La sociedad sinaloense salió a las calles ayer domingo y vaya que se hizo escuchar: Le dijo “¡ya basta!” a su gobernador Rubén Rocha Moya.
En Sinaloa, un estado fallido de facto, las cosas van de mal en peor, con un gobernador distraído y empecinado en acabar con sus rivales políticos, olvidándose de gobernar y mantener seguros a sus gobernados.
Las cifras son claras y testigos irrefutables de la pésima administración de este gobernador, señalado por sus nexos con los grupos criminales relacionados con el Cártel de Sinaloa y brindando todo el apoyo a la facción de “Los Chapitos”.
Acusado de traicionar a “El Mayo” Zambada y haber negociado con los hijos del “Chapo” Guzmán su entrega a las autoridades de los Estados Unidos, a Rubén Rocha Moya la paciencia en Palacio Nacional la empieza a perder.
La Guerra en Sinaloa suma ya casi mil 900 asesinatos, según las cifras del propio gobierno mexicano, que además acepta que los índices se han elevado además en un 265 por ciento en lo que respecta a homicidios dolosos.
Mientras entre agosto de 2023 y septiembre de 2024 fueron privadas de la vida 561 personas, en el mismo periodo de 2024 a 2025 la cifra se elevó a mil 827 personas.
Rubén Rocha Moya ya no puede gobernar Sinaloa. Si fuera paracaidista ya estaría en caída libre.
Los robos de autos se le elevaron en un 154 por ciento, el robo a los comercios según la Coparmex aumentó en un 60 por ciento y el aumento de la extorsión es imparable también.
Por eso la marcha de ayer en Culiacán puso de manifiesto y exhibió lo cansada y harta que se encuentra la gente, a la que ya no le importó salir a manifestarse en medio de una guerra fratricida.
Rocha Moya y sus incapaces miembros del gabinete calcularon que unas 3 mil personas fueron las que tomaron las calles de Culiacán. ¡Más mentiras como siempre!

Según especialistas en seguridad nacional y de acuerdo a las mediciones por los kilómetros que abarcaba la marcha, fueron al menos 50 mil personas las que pidieron ayer que se vaya Rubén Rocha Moya.
Sinaloa está dando el primer gran paso y aunque nadie lo recuerda, lo cierto es que ya existe una ley que permite la revocación de mandato y que no sería mala idea llamar a la sociedad a hacer uso de su derecho en ese sentido.
Pero por si no fuera poco la incapacidad de Rocha Moya para hacer lo mínimo para mantener seguro su estado, ahora se le están sumando las acusaciones de corrupción y desvío de recursos, de un posible peculado y traición al pueblo sinaloense, que podría ser histórico.
Las primeras investigaciones de La Banda Sinaloense del Gobernador Rocha Moya nos han mostrado alrededor de 3 mil 100 millones de pesos otorgados a empresas de dudosa reputación.
Y lejos de entender el mensaje que la sociedad de Sinaloa le quiere hacer ver, este iluso piensa que “en Sinaloa” se viven bien, una de las muchas y ridículos delcaraciones que ha externado, ya no se sabe si con ironía o producto de la edad avanzada que tiene y los efectos que ella generan fisiologícamente.
Rocha Moya debería ser auditado y desnudado en el manejo de las finanzas públicas, pero cuenta con el protectorado del auditor general de la ASF, David Colmenares, bien conocido y reconocido por sus extrañas maneras de realizar las auditorías en ciertos estados.
Mientras Martha Reyes de la Coparmex dice que en Sinaloa no hay medio vivos y medio muertos, debido a que el Estado de Sinaloa hace apenas el mínimo esfuerzo, la comparsa de Rocha Moya en el Congreso del Estado, Tere Guerra, disfruta sus más de 150 mil pesos mensuales autorizando a través de ese poder legislativo las fechorías del gabinete de su Gobernador.

La de Sinaloa me recuerda al holocausto en la segunda guerra mundial, cuando millones de judíos temían enfrentarse a 15 guardias armados en los centros de concentración.
Si tan solo la gente hubiera sido valiente para desarmar a esos guardias alemanes, quizá esa masacre histórica se habría evitado.
Bueno, lo de Sinaloa es el mismo caso en escala. Un grupo pequeñito, ínfimo en comparación a las voces que se alzaron ayer en Sinaloa, mantiene secuestrado a Sinaloa, y la sociedad que es más, mucho más en número y en poder, se mantiene temerosa a actuar y lograr una solución definitiva en el caso del gobernador que tienen.
Contacto:
*Víctor Hugo Arteaga es ganador del Premio Nacional de Periodismo 2016 por el reportaje de investigación Las Empresas Fantasma de Javier Duarte, el exgobernador que se encuentra preso gracias a ese trabajo.
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