
La Comisión Internacional de Personas Desaparecidas (ICMP, por sus siglas en inglés) se declaró “lista” para ayudar a México en este tema, subrayando la importancia de dar con el paradero de las miles de personas de quienes se ha perdido el rastro y el derecho de las familias a saber la verdad.
“La ICMP está lista para apoyar a México, por invitación de las autoridades, en el establecimiento de un proceso sostenible, eficaz y centrado en las víctimas para localizar a las personas desaparecidas. El camino a seguir requiere voluntad política, rigor científico y compromiso con las familias que han esperado demasiado tiempo para obtener verdad y justicia”, señaló.
El organismo, con sede en La Haya, informó que cuando el número de personas desaparecidas supera la capacidad de respuesta de un Estado, el punto de partida debe ser el establecimiento de un proceso coordinado y científico que siga las mejores prácticas internacionales.
“Esto incluye la recolección de muestras de ADN de las familias de los desaparecidos y la recopilación de muestras de ADN de restos humanos no identificados y de personas vivas [por ejemplo, niños], la realización de recuperaciones y análisis forenses profesionales, y el uso de un sistema centralizado para almacenar, analizar y compartir información de forma segura.
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“Este tipo de enfoque estructurado puede garantizar que los esfuerzos para localizar a los desaparecidos sean eficientes, transparentes y centrados en los derechos de las familias”.
Uno de los casos de éxito más emblemáticos es el de los Balcanes Occidentales, testimonio de atrocidades no vistas desde la Segunda Guerra Mundial en Europa como resultado del desbaratamiento violento de lo que un día fue Yugoslavia.
A causa del conflicto étnico que involucró a serbios, croatas y bosnio-musulmanes, entre 1991 y 1995, 40 mil personas desaparecieron.
Con excepción de Serbia, que tuvo que esperar hasta el derrocamiento del presidente Slobodan Milosevic en el año 2000, Croacia, Bosnia-Herzegovina y Eslovenia comenzaron a pasar página a partir de 1997 con la asistencia de la ICMP.
Arrancaron con el desarrollo de instituciones especializadas y capacidades técnicas. Gracias a un esfuerzo permanente, hoy se han identificado más de 70% de los desaparecidos, incluyendo 7 mil de los 8 mil hombres musulmanes que fueron secuestrados por las fuerzas serbias durante el genocidio en el enclave de Srebrenica.
Con una planilla de 140 personas encabezadas por Kathryne Bomberger, la ICMP afirma que el logro alcanzado en la antigua Yugoslavia es resultado, entre otros factores, de un proceso basado en el ADN.
“Los laboratorios de la ICMP llevaron a cabo un análisis de ADN a gran escala y una comparación de parentesco, mientras que los expertos forenses recuperaron los restos de las fosas comunes. Todos los datos se gestionaron a través de un sistema centralizado que permitió una comparación precisa y segura de los perfiles de ADN. Este enfoque científico, combinado con la cooperación entre los gobiernos y la participación de las familias, fue esencial para lograr una tasa de identificación tan alta”.
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Otro caso alentador es Irak, que de acuerdo con distintas organizaciones sufrió la desaparición de entre 250 mil y más de un millón de personas como consecuencia de violaciones cometidas desde los años 80, incluyendo los crímenes durante el régimen de Saddam Hussein, los levantamientos de las poblaciones chiitas y kurdas de 1991, y el califato impuesto por el Estado Islámico, que terminó en 2017.
El proceso en Irak, acompañado por expertos de la ICMP, se ha caracterizado por la implementación de metodologías eficaces de extracción, secuenciación y amplificación de ADN, haciendo énfasis en el concepto de pruebas de alto rendimiento, herramienta vital para certificar una identidad.
También ha habido énfasis en la capacitación técnica para el debido manejo de fosas comunes; más de 250 se han descubierto desde 2003, al tiempo que ha ido tomando forma una red de familiares de desaparecidos que abarca todo el país, en la que se comparten tanto experiencias como información.
En Siria, donde aproximadamente desaparecieron 170 mil personas durante el régimen de Háfez al-Assad, de 1971 a 2000, y otras 130 mil como resultado del conflicto que estalló en marzo de 2011, el proceso hacia la justicia se inició con el derrocamiento del presidente Bashar Al-Assad, en 2024.
La ICMP afirma que para que la estrategia de la Comisión Nacional de Personas Desaparecidas rinda resultados sostenibles, Siria debe desarrollar una base de datos segura, central e imparcial capaz de almacenar y procesar datos de múltiples fuentes, incluyendo los procedentes de familiares, fosas comunes y testigos.
Conscientes de que en algún momento volverá la paz, Ucrania ha puesto en marcha un Sistema Integrado de Gestión de Datos, en el que almacena información de familiares, pruebas de ADN y restos recuperados en zonas de conflicto.
Para la instancia internacional, el mecanismo puesto en marcha por Kiev está permitiendo que las identificaciones sean científicamente sólidas y legalmente defendibles.
Creada por iniciativa del entonces presidente estadounidense Bill Clinton en 1996, la ICMP opera con financiamiento de Ministerios Exteriores de varios países, entre ellos Bélgica, Holanda, Suecia y Reino Unido.
A lo largo de su historia, ha desarrollado estrategias de solución que han sido implementadas en todo el mundo. Entre otros logros técnicos, destaca su sistema de identificación de ADN, un referente de innovación técnica y de identificación humana.
La organización intergubernamental ha sido invitada a colaborar en 40 países, incluyendo México, en donde hay más de 110 mil desaparecidos, según estimaciones divulgadas en julio de 2023 por la Comisión Nacional de Búsqueda.
Entre 2019 y 2022, en colaboración con Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, puso en marcha un proyecto en cooperación con la fiscalía general de Nuevo León para mejorar sus capacidades de identificación de ADN.
Y durante 2021 y 2022, trabajó con la Fiscalía General de la República en el diseño de dos métodos de extracción de ADN para restos óseos, con la finalidad de obtener más perfiles genéticos a partir de pruebas óseas pequeñas.
“En un contexto como el de México, donde se han recuperado miles de restos de fosas clandestinas, es esencial implementar un proceso de identificación coordinado, multidisciplinario y basado en el ADN. Esto significa recuperar los restos utilizando métodos profesionales de arqueología y antropología forense, recolectar muestras de ADN de las familias y gestionar toda la información en un sistema centralizado que permita una comparación precisa no sólo entre los estados de México, sino también con otros países, dado el creciente número de migrantes desaparecidos”.
Destaca que el proceso podría verse complementado con el acompañamiento de la comunidad internacional. El Comité contra las Desapariciones Forzadas de Naciones Unidas activó el artículo 34 de la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzada y, en caso de determinar que es un fenómeno generalizado o sistemático en México, enviará el caso a la Asamblea General de la ONU para implementar medidas.
“México se enfrenta a un enorme desafío, y el apoyo de la comunidad internacional puede desempeñar un papel fundamental para abordarlo de manera eficaz”, resalta la ICMP.
Señala que un primer paso sería establecer un sistema de datos seguro, centralizado e integrado que permita comparar en todos los estados la información acerca de las personas desaparecidas.
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MV
Cortesía de El Informador
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