín, el mercado interno enfrenta un reto estructural: la contracción de la VIS y la urgencia de políticas que garanticen acceso a los hogares de menores ingresos.
En 2024, cerca de 4,7 millones de colombianos vivían fuera del país, principalmente en Estados Unidos, España y Venezuela. La mayoría son jóvenes y buena parte de ellos mantiene un fuerte vínculo económico con Colombia: entre enero y octubre de ese año enviaron USD 9.717 millones en remesas, un 17,2% más que en 2023. Estos recursos no solo sostienen a los hogares, sino que también se han convertido en motor de inversión en vivienda.
“Millones de colombianos viven fuera del país, y cada año más de 100.000 manifiestan interés en invertir en vivienda en Colombia. Nuestra tarea como sector es ofrecerles procesos seguros, ágiles y confiables que respondan a su realidad y a sus expectativas”, concluyó Andy Altena, CEO de Viventa.
Más allá de las cifras, pesa la nostalgia y el arraigo: muchos migrantes de mediana edad, instalados en países como España o Canadá, invierten en vivienda en Colombia con la esperanza de regresar en la vejez o mantener vivo su vínculo con la tierra natal.
Cortesía de El Colombiano
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