Los incendios forestales en Los Ángeles, que hasta la fecha causaron al menos la muerte de 16 personas, también están generando grandes problemas entre los animales, que deben huir de las llamas para salvar sus vidas.
Cuando el fuego amenazó a Altadena, al norte de Los Ángeles, Janell Gruss supo que tenía que irse de inmediato. Pero a cargo de un establo con 25 caballos y otros animales, la huida se volvió más dramática.
“Es muy duro para ellos porque no saben lo que está pasando”, comentó Gruss a AFP desde el Centro Ecuestre de Los Ángeles, que recibió cientos de animales esta semana por los voraces incendios forestales que se registran en esta región de la costa oeste de Estados Unidos.
Lo más desafiante de una operación de este calibre, explicó Gruss, es transportar a estos animales en una situación tan frenética y volátil. “El último caballo que sacamos del establo… fue realmente difícil. Había mucho humo, estaba oscuro, no podía ver. El caballo y yo tropezábamos. Fue muy estresante”, relató el hombre.
A medida que los incendios reducen comunidades enteras a cenizas, animales de todo tipo dependen de donaciones para abrigo y tratamientos médicos. La Sociedad Humana de Pasadena, por ejemplo, recibió unos 400 animales de Altadena -donde las llamas ya consumieron más de 5.600 hectáreas-, muchos con heridas, abrasiones y estrés, que necesitan ser atendidos.
Un cachorrito de cinco días, aún con los ojos cerrados, que fue encontrado en las ruinas de un edificio con sus orejas quemadas, es uno de los refugiados más recientes.
“Un torbellino”
El Centro Ecuestre de Los Ángeles le abrió sus puertas a animales de todo tipo. “Nunca hemos visto algo así”, dijo Jennie Nevin, su directora de comunicaciones. “La primera noche, el martes, fue realmente muy movida y caótica. Mucha gente vino de todos lados”, comentó.
Además de caballos, en el centro encontraron refugio burros, cerdos, ponys y vacas. Los especialistas, sobrecargados de trabajo, van indicando a los voluntarios cómo y cuando alimentar a la diversidad de animales desplazados: “Estos burros son fuertes”, dice uno de los voluntarios, conmovido con la situación.
“Realmente se necesita de todos”, explicó Nevin sobre la importancia de los voluntarios, que también pasean a los animales para que realicen ejercicios.
“Esto ha sido un torbellino”, lamentó Tarah Paige, una doble de acción que agradece que sus animales, un pony llamado Truffles y una vaca miniatura llamada Cuddles, que ha participado en varios programas de televisión, estén recibiendo asistencia adecuada.
Para Gruss y Paige, y sus animales, el centro ecuestre ha sido un oasis en medio de la catástrofe que desplazó a más de 150.000 personas, que ha cobrado 16 vidas y que ha carbonizado miles de edificaciones.
“Esto es solo el comienzo”
Activistas, veterinarios y voluntarios actúan vigorosamente en diversos puntos de la ciudad para rescatar y albergar animales víctimas de los incendios que carbonizan el sur de California.
Annie Harvilicz, fundadora de la clínica y fundación Animal Wellness Center, prácticamente no pudo dormir en toda la semana: cuando el fuego se propagó en Pacific Palisades, el lujoso vecindario en las colinas de Santa Mónica ahora diezmado por las llamas, Harvilicz se ofreció en Facebook para albergar animales. La publicación “explotó” y los perros, gatos y hasta un conejo comenzaron a llegar.
Pero con el fuego aún descontrolado, las llamadas de auxilio no paran. En ese sentido, ella cree que lo peor de la catástrofe aún no pasó. “A medida que el fuego retrocede en algunas áreas, encontrarán más mascotas y animales heridos”, comentó la veterinaria. “Esto es sólo el comienzo”, vaticinó.
Cortesía de Página 12
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