Cómo fue que Pink Floyd despidió a Syd Barrett, que dio su último concierto en 1968

Este 20 de enero se cumple un nuevo aniversario del último concierto que Syd Barrett con Pink Floyd, banda que había fundado en 1965 con Roger Waters en bajo, Richard Wright en teclados y Nick Mason en batería.

Fue un frío sábado de 1968, 57 años atrás, en Hastings, una ciudad del sureste de Inglaterra, de 80 mil habitantes. Era el compositor y cantante principal del grupo, pionero del rock psicodélico, pero esa noche tampoco pudo sostener el concierto.

Pink Floyd en marzo de 1967: Syd Barrett (segundo desde la derecha) junto a Roger Waters, Nick Mason y Rick Wright. Foto: AP

Desde hacía más de un año perdía por momentos contacto con la realidad. En el escenario se mostraba confundido, los temas que había compuesto no podía a menudo tocarlos, equivocaba el tono, se olvidaba las letras y a veces hasta dejaba de tocar por completo.

Era hasta ese momento el alma de Pink Floyd, cantante, guitarrista y creativo compositor caminaba del lado vanguardista de la música inglesa, sin embargo, como consecuencia del abuso en el consumo de LSD, comenzó a tener serios problemas mentales, su conducta se hizo errática, impredecible y desarrolló un síndrome paranoide que nunca habría podido revertir por completo.

Un comportamiento errático

Con Pink Floyd, en poco más de dos año compuso dos sencillos bastante clásicos Arnold Layne y See Emily Play. Luego vendría The Piper At The Gates of Dawn (El flautista a las puertas del amanecer) un álbum extraordinario por su enfoque revolucionario con temas como Interstellar Overdrive o Astronomy Domine.

Pink Floyd frente a la entrada de las oficinas del sello EMI en Londres, 1967. Foto: APPink Floyd frente a la entrada de las oficinas del sello EMI en Londres, 1967. Foto: AP

De las 11 canciones del disco, escribió ocho y co-escribió otras dos. El álbum lanzado en agosto de 1967 llegó al puesto seis en el Reino Unido.

Durante la presentación del álbum, tanto en Gran Bretaña como en los Estados Unidos, el estado de Barrett fue empeorando. Si bien creyeron que su comportamiento errático era pasajero, no fue así.

Su asistente Jude Child recordó que durante una actuación del grupo en el legendario UFO Club, de Londres, encontró a Barrett tan ido en el camarín que con Roger Waters, lo pusieron de pie y lo llevaron hasta el escenario: “La banda comenzó a tocar y él ahí parado con la guitarra colgada sin hacer nada durante todo el show”.

La banda después de esta situación suspendió su participación en el Festival de Rock y Blues, de Reading, Inglaterra y a las semanas Pink Floyd inició su primera gira por los Estados Unidos con Barrett cada vez peor: cambios repentinos de humor y catatonia se habían convertido en síntomas casi permanentes.

En el programa televisivo de Pat Boone la banda hizo playback de See Emily Play un tema que él cantaba y no movió los labios. En las entrevistas o conferencias de prensa, respondía sí o no, con la mirada perdida.

Syd Barrett, el primer líder que tuvo el grupo Pink Floyd, antes que Roger Waters tomara el mando.Syd Barrett, el primer líder que tuvo el grupo Pink Floyd, antes que Roger Waters tomara el mando.

Cuentan que, en Los Angeles, Barrett habría exclamado en el escenario “¡Qué agradable es estar en Las Vegas!” y en el siguiente concierto estuvo rasgando un acorde todo el show.

En un concierto en Santa Mónica se ocupó de desafinar lentamente la guitarra. La banda no pudo sostener este tipo de situaciones y regresaron anticipadamente a Londres.

En diciembre decidieron, frente a la falta de certidumbre sobre cómo evolucionaría la salud de Barrett y los continuos problemas sobre el escenario, sumar a un quinto integrante que sería el guitarrista David Gilmour que, por cierto, se conocía con Syd porque ambos habían estudiado en el Cambridge Tech, comienzos de los años ’60.

En enero de 1968, se anunció el ingreso de Gilmour a la banda que desde entonces sería un quinteto. Al comienzo Gilmour casi sería como un “suplente” y reemplazaría a Barrett si mostraba signos de no poder tocar en el escenario, lo cual se convirtió en una situación común.

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La muestra sobre la banda que se ve en Hollywood.

