Compras masivas podrían recalentar la economía mexicana

La temporada de compras masivas llega en un contexto de presión inflacionaria y reajuste del poder adquisitivo. Según el Informe Especial de Capital.com: “Compras Masivas, Inflación y Perspectivas para México (noviembre 2025)”, la demanda interna, uno de los principales motores del crecimiento económico, muestra signos de aceleración puntual que podrían generar un sobrecalentamiento de precios.

Según datos del INEGI, la inflación general en septiembre de 2025 se ubicó en 4.42% anual, por encima del rango objetivo del Banco de México. Las expectativas de inflación a 12 meses también repuntaron, de 3.72% en agosto a 3.81% en octubre, mientras que el gasto en consumo privado alcanzó 18.11 billones de pesos en el segundo trimestre, con un avance trimestral de 1.2 por ciento. 

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”Estamos frente a un fenómeno de concentración de demanda sin precedentes: las familias mexicanas están adelantando su gasto navideño y eso puede presionar tanto la inflación como la política monetaria. Si la euforia del consumo no se modera, el costo podría sentirse en el bolsillo durante diciembre”, comentó en entrevista con El Economista, Ángel Rubilar, analista de Capital.com.

El efecto del consumo adelantado

La encuesta Pulso Buen Fin 2025 revela que el 51% de los consumidores planea gastar igual que el año pasado, mientras que un 24% gastará más y 25% menos. Rubilar considera que “este comportamiento genera un efecto de adelanto de la demanda que puede distorsionar el equilibrio natural de precios”. 

Además, el perfil del gasto se ha desplazado hacia compras online y anticipadas, reduciendo la flexibilidad temporal del consumo. Las familias compran antes del inicio oficial de la temporada, presionando los inventarios y los costos logísticos de las cadenas comerciales.

Política monetaria

Rubilar explica que, el Banco de México mantiene su postura restrictiva, vigilando los efectos del consumo sobre los precios. “Si la presión se extiende a diciembre, el esperado *ciclo de recortes de tasas podría aplazarse hasta el segundo trimestre de 2026, encareciendo el crédito al consumo y reduciendo el margen de gasto discrecional”. 

El analista advierte que esta contención, aunque necesaria, “podría enfriar el dinamismo comercial de la temporada, pero es clave para sostener la estabilidad de mediano plazo y evitar que el sobrecalentamiento erosione el poder adquisitivo”.

Tasas altas y energía cara

Menciona que el entorno internacional tampoco ofrece alivio. “La Reserva Federal mantiene tasas elevadas, fortaleciendo al dólar y encareciendo importaciones. A esto se suma la persistente guerra comercial entre Estados Unidos y China, que genera volatilidad en los precios de manufacturas, y los altos precios del petróleo, con el WTI promediando 85.4 dólares por barril, que impactan directamente en los costos de transporte y producción”.

Agrega que, la correlación entre inflación y petróleo en México se mantiene en +0.68, confirmando la sensibilidad del mercado interno frente al energético.

Perspectivas para cierre de año

El informe proyecta que la inflación cierre entre 4.3% y 4.6% anual, con un crecimiento del consumo privado cercano al 1.0% trimestral y un tipo de cambio promedio entre 18.20 y 18.60 pesos por dólar. 

La moderación del gasto y una planeación inteligente serán decisivas para que las familias no enfrenten un enero más costoso y un 2026 con tasas aún altas. “El desafío no está en comprar más, sino en comprar mejor”, concluye Rubilar.

Cortesía de El Economista



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