
En la memoria colectiva mexicana, pocos postres evocan tanta nostalgia como la carlota de limón. Esa combinación sencilla de leche condensada, jugo de limón y galletas María ensamblada en capas frías es casi un rito familiar. Es el postre de las celebraciones caseras.
Pero la cocina está viva y evoluciona, y con ella evolucionan los postres. El helado de carlota de limón es un ejemplo perfecto de cómo reinterpretar una receta clásica para adaptarla a nuevos antojos y climas más cálidos. Es un puente entre el recuerdo y la innovación: mantiene la esencia del limón ácido y cremoso equilibrado con la dulzura sutil de las galletas María, pero ahora en forma de un helado cremoso, listo para sorprender en cada cucharada.
Ingredientes icónico
Hablar de carlota es hablar de la galleta María. Introducida en México en el siglo XX, esta galleta sencilla y económica se convirtió en un básico de la repostería popular. Su sabor ligeramente avainillado y su textura firme la hacen ideal para absorber cremas y jugos, creando capas deliciosas en postres fríos. En el helado, las galletas María se transforman en un crumble suave y mantequilloso que aporta textura y sabor clásico.
El jugo de limón es otro elemento esencial que no puede faltar. México es uno de los principales productores de limón en el mundo, y su sabor ácido y vibrante es un sello de identidad en la gastronomía nacional. En este helado, el limón fresco mantiene su papel central, aportando ese contraste refrescante y chispeante que equilibra la dulzura de la mezcla.
Helado de carlota de limón con galletas María
Ingredientes:
- 1 lata de leche condensada
- 1 lata de leche evaporada (bien fría)
- 200 ml de crema para batir (bien fría)
- ½ taza de jugo de limón fresco
- Ralladura de 2 limones
- 1 paquete de galletas María
Procedimiento:
- Tritura las galletas María en trozos medianos. Reserva.
- En un tazón grande, mezcla la leche condensada, el jugo de limón y la ralladura hasta que todo quede homogéneo. Verás cómo la mezcla espesa ligeramente.
- En otro recipiente, bate la crema para batir junto con la leche evaporada hasta que monte (puede tardar unos minutos; es importante que estén frías).
- Incorpora con movimientos envolventes la mezcla de limón.
- Añade las galletas trituradas, integrándolas suavemente.
- Vacía la mezcla en un molde o recipiente para congelar.
- Congela al menos 6 horas o toda la noche.
- Sirve en bolas generosas, decoradas con más ralladura de limón o trozos de galleta.
Cortesía de El Economista
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