Colossal Biosciences, la startup biotecnológica que captó atención mundial por sus ratones lanudos y la resurrección de los lobos huargo, acaba de anunciar un nuevo y ambicioso objetivo: revivir al moa gigante, un ave extinta desde hace unos 600 años. De acuerdo con un comunicado de Colossal Laboratories & Biosciences, el proyecto será posible gracias a una alianza estratégica con el Centro de Investigación Ngāi Tahu de Nueva Zelanda y el cineasta Peter Jackson, que también es inversor en la empresa.
El moa gigante (Dinornis robustus) medía más de tres metros de altura y es la ave más alta conocida que haya caminado sobre la Tierra. Su desaparición ocurrió apenas un siglo después de la llegada de los primeros asentamientos humanos polinesios a Nueva Zelanda. Hoy, sus restos sobreviven en colecciones arqueológicas y relatos orales maoríes.
Tecnología genética, saber indígena y cineastas
La colaboración liderada por Ngāi Tahu busca algo más que una proeza científica. Pretenden restituir una especie que era clave para el ecosistema de Te Waipounamu (Isla Sur) y de paso, reconectar a las comunidades indígenas con su herencia ecológica.
El proyecto combina mātauranga maorí (conocimiento tradicional) con ingeniería genética de punta. De acuerdo al comunicado oficial, se planea secuenciar y reconstruir los genomas de las nueve especies de moa, cruzándolos con aves actuales como el emú o el tinamú, que son sus parientes vivos más cercanos. La idea no es clonar un moa idéntico al pasado, sino crear un organismo funcionalmente equivalente que pueda cumplir el mismo papel ecológico.
Según Colossal, ya se han recuperado restos subfósiles que conservan suficiente ADN como para iniciar la reconstrucción genética, y se utilizarán tecnologías como edición con CRISPR, cultivo celular y reproducción asistida.
¿Por qué traer de vuelta al moa? Una cuestión ecológica y cultural
Para los Ngāi Tahu, el moa no solo era una fuente de alimento y materiales, sino también un elemento simbólico de su adaptación al entorno neozelandés. “La pérdida del moa fue una lección sobre la fragilidad de la abundancia ecológica“, afirmó Mike Stevens, director del Centro de Investigación Ngāi Tahu.
Desde una perspectiva ambiental, el moa era un “ingeniero de ecosistemas”: dispersaba semillas, regulaba vegetación y mantenía el equilibrio de los bosques. Su extinción dejó un vacío que aún no ha sido completamente reemplazado. Traerlo de vuelta podría restaurar procesos ecológicos esenciales y crear nuevas herramientas para conservar otras especies en peligro.

Pero no todos están convencidos: ¿revivir especies o jugar a ser dios?
El entusiasmo de los impulsores del proyecto no ha estado exento de críticas. De acuerdo con The Guardian, expertos como Nic Rawlence, especialista en ADN antiguo, consideran que es improbable que se logre un verdadero moa. “Esto es Jurassic Park con pocas probabilidades de éxito”, dijo.
Otros académicos señalan que los trabajos de desextinción podrían distraer de la crisis actual de biodiversidad, en la que un millón de especies vivas corren riesgo de desaparecer. Además, cuestionan si los ecosistemas modernos pueden recibir a estas especies “resucitadas” sin causar nuevos desequilibrios. Colossal, por su parte, rechaza esa visión. En palabras de su CEO, Ben Lamm:
“No se trata solo de traer de vuelta al moa. Se trata de restaurar funciones perdidas de los ecosistemas y de colaborar con pueblos originarios para crear un nuevo modelo de conservación”
El moa como símbolo de ciencia, cultura y futuro
Más allá del debate científico, este proyecto tiene implicaciones educativas, económicas y sociales. Según Colossal Laboratories & Biosciences, se crearán programas para capacitar a jóvenes maoríes en áreas STEM, así como modelos de ecoturismo y créditos de carbono que beneficien directamente a las comunidades de la Isla Sur.

Peter Jackson, conocido por filmar la trilogía de El Señor de los Anillos, destacó que se destinarán recursos también a especies vivas en peligro de extinción:
“Estoy encantado de colaborar en la protección de nuestros taonga (tesoros) más preciados. Incluso si no logramos ver un moa en esta década, el conocimiento que obtendremos transformará la forma en que entendemos la vida y la restauración ecológica”
Lo que alguna vez fue una leyenda en relatos maoríes o una ilustración en museos, hoy está más cerca que nunca de caminar de nuevo sobre los bosques de Nueva Zelanda. ¿Será el moa la próxima criatura extinta en volver del olvido tras el regreso del lobo huargo? Tras este reciente éxito, todo parece indicar que si.
Cortesía de Xataka
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