El segundo paso fue que Barrett dejase la interpretación y se concentre sólo en las composiciones. Pink Floyd seguía como quinteto. En lo que sería el último ensayo juntos trajo Have You Got It Yet?, pero cambiaba su estructura después de cada interpretación. Imposible seguirlo.

El grupo se dio cuenta que mientras lo tocaban, Barrett cambiaba el arreglo como una gran broma. “Diría que algunas partes de su cerebro estaban intactas, el sentido del humor era una de ellas”, afirmó Gilmour.

El último show

Una semana después del concierto de Hastings, el 26 de enero de 1968 mientras se preparaban para presentarse en la Universidad de Southampton, la banda no pasó a buscar a Barrett.

Pink Floyd en la época de Syd Barrett y ya con David Gilmour.Pink Floyd en la época de Syd Barrett y ya con David Gilmour.

Gilmour, en una entrevista de 1995, contó que alguien en el auto preguntó: “¿Pasamos a buscar a Syd?” y alguien, contestó: “No nos molestemos”.

Wright, que vivía con Barrett, le decía cuando salía para ir a tocar que iba a comprar cigarrillos. Volvía horas después y encontraba por lo general a Barrett en la misma posición, a veces con un cigarrillo apagado entre los dedos. Al salir de ese estado de catatonia y sin darse cuenta del tiempo transcurrido le preguntaba al tecladista: “¿Tenés los cigarrillos?

Waters, por su lado, dijo “Aunque era nuestro amigo, la mayor parte del tiempo queríamos estrangularlo. A comienzos de marzo, el grupo se reunió con sus socios comerciales Peter Jenner y Andrew King para discutir sobre el futuro de Barrett, que aceptó dejar la banda y recién el 6 de abril se anunció la salida del músico.

Tanto Jenner como King sabían que el genio creativo del grupo era Barrett y decidieron representarlo y terminar su relación con Pink Floyd.

La última a contribución de Barrett con Pink Floyd fue en el segundo álbum de la banda, A Saucerful of Secrets (Un plato lleno de secretos) de 1968 con Jugband Blues, un tema grabado en octubre de 1967, donde es la voz principal y toca la guitarra.

Si bien los músicos de Pink Floyd siempre estuvieron relativamente cerca de los proyectos musicales que iniciaba cada tanto Barrett, hubo un encuentro que Wright calificó como “inquietante” y que afectó profundamente a Waters

Una de las últimas fotos de Syd Barrett.Una de las últimas fotos de Syd Barrett.

Pink Floyd entró a los estudios Abbey Road (ex EMI) para grabar Wish You Were Here (Ojalá estuvieras aquí), en mayo de 1975, un disco pensado por Waters y dedicado a Barrett.

La idea del bajista era que las canciones proporcionaran un apropiado resumen del ascenso y caída de Barrett. “Quería acercarme todo lo posible a esa melancolía indefinible e inevitable que sentía por la desaparición de Syd”, con Waters.

El 5 de junio, la banda le iba poner las voces a un tema que definía como ningún otro a Barrett, Shine On You Crazy Diamond (Brilla diamante loco). Según Wright: “Recuerdo que llegué y Roger ya estaba trabajando en el estudio. Entré y me senté a su lado. Después de 10 minutos me dijo: ‘¿Sabés quién es ese tipo?’, le respondí: ‘No tengo ni idea, supongo que es un amigo tuyo o de alguien’ y me dijo ‘Piensa, piensa’ y de pronto me di cuenta que era Syd”.

“Se sentó y habló un rato, pero en realidad no estaba allí. Había cambiado mucho de apariencia, tanto es así que a la banda le costó reconocerlo”, dijo Storm Thorgerson, diseñador gráfico y creador de varias de las tapas de los álbumes de Pink Floyd.

Barrett fue al estudio Abbey Road sin previo aviso, tenía sobrepeso y se había afeitado la cabeza y las cejas. Tenía 29 años y casi todo el tiempo que pasó en el estudio lo hizo cepillándose los dientes y cuando Waters le preguntó qué le parecía Shine On You Crazy Diamond, le dijo: “Suena un poco vieja”.

Roger Keith “Syd” Barrett falleció el 7 de julio de 2006, a los 60 años, en Cambridge, a raíz de un cáncer de páncreas. Wright dijo: “Syd fue la luz de la formación inicial de la banda y dejó un legado que continúa inspirando”.

Cortesía de Clarín



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