- Autor, Maddy Savage
- Título del autor, BBC News, Helsinki
José Barrientos, un especialista en producción, viste una bata de laboratorio y guantes plateados delgados mientras arma meticulosamente unos cascos con auriculares y un marco blanco en forma de gafas.
El artefacto incluye múltiples cámaras, tecnología que rastrea el movimiento de los ojos y sistemas electrónicos que trabajan conjuntamente para simular escenarios de operativos militares de alto riesgo.
“Todo tiene que ser perfecto”, explica. “Hay tantas cosas que pueden afectar otras cosas que pueden impactar en el producto final de una manera enorme, muy enorme”.
Barrientos trabaja para Varjo, una de un creciente número de empresas en Finlandia que desarrollan innovaciones para asistir a las fuerzas militares y gobiernos en la preparación o en la reacción a conflictos.
El país nórdico, con una población de apenas cinco millones, cuenta con 368 compañías de tecnología de defensa, según una investigación publicada en septiembre pasado para Tesi, una empresa de capital de riesgo financiada por el estado.
Alrededor de 40% de estas empresas son emergentes y de rápida expansión, y muchas están creciendo a ritmos de entre 30% y 40% si sus herramientas son de tecnología de uso dual, con posibilidad de ser empleadas en otras industrias.
Una industria “en esteroides”
Helsinki está ahora entre las cinco principales ciudades europeas para la inversión de defensa, seguridad y resiliencia, según un informe separado divulgado en febrero por la plataforma de datos tecnológicos Dealroom, en colaboración con el Fondo de Innovación de la OTAN, un fondo de capital de riesgo independiente lanzado en 2023 con la financiación de 24 aliados de la OTAN.
Varjo afirma que sus cascos proveen 80 programas de simulación a las fuerzas de la OTAN en Estados Unidos y Europa.
En términos sencillos, sus productos son versiones más avanzadas de los cascos de realidad virtual usados en videojuegos.
Sin embargo, combinan contenido sintético artificial con imágenes de entornos del mundo real.
Esta experiencia de “realidad mixta”, como señala el director ejecutivo de la firma, Timo Toikkanen, “comprime el tiempo-espacio de entrenamiento” de los pilotos de combate, porque ya no tienen que viajar grandes distancias para completar los simulacros de guerra en los gigantescos hangares de aviones, que son caros de operar y administrar. “Puedes hacer 99% del mismo [entrenamiento] dentro del casco”.
La firma emergente ya había atraído copiosa inversión antes de la invasión de Rusia a Ucrania, y empezó a trabajar con empresas de investigación médica y fabricantes automotrices.
Pero Toikkanen dice que el inicio del conflicto y la afiliación de Finlandia a la OTAN un año después “más o menos le inyectó esteroides a todo” en términos del interés en lo que ofrecía para la defensa.
Desde marzo de 2022, la empresa ha recaudado más de U$54 millones en fondos adicionales.

Toikkanen indica que antes de la guerra, las tecnologías que podían ser utilizadas por las fuerzas militares solían generar “una especie de señal de alarma” para los inversionistas preocupados sobre las responsabilidades sociales y ambientales, y los ejecutivos de Varjo “andaban con rodeos” en torno a ese aspecto del negocio cuando buscaban financiación.
Ahora sucede todo lo contrario.
“Los inversionistas están buscando compañías que estén activas en el campo de la tecnología de defensa y ya no es mal visto”, explica.
Tras el regreso al poder del presidente Trump en enero, Toikkannen cuenta que hay un renovado interés en sus productos de parte de los ejércitos europeos en reacción a las crecientes tensiones políticas.
“De repente, hay una nueva opinión de que debemos prepararnos, y no podemos depender solamente de la OTAN y Estados Unidos para nuestra defensa”.
Otras empresas emergentes en crecimiento finlandesas en los sectores de defensa y uso dual incluyen a Iceye, que ha desarrollado imágenes de microsatélites de resolución fina y servicios de datos, y Re-orbit que provee software satelital.
Distance Technologies, una firma emergente respaldada por Google crea tecnologías inmersivas sin uso de cascos. En marzo anunció una colaboración con Patria, una firma de defensa patrimonial finlandesa, que pondrá a prueba la tecnología en sus vehículos blindados.

