
Este fin de semana la edición 40ª del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), con un reporte en asistencia de casi 30,000 personas a las distintas sedes del encuentro cinematográfico más antiguo de su tipo en el país, que tuvo a Portugal como Invitado de Honor y la exhibición de 128 cintas provenientes de todos los rincones del país y del mundo.
La cinta mexicana de documental Llamarse Olimpia, dirigida por Indira Cato, reforzó el sentir general de la industria cinematográfica mexicana acerca de su gran músculo, el que más ha crecido y el que más aporta en términos estéticos, argumentales y sociales dentro del universo audiovisual nacional, que es el documental, al llevarse el Premio Mezcal a Mejor película mexicana, categoría en la que compiten tanto cintas de ficción como de no ficción.
Sobre esta película, se indica en la primicia: “Olimpia Coral Melo nunca buscó convertirse en ícono feminista. La humillación al ver su video íntimo viralizado la llevó a querer abandonar su propio nombre. Durante trece años luchó por impulsar una ley contra la violencia sexual digital en México. Ahora, mientras la Ley Olimpia se expande con fuerza por toda Latinoamérica, ella deberá reconciliarse con sus heridas y reapropiarse del nombre que la vergüenza le quiso arrebatar”.
La cinta de Indira Cato compitió con cintas de realizadores como Alejandro Zuno, Juan Manuel Cravioto, Victoria Franco y J. Xavier Velasco, entre otros.
Al recibir el premio, la directora dijo: “La violencia no tiene fronteras, pero estamos todas desde nuestras trincheras luchando por tratar de cambiar las cosas en el cine, en la vida física y en la vida virtual”.
Mensajes por Palestina
Durante la ceremonia, destacó el mensaje que ofreció el realizador israelí Udi Aloni, esta vez como parte del jurado invitado para fallar el Premio a Mejor interpretación, quien expresó, esforzándose en hablar español:
“Como jurado en este festival, me mueven películas que devuelven la fe en un cine que respeta a la clase trabajadora y la humanidad compartida. Como cineasta judío debo decir que la única forma de vivir mi identidad judía es con solidaridad total hacia el pueblo palestino, el pueblo que enfrenta un genocidio. Como artistas tenemos el deber de decir con claridad: salven a los niños palestinos, detengan el genocidio, tenemos que detener el genocidio”.
Además, al recibir el Premio de la Federación Internacional de Prensa Cinematográfica, el realizador mexicano Abraham Escobedo-Salas, director de la cinta En el fin del mundo, ondeó una bandera palestina y dijo:
“Nosotros juntos tenemos que invitar al público y a la prensa a que sigan hablando de Palestina, que lo hagan de una manera coherente y ética sobre lo que está pasando. Hay más de 200 periodistas asesinados con una cámara, por un reportaje. Hay gente desde dentro que está contando las cosas mientras están sucediendo y creo que es nuestra responsabilidad tanto cívica como humana que se siga ejerciendo presión”.
Ganadores iberoamericanos
Por otro lado, la cinta brasileña O último azul, del director Gabriel Mascaro, se levantó con el reconocimiento a Mejor Largometraje de Ficción. Se trata de la historia de Tereza, una mujer septuagenaria que, indica el texto referencial, “recibe la orden oficial del gobierno de presentarse en una colonia de viviendas. Es un lugar lejano donde se lleva a los ancianos para que ‘disfruten’ sus últimos años, liberando a la generación más joven para que se concentre plenamente en la productividad y el crecimiento. Pero Tereza se niega a aceptar este destino impuesto”.
Por su parte, el premio a Mejor Largometraje Documental Iberoamericano se decantó para el trabajo Tardes de soledad, del cineasta español Albert Serra. Esta cinta presenta el “retrato de Andrés Roca Rey, una estrella taurina en activo, que nos permite reflexionar sobre la experiencia íntima del torero que asume el riesgo de enfrentarse al toro como un deber personal, por respeto a la tradición y como un desafío estético. Este desafío crea una belleza efímera mediante la confrontación material y violenta entre la racionalidad humana y la brutalidad del animal salvaje”.
La última homenajeada
En el acto, se realizó el Homenaje Invitado de Honor a la actriz y cantante portuguesa Maria de Medeiros, quien evocó los lazos de conexión que tiene con este país.
“México es una gran nación de cultura, de arte y de cine, es una referencia. Con todas las maravillosas directores y directores mexicanos, tantos nombres que han aportado su creatividad extraordinaria al cine mundial. Que ese cine mire al cine portugués nos conmueve mucho. Entre nuestras culturas hay un diálogo y festivales como éste propician que se desarrolle mucho más”, expresó la premiada y agregó que el Premio Mezcal es un reforzamiento de la historia de amor que comparte con México.
Al cierre de los homenajes, se realizó la proyección del documental Llamarse Olimpia como cinta ganadora del Premio Mezcal a lo mejor del cine mexicano en este certamen.
La edición 2026 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, anunció la directora del encuentro, Estrella Araiza, adelantará sus fechas habituales y será en abril, dada la realización del mundial de futbol.
Cortesía de El Economista
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