Cada año durante septiembre, millones de capitalinos recuerdan dos terremotos que sacudieron a la Ciudad de México y que dejaron pérdidas irreparables. Se trata de los sismos de 1985 y 2017, los cuales quedaron marcados en la memoria colectiva por la cantidad de víctimas que cobraron y los daños materiales que ocasionaron.
Y pese a que cada año la tecnología avanza y ahora es posible anticipar los sismos gracias al sistema de Alerta Sísmica, las autoridades recuerdan a la población la importancia de conocer la zona geográfica que comprende la Ciudad de México y cada una de las alcaldías; así se pueden identificar las zonas de mayor vulnerabilidad y reforzar la cultura de la prevención en dichos lugares.
De acuerdo con Carlos Valdés González, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México se ubica en una de las regiones más activas del planeta en términos sísmicos. En el país se encuentran cinco placas tectónicas interactuando en conjunto, se trata de las placas de Norteamérica, Cocos, Pacífico, Rivera y Caribe.
Sin embargo, la más determinante para el centro y sur del país es la placa de Cocos, que se localiza debajo de la de Norteamérica frente a las costas de Guerrero, Oaxaca y Michoacán. Esta es la que genera la mayoría de los sismos que sacuden a la Ciudad de México, aunque el epicentro se ubique a cientos de kilómetros de distancia.
¿Qué zonas componen la CDMX?

El especialista advirtió, en entrevista con El Heraldo de México, que aunado a las fallas que rodean al país, la composición del suelo de la ciudad ocasiona que los temblores puedan sentirse con mayor intensidad. Valdés González recordó que la ciudad se levantó sobre lo que fue el Lago de Texcoco, un terreno que es capaz de amplificar las ondas sísmicas.
De ahí surge la clasificación oficial de las zonas sísmicas de la Ciudad de México, la cual está establecida en el propio Reglamento de Construcciones de la Ciudad de México, según este documento oficial, la capital se integra de la siguiente manera:
- Zona de Roca o de Lomas: el suelo rocoso hace que los sismos se perciban con menor fuerza y por un periodo más corto. Es la zona más segura.
- Zona de Transición: se trata de terrenos donde coexisten materiales duros y blandos, lo que genera un efecto intermedio en la intensidad de los temblores.
- Zona de Lago: corresponde al antiguo lecho del Lago de Texcoco. Aquí el suelo es tan blando que los movimientos se sienten con más violencia y por más tiempo. Es la zona de mayor riesgo.
¿Cómo identificar si te encuentras en una zona de alto riesgo ante sismos?

Para identificar qué colonias y qué alcaldías se ubican en cada una de estas zonas, Carlos Valdés González recomienda consultar el Atlas Nacional de Riesgo, elaborado por el Gobierno de México, ahí se puede insertar la dirección exacta de un inmueble y se revelará la zona de riesgo en la que se encuentra. De esta manera las personas pueden conocer los riesgos que existen e informarse sobre las medidas de seguridad.
Para consultar el Atlas Nacional de Riesgo hay que seguir estos pasos:
- Ingresar a www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx
- Deslizar al apartado de “mapa de aplicaciones”
- Dar click en pestaña de “Capas”.
- Dar click en pestaña de “Geológicos”
- Desplazar hacia abajo hasta pestaña “Sismos”
- Dar click en “Zonificación”.
- Dar click en “Zonificación Sísmica de la CDMX”.
- Añadir la dirección que se desea consultar en el mapa y listo.
¿Cómo actuar antes, durante y después de un sismo?

Por su parte, Protección Civil ha recordado a los capitalinos la importancia de estar preparados antes, durante y después de un sismo, pues estos pueden ocurrir en cualquier momento.
Las recomendaciones antes de un sismo incluyen tener un plan de Protección Civil con la familia, donde los miembros de la casa sepan cómo actuar ante un temblor, conozcan las zonas de seguridad y realicen simulacros para medir el tiempo que toma desalojar la vivienda. También se recomienda preparar una mochila de emergencia con documentos, agua, linterna, radio y botiquín.
Durante un sismo las principales recomendaciones son: conservar la calma y seguir las rutas de evacuación; no usar elevadores; proteger la cabeza con las manos, mochilas o lo que esté a la mano; no correr ni empujar, ya que el pánico colectivo genera más riesgos que el movimiento mismo; en espacios abiertos, alejarse de cables, postes y vidrios.
Finalmente, después de un sismo se aconseja revisar el estado del inmueble antes de volver a entrar, así como cerrar llaves de gas y agua si hay fugas. Mantenerse informado también es importante, pero se recomienda solo consultar fuentes oficiales y canales de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC).
Cortesía de El Heraldo de México
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