Fuente de la imagen, Getty Images
Finlandia comparte unos 1.340 km de su frontera con Rusia, y el gobierno finlandés ha invertido una mayor proporción de su presupuesto en la defensa que muchos otros países europeos, aún antes de la guerra en Ucrania.
“Una frase que me gusta enarbolar, es la de ‘la tiranía de la geografía’; entre más cerca estás a una amenaza, es más probable que la percibas como más aparente y, en efecto, más existencial”, expresa Nicholas Nelson, un inversionista en tecnologías de defensa basado en Reino Unido y profesor invitado en la Universidad de Oxford.
“Ellos también tienen el recuerdo de la Guerra de Invierno, que ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial, cuando fueron invadidos por la Unión Soviética”.
El deber de los finlandeses de defender su país está recogido en la Constitución de Finlandia, y el servicio militar es obligatorio para los hombres.
Nelson cree que estar expuestos a eso puede también haber instado a los ciudadanos talentosos a volverse fundadores o inversionistas en la tecnología de defensa, en lugar de en otras industrias de crecimiento rápido en Europa como la energía renovable o tecnologías financieras.
El “espíritu de presteza para defender”
En Maria 01, un antiguo hospital transformado en un campus de empresas emergentes en Helsinki, el empresario Janne Hietala abre su portátil para pasar imágenes de aeronaves no piloteadas que recopilan datos sobre los bosques nevados del Ártico.
Él es el director ejecutivo de Kelluu, una compañía que originalmente esperaba que su tecnología fuera usada por investigadores climáticos, pero hizo un giro para volverse una plataforma de vigilancia dedicada a ciudades, gobiernos e instituciones de investigación en 2022.
“Fue una impresión muy concreta y personal de que también necesitábamos hacer algo por la situación de seguridad”, comenta Hietala.
Resalta los sondeos nacionales que sugieren que por lo menos 80% de la población finlandesa está preparada para pelear por su país, y concuerda con Nicholas Nelson que ese “espíritu de presteza para defender” se ha escurrido a las estrategias emergentes y empresariales, y probablemente seguirá impulsando el crecimiento del sector.

Fuente de la imagen, Kelluu
Las empresas de tecnología de defensa que están surgiendo en Finlandia también han sido impulsadas por el ambiente tecnológico en el país.
Muchos de los exalumnos de tecnología del país -incluyendo a Toikkanen de Varjo- perfeccionaron sus habilidades en Nokia, el otrora gigante global de la telefonía móvil que tiene sus raíces en Finlandia.
Esa empresa se encontró con dificultades financieras cuando Apple lanzó su iPhone a mediados de 2000, pero exhortó a un buen número de sus antiguos empleados a crear o invertir en nuevas compañías.
Aunque no es tan madura como otros centros de empresas emergentes europeas como Suecia y Reino Unido, Helsinki ha engendrado un puñado de compañías unicornio, valoradas en más de US$1.000 millones, incluyendo el anillo Oura de monitoreo de sueño y estado físico y el desarrollador de juegos Supercell.
También hay fuerte apoyo del estado para el entorno de tecnología de defensa. El año pasado, Business Finland, una agencia gubernamental que promueve la inversión e innovación, lanzó un nuevo programa de defensa y resiliencia digital que destina 120 millones de euros (US$131 millones) a las iniciativas de investigación y desarrollo de empresas pequeñas y emergentes.
“Nuestro actual gobierno… realmente está reforzando este tipo de colaboración público-privada”, expresa la directora del programa Kirsi Kokko. “Creo que ellos entienden la urgencia”.
Competencia
A pesar del rápido crecimiento de la tecnología de defensa en Finlandia, el sector enfrenta una gama de desafíos locales y de toda Europa.
Hietala, que es fundador de la plataforma de tecnología de aeronaves Kelluu, describe que hay algo como un “choque de culturas” entre las ágiles emergentes y las grandes empresas de defensa y los gobiernos que típicamente suelen requerir años de experimentación y construcción de prototipos antes de adquirir tecnologías nuevas.
“Eso realmente está al otro extremo del espectro de las emergentes, en el que el ADN es que fracasaremos veloz y rápidamente, y no todas las emergentes van a ser exitosas”.
En Business Finland, Kokko dice que el país nórdico también siente el impacto de una fuerte competencia global en busca del talento de software necesario para hacer crecer la tecnología de defensa y empresas de uso dual.
No obstante, mientras que el tamaño compacto de Finlandia y sus largos y oscuros inviernos podrían desalentar a reclutas potenciales, ella espera que el prestigio de su nación en innovación, jerarquía plana en el trabajo y bajos niveles de crimen puedan atraer empleados con las habilidades requeridas, además de los éxitos que ha tenido el sector hasta ahora.
“Necesitamos contar un buen cuento”, afirma Kokko. “Y creo que lo hacemos”.

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Cortesía de BBC Noticias
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