
Fue una de las protagonistas del proceso de conquista y la legitimación de la Colonia en el territorio cuyo nombre de imposición comenzaba a fraguarse como la Nueva España. En ella recayó la primera de varias responsabilidades de traducción, interpretación, negociación, mediación y, por supuesto, como una de las gestoras políticas más importantes del siglo XVI –o mejor dicho de la historia del país– en el entonces territorio comprendido por naciones que serían integradas, sin exentar los atropellos, al territorio del imperio español en América.
Malinalli, se dice que fue su nombre de pila, aunque todavía sin consenso definitivo; Malintzin o Malinche, variantes de su apelativo de nacimiento, o Marina, que es comprobable porque así se le nombró después del bautismo católico. Se sugiere que nació en la región hoy comprendida por Veracruz, que solamente vivió por alrededor de tres décadas. Se sabe que fue hablante de náhuatl y también de maya.
Por supuesto, hay evidencia documental, como las referencias a su persona vertidas en las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, sobre su labor como intérprete de las altas huestes españolas durante el proceso de colonización y de su posición de privilegio como una política cercana a Hernán Cortés.
Sobre ella ha recaído un estigma o varios. Su presencia, su proceder, se ha deformado o se ha hecho hipérbole de su responsabilidad individual pero trascendental en la conquista española. Se le ha calificado, incluso dentro de las instituciones educativas, de mártir o de traidora, cuando no de maquiavélica, pero muy pocas veces de interventora, sobre todo entre 1519 y 1521, de y ante una región de distintas identidades y su resistencia frente a un proceso de sometimiento.
Para descartar falsas ideas
¿Qué hay de verdad sobre la Malinche? ¿Qué otros detalles muy rara vez se hacen públicos acerca de ella? ¿Qué está documentado y qué no? ¿Existe nueva información comprobable sobre esta figura insustituible de la historia? Dentro de este apartado en el mito del origen de una nación, ¿qué es necesario exorcizar?
Los próximos jueves 27 y viernes 28 de noviembre, el Palacio de Bellas Artes será sede del Coloquio Internacional “Malintzin: Mujer palabra”, qué será uno de los encuentros destacados de este 2025 que es reconocido como “El año de la mujer indígena” y sucederá en el marco de programas denominados “Mujeres del maíz” en los que, a decir del anuncio de este encuentro, “se han reunido académicas, escritoras y especialistas en o bien desde los pueblos originarios –mexicanas y extranjeras– para ofrecer nuevas lecturas sobre la vida, el legado y la representación de Malintzin”.
En este sentido, la secretaria de Cultura federal, Claudia Curiel de Icaza, señaló: “Será un espacio para reflexionar sobre las narrativas y memorias en torno a esta figura clave de nuestra historia. Habrá recorridos, charlas y actividades que buscan revalorar y reconocer no solo a Malintzin, sino a todas las mujeres indígenas: las de antes, las de ahora y las que vienen”.
Tanto de manera presencial como remota, de este encuentro tomarán parte figuras como la historiadora estadounidense Camilla Townsend y su compatriota, la traductora e investigadora Sandra Messinger Cypess, lo mismo que la etnóloga mexicana Denisse Rebeca Gómez Ramírez y la historia y hablante de náhuatl Fabiola Carrillo Tieco.
También lo hará la lingüista, escritora y activista ayuujk Yásnaya Aguilar Gil, la poeta y artista visual del pueblo nimipu en Estados Unidos Inés Hernández-Ávila y la poeta de lengua tu’un savi Nadia López García, actual coordinadora nacional de Literatura del INBAL, así como la poeta y ensayista guerrerense Yelitza Ruiz.
En la previsión se menciona: “las ponentes revisarán la biografía de Malintzin, su papel como traductora y mediadora en el siglo XVI, así como las formas en las que la recuerdan comunidades de Oaxaca, Tlaxcala, Veracruz y otras regiones, en las que su figura se mantiene viva en tradiciones, danzas y relatos orales”.
Cortesía de El Economista
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